Se le llama cuesta de enero al periodo entre enero y febrero de cada año (aunque desde 2020 aproximadamente se ha extendido hasta marzo) y lo característico en esos dos meses es que la gente no tiene dinero debido a todo lo que gastaron a finales del año anterior y aún deben afrontar el Día de Reyes, por ello es común ver largas filas en las diferentes casas de empeño del país para que las personas obtengan algo de dinero a cambio de sus electrodomésticos, joyas, etcétera, algunas veces adquiridas apenas en el últimos semestre anterior.
La creencia popular dice que la cuesta de enero es el resultado de los gastos de fin de año, pero ello no es del todo cierto, en realidad es el resultado de los gastos que empezamos a hacer desde agosto hasta diciembre. La anterior afirmación no es una ocurrencia y para demostrarlo simplemente respondamos las siguientes preguntas:
¿Cuándo inicia el periodo de vacaciones de verano?
¿Cuándo inician las preventas navideñas?
¿Cuándo comienzan las “ofertas” para los Reyes Magos?
¿En qué fecha comienza la venta de paquetes vacacionales para “despedir el año”?
¿En qué fecha eran los mejores estrenos de cine?
¿Cuándo es El Buen Fin?
¿En qué época comienzan a venderse los autos último modelo?
La respuesta a estas y otras preguntas similares es entre agosto y diciembre de cada año. Aquí la mercadotecnia juega un papel muy importante porque nos manda el mensaje de que es mejor “anticiparnos y comprar durante este periodo” para evitar el tráfico de diciembre, evitar las aglomeraciones, ahorrar tiempo en las compras, para elegir con tiempo el mejor regalo, etcétera.
También ayuda mucho el hecho de que psicológicamente al llegar agosto, mentalmente las personas hacen una especie de corte de caja en donde sienten que a partir del octavo mes “ya vamos en camino hacia el fin de año” con todo lo que eso implica como las reuniones familiares, los momentos con amigos y las celebraciones en general, entonces la mercadotecnia explota ese sentimiento y oferta bienes y servicios idóneos para esos momentos familiares o de amigos, a sabiendas que a partir de agosto hay muchas personas que reciben caja de ahorro y aguinaldo en sus trabajos.
Lo que acaba ocurriendo es que muchas personas reaccionan financieramente a estos estímulos y comienzan a hacer compras o adquirir deudas desde agosto, por ello es natural que se llegue a “enero sin dinero” y se recurra al empeño o a las tarjetas de crédito para hacer frente a los gastos corrientes.
La inflación hará más profunda la cuesta de enero 2023.
El peor ingrediente que tenemos para que la cuesta de enero 2023 sea la más cruda en comparación a años anteriores es la inflación que hemos padecido durante 2022, la cual ha sido la más alta de los últimos 21 años y es la culpable del alza de precios en prácticamente todos los bienes y servicios de este año, por ejemplo, vacaciones, útiles escolares, colegiaturas, alimentos, artículos de importación, juguetes, regalos, etcétera,
Debido a la inflación de este año, se anticipa que en los últimos cinco meses de 2022 los mexicanos gastarán más dinero en comprar lo mismo que adquieren en estas fechas, de modo que si no se planifican gastos la gente llegará a enero con un déficit mayor al de los últimos tres años, es decir, podríamos vivir la peor cuesta de enero de los últimos años.
