¡Empieza a soñar y anímate a dar hoy el gran paso!
Un propósito, iniciativa, esfuerzo, trabajo, perseverancia, innovación, valor, pero sobre todo decisión con estas palabras describo a un emprendedor. Quien decide dejar los miedos y prejuicios a un lado para comenzar a cumplir sus sueños y construir el futuro que desea. Con líderes como estos se puede lograr el gran cambio que tanto buscamos.
Sabías que en México existen aproximadamente 4,048,543 Pymes que generan la mayor cantidad de empleos en el país, generando así el 52 % del Producto Interno Bruto (PIB) y más del 70% del empleo en México, (Pymes, 2016) miles de casos de éxito de emprendedores dedicados y comprometidos consigo mismos, con el entorno social y económico en el que se desarrollan, con ganas de lograr un propósito y alcanzar así la libertad económica.
El emprendimiento cada vez tiene un mayor impacto en la sociedad mexicana, las nuevas generaciones van desarrollando esa idea de emprendimiento buscan generar su propio empleo, aspiran a algo más que únicamente conseguir un trabajo y percibir un salario. Sin embargo, esto implica muchos riesgos, trabajo, incertidumbre, etc. Es por ello que los emprendedores una vez que ya desarrollaron toda su idea, se enfrentan al gran reto que es financiar su proyecto, sabemos que hoy en día existen varios sistemas de financiamiento, lo que es un gran impulso e incentiva a muchas personas a echar a andar su negocio, no obstante, en muchas ocasiones los proyectos son rechazados por diversas razones, algunas veces la persona no lo toma en cuenta y termina siendo la más mínima cosa la razón de que su proyecto sea rechazado aun y cuando este sea muy bueno:
Por ejemplo:
No entregar documentación completa, en decir omitir algún documento de los solicitados en la convocatoria.
El proyecto no es de calidad, no es rentable, no está bien desarrollado el plan de negocios, etc.
Otra razón es que no expresan a detalle en los documentos todo lo referente al negocio, muchas veces se presupone que el valuador por lógica deducirá algunos puntos relacionados al giro del negocio, lo cual no es así, y por estas omisiones también puede ser rechazado un proyecto, se debe ser claro y conciso al momento de expresar todo lo que quiere y desea dar a conocer. Algunas otras razones son errores en los datos fiscales. Por tal motivo se debe ser muy atento en cuidar cada uno de estos detalles para así tener más certeza de que nuestro proyecto será aprobado.
Muchas veces esto es lo que hace que una gran cantidad de personas no logre llevar a cabo su idea, el gran reto y todo lo que esto implica hace que a la mitad del camino el emprendedor sede por vencido y decida abandonar el proyecto que tanto esfuerzo y trabajo le costó conseguir. Por otro lado, existen casos registrados de personas que no se deciden a emprender por miedo al fracaso, miedo al qué dirán, miedo a perder dinero. Sin embargo, todo eso es parte de crecer como persona, como emprendedor, como empresario, saber que las cosas no siempre salen a la primera y que aun así debemos de seguir insistiendo hasta lograr lo que nos hemos propuesto. Un emprendedor no se da por vencido; fracasa, pero no deja de emprender (de acuerdo con la ideología de los emprendedores)
La mayoría de los emprendedores en México se encuentran entre los 25 y 34 años de edad y se estima que para años posteriores la edad promedio de estos será aproximadamente de 26 años, (Debayle, 2016) para impulsar a que el emprendimiento siga creciendo se deben de evitar más casos como los anteriores, una solución posible para ello, es saber qué es lo que los jóvenes emprendedores quieren realmente, guiarlos y asesorarlos para que logren sus objetivos, analizar más a detalle los casos de éxito y así poder incrementarlos, lograr jóvenes mexicanos de calidad que aporten algo bueno al desarrollo de la economía del país. ¿Te gustaría ser uno de estos jóvenes?
