Que buenas son esas pláticas con los amigos en las que podemos conocer un punto de vista totalmente diferente de la vida. En verdad aprecio esos pequeños momentos, pero, muy grandiosos a la vez. Es muy agradable saber que puedes compartir cualquier idea que tengas y que no serás juzgado, que tu idea será escuchada y respetada. También lo que sí es muy raro, es llegar a la misma conclusión con todo un grupo de personas. Bueno, pues algo así nos pasó hace unas cuantas semanas.
Después de estar siguiendo las noticias económicas, como de costumbre, de ver el seminario de Pablo Gil (a mi punto de vista uno de los mejores analistas), y de tratar de comprender la decisión de cada uno de los bancos centrales, nos dimos cuenta de que es toda una incoherencia. Los bancos centrales dijeron que imprimirían todo el dinero que fuera necesario para salvar la economía. El problema claro es que ese dinero irá a parar en manos del sector de las grandes empresas, cosa que podemos llamar un estímulo monetario indebido o, mejor dicho, una Expansión Cuantitativa. Es ahí donde creo que muchos podemos diferir con los bancos centrales y decir que probablemente sus decisiones son equivocadas.
¿Una idea guajira?
Pero, ¿por qué? ¿por qué menciono que están equivocados, si las empresas más grandes son las que generan la mayor cantidad de empleos o pagan mayor cantidad de impuestos? Bueno, porque creo que hay empresas a las cuales sí es válido apoyar con esos préstamos y otras a las que simplemente no vale la pena. ¿Cuáles son estas últimas? Las empresas que dejaron de hacer bien las cosas por la avaricia de su mesa directiva. Un ejemplo de esto son algunas aerolíneas (uno de los sectores más castigados). Había reportes de aerolíneas que les cobraran a sus clientes hasta 100 dólares por maleta, ¿cómo una empresa que cobra 100 dólares por maleta puede estar quebrada? Simple, porque no hicieron lo que debían, no llevan una empresa, no se ocupan de mejorar el rumbo ni la dirección de ella, sino que se dedicaron al juego de recompra de acciones, lo que demuestra un cierto interés de un pequeño grupo de personas. Son esas empresas las que no vale la pena salvar, porque al final de cuentas somos los ciudadanos los que pagamos esa deuda y es en donde esos directivos se llevan millones y millones. Esos también son delincuentes.
Quizá algo más sano seria pensar en las micro y pequeñas empresas. Esas empresas con verdaderas ideas de cambiar y hacer bien las cosas. Sí, se perderían varios empleos, esa es una realidad, pero para eso están las micro y pequeñas empresas. Si se les brindara el apoyo para impulsarlas, ellas generarían esos empleos y esa deuda que nosotros (los ciudadanos) tenemos que pagar no aumentaría.
Sabemos también que el otro tipo de empresas favorecidas por el banco central son los propios bancos. El negocio más grande de todos, el dinero. Y a eso vamos con el título del blog, al saber todo esto caes en la cuenta de que el dinero FIAT vale cada vez menos, vale nada. Y como somos un grupo de muchachos a los que nos ha encantado el mundo cripto, pues hemos llegado a tener algunas ideas. Una de ellas, un mundo en donde prácticamente cada empresa tendría su propia moneda digital. Estas podrían valer y regir mediante sus propios términos, siguiendo las regulaciones que conlleven en su tiempo. A fin de cuentas, ¿cuántos dólares vale una acción de Facebook, de Amazon, de Cron?, al final ¿cuántos dólares vale un bitcoin? Creo que un mundo criptográfico tiene más sentido de un mundo capitalista que lo que llevan haciendo los bancos centrales desde hace varios años.
No me parece una idea tan descabellada. Actualmente Facebook cobra por hacer publicidad en su página, al igual que Instagram y otras aplicaciones. En Twitch es posible hacer donaciones con su propia moneda. Cambias tu dinero FIAT (“real”) por bitz (“tokens”), que tienen un valor de .10 centavos de dólar, y al acumularlos puedes cambiarlos por tu moneda local. ¿Les recuerda a algún cambio de divisas? Podríamos imaginar que Facebook, con LIBRA, comenzara a pagarle a sus trabajadores o podrían cobrar por la publicidad en su página con esa moneda.
Quiero recordarles que únicamente es una idea guajira a la que llegamos un grupo de amigos al ver el panorama, y la que creemos no sea tan descabellada para las próximas décadas, al menos no después de ver tantas maromas y teatros en el sistema con la expansión cuantitativa de los Bancos Centrales.