La clase media es la que está en la mitad de las clases sociales, no está con los pobres que requieren ayudas, insumos y subsidios, ni tampoco goza de los privilegios de la reducida clase alta. Hay muchos países en los cuales su clase media es de un tamaño importante que significa un motor fundamental para el desarrollo económico y generación de riqueza.
La realidad es que a la gran mayoría de las personas les gusta vivir mejor y escalar en el poder adquisitivo, porque ello representa mayores comodidades, oportunidades para tener mejores servicios de salud, educativos y para gozar de la tercera edad, entre otras cosas, es decir, a las personas les gusta subir en la escala social en lugar de bajar.
El Estudio de Luxemburgo sobre Ingresos (ELI) es la base de datos con la más amplia información socio-demográfica y sobre ingresos del mundo. Hasta hace unos pocos años, México era el único país de América Latina incluido en la base de datos del ELI, pero en el segundo semestre de 2009 ingresaron Brasil, Colombia, Guatemala, Perú y Uruguay, lo cual quiere decir que en esas naciones su clase media se fue haciendo importante, pero ¿qué ha pasado con la clase media mexicana?
No hay que olvidar que la clase media es prácticamente el motor económico en cualquier sociedad, y en muchos países es olvidada o abusada por la clase política. El caso actual de México es muy emblemático porque la presente administración ha iniciado una pelea en contra de la clase media despreciándola en los discursos oficiales, pero no sólo eso, la ha dejado en el desamparo, sin ayudas ni incentivos de ningún tipo a pesar de ser la que genera la mayoría de empleos en el país. No hay que olvidar que los gobiernos no crean empleos, son los que propician o destruyen las condiciones para que las personas quieren invertir o no en una nación y así se pueda crear riqueza.
Es innegable que la pandemia provocó una reducción en la clase media de los países de América Latina y El Caribe. De acuerdo con el Banco Mundial, unas 4.7 millones de personas dejaron de ser clase media y en algún grado bajaron su nivel de vida en América Latina y el Caribe, sin contar México y Brasil donde las cifras son más escandalosas: tan solo en el caso de nuestro país y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2021 seis millones de mexicanos dejaron de ser clase media para bajar en su nivel socioeconómico. Esta es la más grande pérdida de clase media desde 2010 que es cundo comenzó a hacerse este tipo de medición.
Para los parámetros de la OCDE, en México a una persona la considera de clase media si al menos gana 20 mil pesos mensuales, mientras que para el Inegi en su estudio “Cuantificando la Clase Media en México 2010-2020” un hogar de clase media es el que percibe 22 mil 297 pesos mensuales en promedio.
En el mismo estudio del Inegi un hogar de clase alta es aquél que percibe 77 mil 975 pesos de ingreso mensual, es decir, para que un hogar de clase media “brinque” a ser clase alta requiere generar 3.5 veces más dinero del que produce cada mes.
De acuerdo con el instituto, en nuestro país solamente un millón 23 mil 4 personas son consideradas de clase alta, mientras que a la clase media pertenecen 47 millones 201 mil 616 personas, mientras que los hogares considerados de clase baja son 78 millones 536 mil 236 personas.
Finalmente, entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) México es de las naciones que tiene menos cantidad de clase media, ya que en 2021 en ese rubro estaba 42% de la población, mientras que el promedio de los países pertenecientes a la OCDE es de 61%.
En nuestro país en 10 años, entre el año 2000 y 2010, sólo se sumaron a la clase media 4 millones de personas, es decir, apenas 400 mil cada año. Todo esto nos indica que en México es complicado subir en la escala socioeconómica y que cada nivel hacia arriba se complica más.
