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Es un poco paradójico que a pesar de China es uno de los países más industrializados y con mayores niveles de contaminación, es también el principal inversor en energía renovable del mundo. Uno de los centros de energía eólica más importantes del mundo se encuentra en China, y no es de sorprenderse que grandes porciones de terreno se encuentren ocupados por instalaciones de energía verde. Lugares como Pekín, por ejemplo, está transformando tierras deshabitadas y desérticas en productores de energía limpia. De acuerdo con Can Li, la energía eólica es el futuro de China ya que si se cubre una porción significativa de sus tierras, se lograría producir la energía suficiente para cubrir las necesidades energéticas de la población. Por otra parte, la industria solar también está creciendo de manera significativa, aproximadamente 20 y 30% al año. La capacidad de la industria solar está creciendo a tal punto de que existe una “ciudad del sol” ubicada en Dezhou, al sur de Pekín. Esta ciudad es vista como una ciudad del futuro pues sus edificios son alimentados por paneles solares (Napoleoni, 2011. p. 162).

 

 

Hablando de proyectos medioambientales, uno de los más monumentales del gigante asiático es la construcción de una nueva gran muralla que consiste en una serie de aspas eólicas, paneles fotovoltaicos, centrales hidroeléctricas y solares entre otros que tiene como objetivo garantizar un flujo de energía constante; sinónimo del proceso de modernización del país. China ve en este proyecto la solución al problema de la escasez de recursos naturales. No obstante, existen una serie de desventajas con el uso de energías renovables tales como la imposibilidad de almacenarla o transportarla limitando así su radio de uso. Es un problema grave considerando que son las grandes metrópolis las que tienen problemas de contaminación más graves. En términos de consumo eléctrico tan sólo hace falta pensar en la gran cantidad de población que habita en estas ciudades la cual ha superado la capacidad de aprovisionamiento (Napoleoni, 2011. p. 162).

Como una solución al problema de la distribución surgió una idea conocida como “grid mundial” para distribuir e intercambiar energía en el que los edificios serán tanto productores como transmisores de energía. Sin embargo, es una visión todavía futurista ya que con la tecnología actual no puede llevarse a cabo. Actualmente, China está trabajando en iniciativas para sensibilizar a la población sobre cuestiones ambientales para fomentar la opinión pública después de largos años de no haber atendido los problemas de contaminación a causa del proceso de industrialización.

China es un claro ejemplo de cómo su gran auge económico tuvo consecuencias a las que hoy en día debe enfrentarse como la devastación del medio ambiente. Parte importante de esta revolución, fue su economía basada en exportaciones la cual dio el origen al famoso “Made in China” que se caracterizaban por su bajo costo. Posteriormente, el Gobierno se centró en el consumo interno y en la inversión de proyectos sustentables entre ellos “La gran Muralla” de las energías renovables. Durante esta segunda etapa de la Revolución Industrial China, otros aspectos han cobrado importancia como la creciente población y su gran territorio que también le dan ventaja en el proceso de globalización sobre otros países que ya a China como el futuro centro del mundo.

 

Referencias:

Napoleoni. L (2011) Maonomics. La amarga medicina china contra los escándalos de nuestra economía. España: Paidós Estado y Sociedad.

 

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