El pasado mes de abril, el presidente Enrique Peña Nieto firmó la última de siete declaraciones de Zonas Económicas Especiales, una estrategia comercial que no se había aplicado nunca en México pero que, si funciona como debería, podría ser el inicio de una nueva etapa para el comercio exterior del país. Las Zonas Económicas Especiales (ZEE) han existido desde hace muchos años y se encuentran ubicadas en países con diferentes necesidades, ideologías y potenciales, todas buscando el crecimiento de su economía pero, ¿Cómo surgieron las ZEE? ¿Qué son y qué incentivos ofrecen a los inversionistas?
Zonas Económicas Especiales
Las Zonas Económicas Especiales son regiones delimitadas donde se establecen, por lo general, normas fiscales y trámites preferenciales con el objetivo de atraer inversión a dicha área y potencializar su crecimiento económico. Reducción total o parcial de impuestos, trámites burocráticos más cortos, beneficios aduaneros y otros incentivos fiscales son algunos de los beneficios que reciben los empresarios que deciden establecer sus negocios en estas zonas.
La primera de estas zonas especiales se estableció en Irlanda, en 1959; pero no es hasta 1980 cuando, en China, el presidente Deng Xiaoping establece una serie de reformas que buscaban reducir la pobreza y generar núcleos de inversión mucho más atractivos para los extranjeros, entre las que se encontraba el establecimiento de cuatro ZEE, siendo el caso más exitoso el de Shenzhen.
Shenzhen era un pueblo pesquero cerca de Hong Kong que actualmente es una de las ciudades con mayor impacto en el comercio exterior de China. Treinta años después de su nombramiento como ZEE, su Producto Interno Bruto local se multiplico 150 veces y en la actualidad, existen más de 6000 empresas operando en esta ciudad.
Hoy en día, el 50% del PIB de China es generado por las Zonas Económicas Especiales y lo han convertido en el mayor receptor de Inversión Extranjera Directa en el mundo. Su auge provocó, no solo grandes beneficios económicos, sino también la creación de nuevas tecnologías en dichas zonas, el mejoramiento de los servicios que allí se ofrecen, la construcción de aeropuertos, carreteras y puertos que incrementan la plusvalía de la zona, una reducción de la pobreza sin precedentes y un fuerte impacto en la dinámica exportadora del país.
Sin embargo, no todas las ZEE en el mundo han resultado en éxito. De acuerdo al Banco Mundial, los tres factores que han llevado a esta estrategia a fracasar son: falta de planeación que genere un crecimiento incontrolable y, por lo tanto, una reducción en la eficiencia que se espera; el impacto en el medio ambiente debe tomarse en cuenta, pues el rápido crecimiento de la industria en una zona puede generar problemas que lleven a la zona a decaer sino se establecen políticas estrictas que prefieran las tecnologías verdes; y por último, el desarrollo proporcional de los servicios y estructuras sociales con el crecimiento económico, es decir, que la infraestructura del área se mejore conforme se demande una mayor calidad en los servicios de transporte, comunicación, etcétera.
En México, se contemplaron los diez estados con mayor índice de pobreza extrema para implementar esta estrategia: Michoacán, Guerrero, Puebla, Hidalgo, Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche y Yucatán. La Secretaría de Hacienda estableció que los beneficios fiscales consistirían en un descuento del 100% en el pago del Impuesto Sobre la Renta durante los primeros 10 años de operación, y un 50% de descuento para los 5 años posteriores, una tasa preferencial de IVA y un descuento en las cuotas del IMSS, además de una Ventanilla única para atender los trámites solamente de estas zonas. También se invirtieron más de 13 mil millones de pesos para la integración de las ZEE con el resto del país mediante proyectos ferroviarios.
¿Qué se espera con el establecimiento de estas zonas en México? Primeramente, la reducción en la brecha económica de las diferentes zonas del país. En el centro y norte, se registran tasas de crecimiento promedio del 5%, mientras que en el sur el crecimiento es apenas del 1%. Esto se refleja no solo en la calidad de vida de los habitantes de esta región, sino también en la falta de servicios que existen, la poca inversión que reciben y en general, su poca aportación al PIB Nacional.
Es evidente que, pese a los continuos escándalos políticos y sociales en México, sigue resultando un país muy atractivo para los inversionistas extranjeros que reconocen el potencial que existe en él, y esta iniciativa promete atraer a dichos inversionistas. Sin embargo, requerirá de una normatividad estricta y una constante vigilancia para alcanzar los resultados esperados. No queda más que esperar que el próximo gobierno se encargue de continuar con esta estrategia e implemente las políticas necesarias para ver un crecimiento en la zona sur del país, que tan poco apoyo ha tenido para desarrollar su potencial en materia de comercio.
FUENTES:
https://www.gob.mx/zee/articulos/hahjs?idiom=es
http://www.expansion.com/diccionario-economico/zona-economica-especial-zee.html
http://www.revistacomercioexterior.com/articulo.php?id=115&t=las-zonas-economicas-especiales
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Zonas-Economicas-Especiales-polos-de-desarrollo-I-20180305-0078.html
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/qiu-xiaoqi/china-crea-nueva-zona-economica
http://zimma.com.mx/zonas-economicas-especiales/
http://www.eluniversal.com.mx/tag/zonas-economicas-especiales