Cuando hablamos de ahorro nos referimos al dinero que nos queda luego de gastar el resto en bienes y servicios, algo que se aplica tanto en las familias como en las compañías pequeñas y grandes. Se puede ahorrar a corto, mediano o largo plazo. También puede ahorrarse en casa o resguardando el dinero en una institución financiera.
¿Qué es un plan de ahorros a plazo y qué son las metas de ahorro?
Las personas, además, pueden establecerse metas de ahorro o elegir un plan para ahorrar¸ cuyos plazos y montos pueden variar. Conozcamos a continuación de qué se tratan estos conceptos y cómo pueden contribuir a mejorar la economía familiar.
Para empezar, hablemos de plan de ahorro. Este concepto hace referencia a la planificación que se hace del dinero y un tiempo establecido, lo que permite economizar un monto específico. También se define como una estrategia que permite ahorrar un dinero que no va a gastarse en el presente para que se acumule y pueda usarse en el futuro.
Un plan de ahorro permite establecer las bases financieras necesarias para solventar una emergencia y planificar a largo plazo. También permite bajar la cantidad de deudas, conocer y organizar los ingresos y comprar solo los bienes y productos realmente necesarios. Además, ahorrar permite pedir un préstamo en condiciones más idóneas. Una meta de ahorro, en cambio, es un objetivo trazado por la persona que ahorra.
Es la razón por la cual guarda su dinero. Puede ser una meta a corto, mediano o largo plazo. Por ejemplo: una meta de ahorro a largo plazo sería depositar montos fijos mensualmente para viajar dentro de 10 años. También pueden ser metas más pequeñas, como ahorrar para una cena de aniversario o cumpleaños, o más grandes, como la compra de un auto.
La meta de ahorro le da sentido a este. Permite organizar el dinero y los montos a ahorrar, una vez que los plazos están establecidos. Cuando la persona ya ha hecho los cálculos para determinar los montos, puede decidir el método que usará para lograr sus metas. Puede ser una cuenta de ahorro, un fideicomiso, etc.
Un plan de ahorro permite establecer las bases financieras necesarias para solventar una emergencia y planificar a largo plazo. También permite bajar la cantidad de deudas, conocer y organizar los ingresos y comprar solo los bienes y productos realmente necesarios. Además, ahorrar permite pedir un préstamo en condiciones más idóneas. Una meta de ahorro, en cambio, es un objetivo trazado por la persona que ahorra.
Es la razón por la cual guarda su dinero. Puede ser una meta a corto, mediano o largo plazo. Por ejemplo: una meta de ahorro a largo plazo sería depositar montos fijos mensualmente para viajar dentro de 10 años. También pueden ser metas más pequeñas, como ahorrar para una cena de aniversario o cumpleaños, o más grandes, como la compra de un auto.
La meta de ahorro le da sentido a este. Permite organizar el dinero y los montos a ahorrar, una vez que los plazos están establecidos. Cuando la persona ya ha hecho los cálculos para determinar los montos, puede decidir el método que usará para lograr sus metas. Puede ser una cuenta de ahorro, un fideicomiso, etc.
¿Cómo se relacionan las metas y los planes de ahorro?
Ambos conceptos se vinculan pues los planes de ahorro a elegir dependerán de las metas establecidas. Las metas de ahorro son el primer paso a dar para poder cumplir con el plan de ahorro.
El plan de ahorro, entonces, requiere metas. Estos fines determinarán el plan de ahorro a elegir y los montos a ahorrar. Por ejemplo: una persona joven que quiera destinar dinero para su jubilación está estableciéndose una meta de ahorro a largo plazo¸ para lo cual puede definir montos más bajos, pero si lo que desea hacer es viajar fuera de su país para sus próximas vacaciones, deberá establecer depósitos más altos para así lograr ese objetivo a corto plazo.
Es necesario tomar en cuenta también todos los ingresos que reciba la persona, así como sus gastos, de modo de eliminar todas aquellas erogaciones que no sean necesarias.
Las metas deben cumplir con un orden de prioridades. En primer lugar, es recomendable establecer un fondo para emergencias. Estos fondos familiares deberían cubrir el equivalente a entre seis meses y un año de gastos.
Luego, debería establecer un monto de ahorro para la jubilación y posteriormente para la educación de los hijos, si los hubiera, y por último, puede considerarse otras metas a largo plazo, como definir cuotas para el cuidado de los padres mayores u otros gastos médicos comunes con las personas de avanzada edad.
Una vez que se hayan cubierto estas metas, las personas pueden pensar en otras a corto plazo, como un viaje o la compra de un auto, que pueden llevarse a cabo en cinco años o menos. En síntesis, el balance en las metas de ahorro permite elegir de forma prudente un plan de ahorro coherente y viable.
El plan de ahorro, entonces, requiere metas. Estos fines determinarán el plan de ahorro a elegir y los montos a ahorrar. Por ejemplo: una persona joven que quiera destinar dinero para su jubilación está estableciéndose una meta de ahorro a largo plazo¸ para lo cual puede definir montos más bajos, pero si lo que desea hacer es viajar fuera de su país para sus próximas vacaciones, deberá establecer depósitos más altos para así lograr ese objetivo a corto plazo.
Es necesario tomar en cuenta también todos los ingresos que reciba la persona, así como sus gastos, de modo de eliminar todas aquellas erogaciones que no sean necesarias.
Las metas deben cumplir con un orden de prioridades. En primer lugar, es recomendable establecer un fondo para emergencias. Estos fondos familiares deberían cubrir el equivalente a entre seis meses y un año de gastos.
Luego, debería establecer un monto de ahorro para la jubilación y posteriormente para la educación de los hijos, si los hubiera, y por último, puede considerarse otras metas a largo plazo, como definir cuotas para el cuidado de los padres mayores u otros gastos médicos comunes con las personas de avanzada edad.
Una vez que se hayan cubierto estas metas, las personas pueden pensar en otras a corto plazo, como un viaje o la compra de un auto, que pueden llevarse a cabo en cinco años o menos. En síntesis, el balance en las metas de ahorro permite elegir de forma prudente un plan de ahorro coherente y viable.
Diferencias en sus objetivos
Las metas de ahorro contribuyen a vivir nuevas experiencias e idear un futuro con bienes que mejoran la calidad y el estilo de vida, como una casa, un auto o incluso algo más sencillo como una computadora.
El plan de ahorros, en cambio, permite tener un futuro financiero saludable, planificar y comprar bienes y servicios, evitar las deudas innecesarias, contribuir a la generación de ingresos pasivos, facilitar la realización de inversiones que incrementen el patrimonio de la persona y funcionar como seguro en caso de emergencia.
En resumen, ahorrar es guardar dinero con miras al futuro: puede ser para la compra de algún bien, legar una herencia a la familia o cubrir algún gasto imprevisto. El ahorro puede significar una diferencia ante una emergencia y fomenta la disciplina financiera.
La elección de un plan de ahorro y los plazos a seguir dependerá de la necesidad de cada persona, así como de las metas a corto, mediano o largo plazo que se establezca.
El plan de ahorros, en cambio, permite tener un futuro financiero saludable, planificar y comprar bienes y servicios, evitar las deudas innecesarias, contribuir a la generación de ingresos pasivos, facilitar la realización de inversiones que incrementen el patrimonio de la persona y funcionar como seguro en caso de emergencia.
En resumen, ahorrar es guardar dinero con miras al futuro: puede ser para la compra de algún bien, legar una herencia a la familia o cubrir algún gasto imprevisto. El ahorro puede significar una diferencia ante una emergencia y fomenta la disciplina financiera.
La elección de un plan de ahorro y los plazos a seguir dependerá de la necesidad de cada persona, así como de las metas a corto, mediano o largo plazo que se establezca.