¿Qué es la cuesta de enero? se trata de un periodo entre enero y febrero de cada año que se caracteriza porque las personas están sin dinero, o como diría la gente mayor “sin un quinto en la bolsa”. La razón se debe a, según la creencia popular, el cúmulo de gastos de las fiestas de diciembre como las posadas, la Navidad, Año Nuevo y por Reyes en el año que inicia. Esto en parte es cierto, y en esta temporada las personas no pueden hacer frente al 100% de sus gastos corrientes como luz, renta o hipoteca, alimentación, colegiatura y transporte entre otros, aunque ahora se sabe también que el mes en el que las personas recurren más al empeño para hacer frente a sus compromisos es febrero y no enero, así lo reportan las casas de empeño.
Padecer de esta manera un inicio de año se debe en general a nuestra malísima educación financiera, ello hace que durante el fin de año (que coincide con el periodo vacacional) nos “consentimos” y por ende nos dejemos llevar por las emociones, nos descontrolemos y gastemos más de lo que tenemos, lo que genera que comencemos el año con deudas, y en muchos casos esas deudas se adquirieron con dinero prestado, como por ejemplo con tarjetas de crédito.
Este descontrol y estos gastos fuera de proporción se explican o tienen su raíz en la psicología. Existe un término llamando “depresión post celebración”, que se caracteriza porque las personas experimentan cierto grado de tristeza y hasta nostalgia porque ya no hay motivos para seguir celebrando algo (en diciembre celebramos cosas como "la unión familiar" por ejemplo), de modo que en algunas personas se ha observado que esta es una depresión que aparece después de un periodo de fiestas o celebraciones.
Lo anterior no es un invento ni es tan complicado de comprender: en general, la mayoría de las personas no quisieran que el periodo de fiestas o vacaciones termine simplemente porque significa un momento de descanso y placer, de modo que cuando estas épocas llegan a su fin, se ha encontrado que en muchas personas de verdad su cerebro sufre porque significa retornar a la desagradable rutina, generalmente y entre otras cosas, a empleos que nos desagradan.
¡La cuesta de enero comienza en agosto!
A continuación veamos por qué la famosa cuesta de enero no se gesta en ese mes ni en diciembre, y para ello hay que recurrir de nuevo a la psicología.
¿Quién no ha escuchado la frase “llegando agosto se acaba el año”? seguramente la has oído con alguna variante, pero el caso es que mentalmente al llegar de agosto (el octavo mes) nuestro cerebro hace una división entre la primera y segunda mitad del año, entonces cuando iniciamos el segundo semestre, mentalmente asumimos que ya alcanzamos una especie de pico o punto más alto del año, de modo que vemos los siguientes meses como en un descenso encaminado o que culmina en diciembre y sus celebraciones.
Lo anterior podría parecerle a muchos una mera ocurrencia, sin embargo ¿qué pensarías si te dijera que estos periodos del año junto a sus emociones han sido detectados por mercadólogos y publicistas para aprovecharlos en aras de oportunidades comerciales? No en vano en agosto o a partir de ese mes vemos en las tiendas lo siguiente:
- Inician las “pre ventas navideñas”.
- Comienzan las “ofertas” para los Reyes Magos.
- Ventas “anticipadas” para decorar la casa en diciembre.
- Ventas de paquetes vacacionales para “pasar el fin de año” en algún lugar fuera de casa.
- El verano es la época donde mejor le va a los estrenos de cine y ahora a las series de televisión.
- Y un largo etcétera.
La oferta mercantil es más intensa en el periodo entre noviembre y los primeros días de diciembre, momento en el cual la publicidad comienza a hacernos un tipo llamado de urgencia para estar listos ante las “memorables fechas del fin de año”. De agosto a diciembre, de manera sutil y casi imperceptible, la publicidad comienza a hacer intentos por estimularnos a prepararnos ante las esperadas “fiestas de fin de año” y para fortalecer estos argumentos nos mandan mensajes para que:
- Nos anticipemos a las compras.
- Evitemos el tráfico.
- Evitemos aglomeraciones.
- Evitemos perder el tiempo.
- Prever los regalos o “dedicarle” tiempo a elegirlos “con cuidado”.
- Etcétera.
Toda esta estimulación hace que muchas personas se sensibilicen y efectivamente, terminen comprando mercancías o servicios de cara a ese “momento familiar y de amigos” que significa el fin de año.
De modo que, los últimos cinco meses del año, luego de estimularnos, persuadirnos o seducirnos con argumentos audiovisuales que tienen de fondo el placer de regalar, el placer de viajar, o el placer de reunirnos con los nuestros, muchas personas acaban adquiriendo deudas durante este periodo, de modo que venimos gastando los últimos cinco meses de cada año y así es natural que al llegar enero acabemos usando la tarjeta de crédito para financiarnos, o bien, recurramos a alguna casa de empeño por dinero prestado.
Toda esta estrategia mercadológica tejida alrededor de nuestros sentimientos y sensaciones de cara al fin de año, hacen que actuemos de una forma financieramente reactiva en lugar de financieramente inteligente porque, ojo, no estoy diciendo que esto sea malo en sí el consumismo de fin de año, lo que digo que está mal es endeudarse sin hacer un presupuesto y sin apegarse a él, pues con un poco de disciplina financiera se puede disfrutar sin desfondarse en el intento. En resumen: hay que tener una buena administración sin gastos excesivos.
Por último y para que no dudes en cuanto a los gastos de estacionalidad, revisa las celebraciones que tenemos durante todo el año para que veas que son un “buen motivo” para festejar y consentirnos, ya que como buen pueblo mexicano y “fiestero” somos susceptibles de caer en esta corriente de consumo:
ENERO |
Reyes Magos, rosca de reyes. |
FEBRERO |
Día del Amor y la Amistad. Antes se celebraba sólo este día, pero ahora los comercios han extendido sus ofertas y promociones hasta que acaba el mes, llamándolo “el mes del amor y la amistad”. |
MARZO |
Con el pretexto del inicio de la primavera comienza el “cambio de temporada” en las tiendas de ropa por ejemplo. |
ABRIL |
Comienzan los chantajes emocionales por el ahora llamado “mes del niño” con la idea de “consentirlo” durante todo ese mes. |
MAYO |
El mes en el que se celebra a las mamás. De hecho el 10 de Mayo es el día de mayor tráfico en las ciudades grandes de México. |
JUNIO |
Se celebra al padre y aunque no es tan frenético como el 10 de mayo, hay una importante oferta por productos electrónicos como pantallas, reproductores de música o en algunos otros como relojes, etc. |
JULIO Y AGOSTO |
Comienza el periodo vacacional con todo el nivel de gasto que ello implica en hoteles, restaurantes, transporte, etcétera. |
SEPTIEMBRE |
Fiestas patrias e inicio del año escolar. Últimamente en 15 y 16 de septiembre se llevan a cabo las peleas de box más esperadas. |
OCTUBRE |
En este mes no hay celebraciones por fechas, pero es cuando se calendarizan los mejores conciertos (o al menos los más esperados) así como algunos eventos deportivos. |
NOVIEMBRE |
El Día de Muertos es una celebración donde también se gasta, aunque cada año la mercadotecnia gana personas que se suman el Halloween con todas las mercancías que ello conlleva. |
DICIEMBRE |
Posadas, Navidad, fin de año y para rematar y en aras de la celebración ahora las “pre posadas” cobran cada vez más importancia. |