Cualquier día es bueno para hablar del papel de la mujer en la economía. Según el INEGI, las mujeres participan con un 65.2% del PIB pero sólo el 8% de las grandes compañías tiene una mujer como líder.
¿Por qué ocurre lo anterior? Se debe a varias razones, una de ellas es el "techo de cristal" un fenómeno construido con base en ciertas creencias, como las que publicó un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 2020. En el que el 47.4% de la población mundial dice que los mejores líderes políticos son los hombres y un 41.4% cree que éstos son mejores en los negocios. (El País, 2020)
Según la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las mujeres, el techo de cristal es el conjunto de normas no escritas en las organizaciones que dificulta a las mujeres acceder a puestos de alta dirección. Como lo son las estructuras jerárquicas regidas por reglas masculinas, la elección de puestos directivos a través de elección influenciada y no por méritos y estereotipos sobre las capacidades de la mujer, entre muchos otros.
Sin duda, el techo de cristal debe ser eliminado para que exista diversidad de género en las organizaciones y que sean precisamente las capacidades lo que influya en las elecciones en estos puestos. Y que, sin importar el género, las personas más cualificadas sean las que tomen las mejores decisiones para las empresas.