El término emprendimiento ha ganado popularidad durante la última década, existen numerosas ferias en las que agentes económicos se reúnen para exponer sus proyectos buscando financiamiento.
El emprendimiento es una conducta que conlleva innovación, ya sea creando un producto, o expandiendo un negocio, es decir, ofrecer algo que ya existe, pero distribuirlo y venderlo de una forma más eficiente.
Uno de los primeros economistas que trató este tema fue Joseph Schumpeter, quien decía que la innovación es un proceso de mutación industrial que revoluciona incesantemente la estructura económica desde dentro; destruye el cambio anterior y crea uno nuevo.
El emprendimiento no existe sin innovación, “Crear destruyendo” era el concepto clave de Schumpeter, pues decía que las innovaciones e innovadores son el motor del crecimiento económico. Para él, ese principio es el que impulsa el desarrollo de negocios y mercados.
En los últimos años esta conducta se ha vuelto cada vez más frecuente entre los jóvenes (y no tan jóvenes) pues permite que vuelvan tangibles sus ideas y generen ingresos con ello. El emprendimiento representa una alternativa para las personas de ser sus propios jefes, crear sus propias empresas y vivir de ese proyecto.
Lo mejor del emprendimiento es que una persona puede volver realidad un proyecto, generar dinero y más empleos. Además, el emprendimiento nace para satisfacer una necesidad que quizá lo haga mejor que otra opción que ya existe, generando estabilidad tanto para el innovador como para el consumidor.