¿Tienes demasiados ETFs en tu cartera? Cómo simplificar y optimizar tu inversión

Los ETFs se han convertido en una herramienta esencial y favorita de los inversionistas. Sin embargo, la facilidad para comprarlos junto con la proliferación de estos productos financieros ha llevado a que muchos inversores acumulen ETFs de todos los colores y sabores como si estuvieran coleccionando tarjetas de álbumes. Muchas veces los compran sin una estrategia clara en donde todos hagan sentido. En lugar de beneficiarse de la diversificación, terminan sufriendo un fenómeno conocido como sobrediversificación o duplicación innecesaria.

A medida que la industria financiera lanza nuevos ETFs constantemente para satisfacer nichos específicos o aprovechar modas pasajeras, los inversores se ven tentados a añadir más productos a sus carteras pensando que diversificar más es siempre mejor o que deben de tener exposición atomizada a todo. No obstante, agregar demasiados ETFs puede resultar contraproducente, generando mayores costos, complicaciones en la administración y una exposición ineficaz a los activos que realmente se desean.

En este artículo trataré de explicar cuándo se tienen demasiados ETFs en una cartera y cómo simplificar y optimizar una estrategia de inversión.

Consejos y estrategias para simplificar tu cartera de ETFs

¿Cuándo tienes demasiados ETFs en tu cartera?

El exceso de ETFs en una cartera puede volverse un problema porque en lugar de diversificar efectivamente, se genera sobrediversificación o duplicación de activos. Este fenómeno ocurre principalmente cuando se adquieren varios ETFs que replican índices similares o que tienen alta correlación o incluso se solapan en sus componentes.

Cuando tener demasiados ETFs hace que se pierda eficiencia en la gestión pasiva de la cartera, ya que resulta más complicado analizar y entender cada ETF, monitorear su desempeño y hacer ajustes adecuados cuando se requiere.

Muchos estudios indican que después de 7 ETFs en cartera, los retornos comienzan a parecerse cada vez más a un índice global en el mediano y largo plazo.

El problema es que la industria financiera continuamente lanza nuevos ETFs para aprovechar modas de inversión y el FOMO, lo cual puede llevar al inversor promedio a acumular productos que no aportan un beneficio real a su cartera. Wall Street es un genio del marketing para seducir al inversor a adquirir productos que ofrecen supuestas mejoras o innovaciones, pero que en realidad no añaden valor y muy probablemente sean deslistados y/o liquidados en poco tiempo.

Cómo evaluar y eliminar ETFs redundantes

Lo primero que se debe de hacer para evitar tener demasiados ETFs es escoger una estrategia probada, o armar la nuestra tropicalizando algún modelo de cartera que haya funcionado en el pasado, y no me refiero al pasado reciente. La estrategia es la que nos va a decir qué comprar, cuándo comprarlo y cuándo venderlo. Usualmente, una de las razones más comunes de sobrediversificación o mala diversificación es no tener una buena estrategia.

Para simplificar una cartera de ETFs, también podemos comenzar por evaluar cada uno de ellos considerando varios criterios:

Solapamiento de activos: Identificar si varios ETFs están replicando los mismos índices o sectores en la mayoría de sus componentes. Esto se puede evaluar revisando las principales posiciones de cada ETF. Herramientas en línea como Morningstar o ETFdb.com pueden ayudar a identificar estos solapamientos y calcular su impacto en la cartera.
Correlaciones: generalmente lo que queremos son ETFs que se complementen, es decir, que no se muevan al unísono todo el tiempo ni en magnitudes casi iguales. Queremos que mientras uno cae demasiado, el otro amortigüe y otro más suba un poco.
Costos y comisiones: Revisar todos los costos, desde la comisión anual y el spread, hasta el tracking error y la bursatilidad. Los costos acumulados a lo largo de varios años pueden tener un impacto significativo en el rendimiento total, especialmente si se mantienen muchos productos con costos elevados o se están rebalanceando demasiado.
Simulaciones: saber cómo se ha comportado la cartera durante momentos clave y el retorno esperado, nos puede ayudar mucho para desechar ETFs que tal vez solo están añadiendo volatilidad negativa o mermando retornos.

A todos nos gustaría tener en cartera el ETF más llamativo o al que le ha ido muy bien en el pasado reciente o el que parezca más sofisticado para hablar de él en el bar con los amigos, pero ese ETF tal vez no me va a servir para acercarme a mis objetivos financieros.

Consecuencias fiscales de reducir ETFs en tu portafolio

Simplificar la cartera puede resultar en un beneficio fiscal si se venden activos con pérdidas para compensar ganancias realizadas de otros años. Además, entre menos ETFs tengamos, menores serán los costos operativos de los rebalanceos y también menores los impuestos que debemos de pagar por ello.

Otro aspecto relevante es evaluar el costo de oportunidad. Al mantener ETFs que no aportan valor real a la cartera, se podría estar dejando de lado oportunidades más eficientes en términos de costo y rendimiento. Por ello, es esencial evaluar no solo el impacto fiscal inmediato, sino también el beneficio a largo plazo de una cartera más simplificada y optimizada.

Estrategia para una cartera de ETFs eficiente y equilibrada

Una cartera eficiente y equilibrada no necesita contener decenas de ETFs. En un estudio que realicé hace 10 años, en donde hice cientos de miles de combinaciones de diferentes portafolios, una simple asignación, mitad desarrollados y mitad emergentes DM+EM fue suficiente para ganarle a la mayoría de portafolios en el largo plazo. Este enfoque permite mantener costos bajos, simplificar el proceso de rebalanceo, y sobre todo ahorrarnos muchísimo tiempo, tanto para el armado de la cartera como para su mantenimiento.

La eficiencia no significa solamente simplificar la cartera, sino también seleccionar productos con menor costo y mayor probabilidad para cumplir con los objetivos planteados dentro del horizonte temporal que tengamos y en sintonía con nuestro perfil.

Mantenimiento y monitoreo de una cartera optimizada

Una vez simplificada la cartera, es esencial llevar un seguimiento constante pero no obsesivo. Si vamos a largo plazo, no debemos de estar revisando el cambio de precios todos los días.

Es recomendable monitorear la cartera periódicamente para hacer rebalanceos y aportaciones periódicas. Y tal vez revisarla cada 5 años para asegurarse de que sigue alineada con nuestro perfil (ya que puede cambiar con los años) y también que vamos en línea con los retornos esperados. De lo contrario habría que modificar las asignaciones o incluso los activos. Este proceso también ayuda a identificar ETFs que ya no cumplen un propósito claro dentro de la estrategia

El rebalanceo periódico, preferiblemente por bandas, permite corregir desviaciones significativas respecto a la asignación inicial, y es más barato que hacerlo anualmente ya que no todos los años se requerirá hacerlo.