Aceptación de la IA. ¿Tecnofobia o Tecnofilia?

 

Después del gran logro de Nvidia tras mostrar sus resultados trimestrales, donde pudimos apreciar una vez más que sorprende al mercado, reportando un ingreso anual del 126% para la compañía, provocado por toda la popularidad que está causando el sector de la inteligencia artificial, ya que esta empresa, se encarga de diseñar los microprocesadores más potentes y eficaces del sector.

Esta fiebre, como lo comentamos en el artículo: “La IA: Revolución Tecnológica o Burbuja Inminente”, se espera un crecimiento mayor para el 2030.

Ya es una realidad que la aplicación de estas tecnologías, están ayudando a nuestra sociedad a ver desde otro punto de vista, la interacción humana. 

Por ejemplo, el otro día me encontraba en la casa de una amiga, su niña de 4 años, hablando con Alexa (el asistente de voz de Amazon), me impactó ver cómo la niña interactuaba con el aparato, desde pedirle que encienda el televisor, las luces, que le ayude con la tarea; incluso hablaba con él como si fuera otra persona dentro de la sala.

Sin duda, para la niña será lo más natural contar con una guía en todo momento. Y esto lo sabe Amazon porque ya tiene el producto diseñado para niños: “Alexa Kids”. 

La creciente interacción con estas tecnologías está generando un mercado nuevo, cautivo y altamente potencial. Las marcas son conscientes de esta oportunidad y están ansiosas por capitalizarla.

La llegada de nuevas tecnologías provoca un impacto en los procesos, pues, ya no se realizan como comúnmente se realizaban, se encuentra la manera de mejorar, eficientar tiempo y maximizar la calidad. 

Beneficiando a los consumidores y a los productores, puesto que le ayudan a reducir los costos en su producción, logrando maximizar las ganancias. Por eso, la creación de nuevas y mejores tecnologías que ayuden a facilitar la vida de las personas será siempre primordial para el desarrollo e inversión. A esto se le ha llamado la ‘Economía del Conocimiento’, convirtiéndose en agenda de política pública, porque no solo la creación de mejores y nuevas tecnologías es vital, sino que también, se deberá de estudiar las implementaciones que se tendrá al momento de la aplicación de dichas tecnologías, ver el marco legal y moral para el correcto funcionamiento de la sociedad.

Lo que sí es un hecho, es que la implementación de lo “nuevo” causa en sus inicios un cierto rechazo e incluso miedo. Actualmente, hay un debate que por la implementación de la IA muchos trabajos se perderán, puesto que las funciones que desempeñaban personas en ciertas posiciones, ya lo puede resolver los diversos programas impulsados por esta tecnología.

Pero esta preocupación no es nueva, por ejemplo en 1771 se crea la primera fábrica de tejidos de algodón, para nosotros es común ya ver las fábricas, pero para las personas que estaban acostumbrados a tejer sus prendas a mano o incluso ayudados por un telar, pudieron no concebir la idea de que se pudiera hacer más prendas en poco tiempo, sin duda, hubo quienes tuvieron miedo porque el “gran monstruo” los dejaría sin empleo. La realidad es que con la incorporación de las fábricas textileras, la creciente demanda, hizo que se contratará más personal; es decir, la implementación de esta nueva tecnología trajo consigo la creación de nuevos empleos. 

Este miedo de pensar que la nueva tecnología te desplazará, solo es válido si no te puedes adaptar al nuevo estilo de vida, trae consigo, el miedo de no poder usar las tecnologías causa pánico y la no aceptación. No vamos tan lejos, recuerdo que mi abuelo no siguió creciendo en la empresa donde trabajaba porque le daba miedo usar el computador, él amaba y estaba casado con la máquina de escribir, me acuerdo de que me comentaba que esa invención no serviría de nada, que solo es pérdida de tiempo; el tiempo no le dio la razón. A este miedo por la adaptabilidad y el uso de las nuevas tecnologías se le conoce como tecnofobia.

Siempre existe las dos caras de la moneda, como ya mencionamos los que tienen miedo y aberración por la incorporación de nuevas tecnologías; pero, también tenemos todas las personas que sienten un gran entusiasmo por su uso e incorporación a la vida cotidiana, su actitud optimista ve que hay progreso en su implementación, ven la manera de cómo se puede mejorar la vida y combatir problemas sociales y/o ecológicos. A estos aventureros se les denomina tecnófilos.

Independiente tu postura, la aceptación y adaptabilidad de los nuevos usos de estas mejoradas herramientas, trae consigo un choque, partiendo desde lo cultural, pasando con lo social, y a mi parecer el más importante, la parte personal, ya que es el paradigma que tienes lo que determinará tu relación que tengas a los nuevos sucesos. Romper paradigmas, es más complejo de lo que pudiera parecer, puesto que implica replantearse en la manera en la que concibes al mundo, las creencias que nos gobiernan y es la guía en el camino de nuestra existencia; además, como seres humanos, siempre queremos tener la razón, por lo que enfrentarte a una nueva visión, interpretación del mundo, causa un choque mental, que bien pudieras decir que eso no es posible y la sociedad se está acabando, o bien pudieras decir que es una nueva manera de vivir. Y será la filosofía que tomes al respecto, la actitud que muestres ante la vida, la aceptación o no.

Déjenme compartirles una postura que refleja justamente esto: aceptar, romper y transformar viejas creencias y cómo interpretarlo con sentido del humor: (presten atención cuando habla de robots casi al final del video)

En el siguiente link podrán ver el video:

Le pedí a ChatGPT, que hiciera una pequeña reseña sobre si deberíamos de considerar a la Inteligencia Artificial como un nuevo estilo de vida, esto fue lo que contestó:

Al final, considerar las nuevas tecnologías implica un cambio en el estilo de vida, y como diría el biólogo y explorador Chales Darwin: “adaptarse o morir”