Esta semana quiero hablarles de los criterios ESG presentes en las Inversiones Socialmente Responsables (ISR) que quizá podrían seguir con la línea de lo que publiqué hace unas semanas. Se trata de inversiones amables con el medio ambiente, sociedad y gobierno corporativo.
Las inversiones ESG (Environmental, Social and Governance, por sus siglas en inglés) buscan rentabilidad e impacto social positivo. Los criterios que comprenden la selección de activos sostenibles son:
- Ambiental: se basa en el impacto ambiental de las empresas y las acciones que llevan a cabo para reducir la contaminación y el desperdicio de agua, además evalúan cómo gestionan los recursos.
- Social: abarca el ambiente laboral, atención al capital humano y mayor ofrecimiento de oportunidades.
- Gobierno Corporativo: engloba la relación entre accionistas y administradores de las empresas, buscan actuar con ética y eliminar la corrupción.
De acuerdo con el director global de Inversiones Sostenibles en BlackRock, las inversiones ESG podrían atraer a los inversionistas más conservadores, puesto que los factores materiales relacionados con la sostenibilidad pueden estar vinculados al potencial de crecimiento de las empresas a largo plazo.
Según BlackRock, las compañías mejor calificadas en ESG son empresas con alto grado de inversión y, por medio de los ETFs, estas compañías pueden ser parte de un portafolio de inversión tanto responsable como resiliente frente a la economía global.
La revista Forética dedica una publicación a las ISR (de la cual les dejaré el enlace en este post), mencionando que este mercado es uno de los que mayor crecimiento ha tenido en los últimos años en cuanto a gestión de activos. De igual forma, muestra un estudio en el que se cuestiona si la ética resta rentabilidad; la correlación entre rentabilidad e ISR es alta, presentando una relación positiva entre ambos aspectos, por lo que no tendríamos que preocuparnos por ganar menos con mejores acciones.
Con lo anterior, ¿por qué invertir en empresas que cubran las métricas ESG? Por responsabilidad social. Gracias a la “presión” que algunos inversionistas podrían estar ejerciendo sobre algunos activos para invertir en ellos, se traduciría en mejores ambientes laborales y contribuciones para mejorar el planeta. Hoy en día, sería imprudente hablar sobre conseguir cada vez mejores rentabilidades sin detenerse a pensar en el impacto social y ambiental que provocan nuestras acciones.
Sin duda, posicionar en el país este tipo de inversiones traerá consigo desafíos pero conviene concientizar poco a poco sobre la importancia de participación ciudadana en temas de sostenibilidad.