Los ETFs de rentabilidad objetivo, también conocidos como buffer ETFs o defined-outcome ETFs, han ganado popularidad en los últimos años como una herramienta para mitigar la volatilidad del mercado y ofrecer una protección parcial contra caídas en el precio de los activos subyacentes. Estos instrumentos combinan opciones financieras y un ETF subyacente para proporcionar un rango de protección frente a pérdidas, a cambio de limitar el rendimiento máximo que los inversores pueden obtener.
Desde su lanzamiento en 2018, los ETFs de rentabilidad objetivo han crecido rápidamente, con más de 327 ETFs y con activos bajo gestión que superan los $54.8 mil millones en 2024. Su popularidad se debe a su capacidad de reducir la incertidumbre en entornos de alta volatilidad, como lo experimentado en los mercados globales en los últimos años.
Este tipo de ETFs permite a los inversores una mayor tranquilidad en sus estrategias de inversión, ya que pueden calcular de antemano la volatilidad a la que están expuestos y la rentabilidad potencial que podrían alcanzar. En este artículo, exploraré por qué los inversionistas eligen estos ETFs, cómo se comparan con los ETFs tradicionales, cuándo es conveniente invertir en ellos, los factores a considerar antes de hacerlo y las tendencias globales en este segmento del mercado. Además, analizaremos los errores comunes al invertir en estos productos financieros.

¿Por qué los inversionistas eligen los ETFs de rentabilidad objetivo?
Los ETFs de rentabilidad objetivo han sido diseñados para atender las necesidades de inversionistas que buscan protegerse de las caídas del mercado sin abandonar completamente el potencial de retorno de la renta variable. Su estructura de protección parcial permite a los inversores participar en las ganancias del mercado hasta un límite predeterminado, al mismo tiempo que mitigan las pérdidas hasta cierto nivel.
Ventajas clave de estos ETFs:
- Reducción del riesgo de pérdida: Proporcionan un amortiguador contra caídas en el precio del activo subyacente, generalmente cubriendo las primeras pérdidas de un 10% a 20%.
- Mayor previsibilidad en rendimientos: En mercados volátiles, los inversores pueden beneficiarse de una estructura de retorno predefinida, lo que facilita la planificación financiera a largo plazo.
- Alternativa a la inversión tradicional en renta variable: Son utilizados como sustitutos de la inversión en renta fija o activos tradicionales para aquellos inversores que buscan rendimientos con menor volatilidad y su perfil lo permite. Pero hay que aclarar que no son sustitutos perfectos de la RF.
- Diversificación de estrategias: Permiten incorporar estrategias estructuradas dentro de carteras tradicionales sin recurrir a contratos de derivados negociados individualmente.
En un entorno de mercado con tasas de interés fluctuantes y volatilidad creciente, estos ETFs ofrecen una solución para inversionistas que desean mantener cierta participación en el mercado accionario sin exponerse a una volatilidad extrema.
Sin embargo, estas características también presentan ciertas limitaciones. La más significativa es la restricción en el potencial de rentabilidad. Estos ETFs imponen un 'cap' o techo de ganancias, lo que significa que si el mercado tiene un rendimiento excepcionalmente alto, el inversionista no podrá beneficiarse completamente de esas subidas. Además, la estructura de costos de estos ETFs suele ser mayor que la de los ETFs tradicionales, debido al uso de derivados y estrategias más complejas para la implementación de la protección contra pérdidas. Además, la protección contra las caídas también es limitada. Si llegara a aparecer un cisne negro repentinamente con una caída del mercado superior al límite de protección del ETF, entonces podríamos quedarnos sin la protección.
Otro factor a considerar es la necesidad de mantener la inversión durante todo el periodo de resultados predefinido. Si un inversionista compra un ETF de rentabilidad objetivo a mitad de su periodo de vigencia, la protección y los rendimientos potenciales pueden no ser los mismos que los originalmente previstos. Por ello, es crucial entender bien la mecánica de estos productos antes de incorporarlos a una estrategia de inversión.
De hecho, son la versión simplificada y accesible de las Notas Estructuradas que los bancos de inversión venden a clientes sofisticados o con mayores montos, pero que pueden incluso ser a la medida del cliente.
Diferencias con otros ETFs comunes
Los ETFs de rentabilidad objetivo difieren significativamente de los ETFs tradicionales en varios aspectos clave. Mientras que los ETFs estándar buscan replicar el rendimiento de un índice de referencia sin modificaciones, los ETFs de rentabilidad objetivo están diseñados para proporcionar cierto grado de protección ante caídas en el mercado a cambio de limitar el potencial de crecimiento.
Principales diferencias:
- Uso de opciones financieras: En lugar de comprar y mantener activos subyacentes, los ETFs de rentabilidad objetivo utilizan opciones FLEX para estructurar un rango de protección y limitación de rendimientos.
- Período de resultados predefinido: A diferencia de los ETFs tradicionales, que pueden mantenerse por tiempo indefinido, estos ETFs tienen un período de resultado, generalmente de 12 meses, tras el cual los parámetros se reinician.
- Exclusión de dividendos: La mayoría de los ETFs de rentabilidad objetivo no incluyen rendimientos por dividendos, lo que puede afectar la rentabilidad total en el largo plazo.
- Costos y estructura de comisiones: Debido a la complejidad de las estrategias implementadas con derivados, los ETFs de rentabilidad objetivo tienden a tener costos de gestión más altos en comparación con los ETFs tradicionales. Mientras que un ETF pasivo típico puede tener un gasto anual de entre 0.03% y 0.20%, los ETFs de rentabilidad objetivo suelen oscilar entre 0.75% y 1.00%.
- Capacidad de protección: Mientras que los ETFs tradicionales siguen directamente la fluctuación del mercado, los ETFs de rentabilidad objetivo permiten amortiguar las caídas hasta un cierto porcentaje, lo que les da una ventaja en escenarios de alta volatilidad.
- Horizonte de inversión y liquidez: Los ETFs tradicionales son más adecuados para estrategias a largo plazo debido a su estructura de acumulación de valor sin restricciones en los rendimientos. En cambio, los ETFs de rentabilidad objetivo tienen períodos de resultados predefinidos (generalmente de 12 meses), lo que significa que su efectividad depende del momento en que se compren y se mantengan hasta la finalización del ciclo.
Cuándo invertir en ETFs de rentabilidad objetivo
La decisión de invertir en ETFs de rentabilidad objetivo dependerá de la situación del mercado, el perfil y objetivos del inversionista. Algunas situaciones donde estos ETFs pueden ser atractivos incluyen:
- Periodos de alta volatilidad: En momentos de incertidumbre económica, estos ETFs pueden ofrecer estabilidad y reducir la exposición a caídas abruptas.
- Inversionistas con horizonte de corto o mediano plazo: Aquellos que planean hacer retiros dentro de 1 a 3 años pueden beneficiarse de la protección parcial sin exponerse a fuertes caídas.
- Sustituto de bonos en entornos de tasas de interés bajas: Si los bonos no ofrecen rendimientos atractivos, estos ETFs pueden actuar como una alternativa para la conservación del capital.
- Gestón de riesgos en portafolios diversificados: Se pueden combinar con activos de mayor riesgo para reducir la volatilidad total del portafolio.
Cómo analizar un ETF de rentabilidad objetivo antes de invertir
Antes de invertir en un ETF de rentabilidad objetivo, es crucial realizar un análisis detallado de los siguientes aspectos:
- Nivel de protección (buffer): Determina cuánto de las pérdidas está cubierto por el ETF.
- Límite de ganancia (cap): Define el rendimiento máximo que se puede obtener en un periodo determinado.
- Estructura de costos y comisiones: Evaluar el impacto de los costos en la rentabilidad neta del ETF.
- Condiciones del mercado: Analizar la volatilidad actual y el entorno de tasas de interés para evaluar la conveniencia de este tipo de ETF.
Tendencias de los ETFs de rentabilidad objetivo en el mercado global
El mercado de los ETFs de rentabilidad objetivo ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, reflejado en la creciente adopción por parte de inversionistas institucionales y minoristas. En 2018, existían apenas 13 ETFs de este tipo, mientras que en 2024 ya superan los 327, con un total de activos bajo gestión que alcanza los $54.8 mil millones.
Entre las principales tendencias, destaca el desarrollo de nuevos productos con estructuras de protección más flexibles. Empresas como BlackRock y First Trust han lanzado ETFs que permiten ajustar el nivel de buffer según el perfil de riesgo del inversionista. Además, la innovación tecnológica ha facilitado la implementación de estrategias más dinámicas, ofreciendo periodos de protección más cortos o con diferentes escalones de rentabilidad.
Errores comunes al invertir en ETFs de rentabilidad objetivo
Al invertir en ETFs de rentabilidad objetivo, los inversionistas pueden cometer varios errores comunes que afectan su rentabilidad y protección esperada. Estos son algunos de ellos:
- Comprar en el momento equivocado: La efectividad de estos ETFs depende de su período predefinido. Si un inversionista entra a mitad del ciclo de protección, podría no recibir el nivel de amortiguación esperado o ver limitada su rentabilidad.
- No comprender el tope de rendimiento ni de protección: Algunos inversores ingresan a estos ETFs sin entender que tienen un techo de rentabilidad. Si el mercado tiene un rally alcista fuerte, el inversionista solo podrá capturar un porcentaje de esa subida.
- Compararlos erróneamente con renta fija: A pesar de su mecanismo de protección, estos ETFs no son equivalentes a bonos, ya que siguen expuestos a la renta variable y no ofrecen pagos de cupones regulares.
- No mantener la inversión hasta el final del período: La estructura de estos ETFs está diseñada para alcanzar su objetivo si se mantiene durante el tiempo establecido. Salir antes de la fecha puede llevar a un rendimiento inesperado y menor protección.