El Banco de México es definitivamente una de las instituciones más relevantes de la administración pública, todos los mexicanos estamos envueltos en alguna de sus funciones, para comenzar las monedas y billetes, el sistema bancario, las tasas de interés que emplean los créditos, los contratos que la toman como referencia, la estadística que proporciona, el poder adquisitivo de la moneda y la inflación; siendo que lidera la política monetaria del país y participa en la política fiscal así como la cambiaria y salarial es de gran trascendencia.
El también denominado banco central fue fundado en 1925, el segundo suceso más relevante –en la opinión del autor- de su vida institucional es la autonomía, la cual posee desde 1994, es probablemente dicha característica la más importante que hace posible sus operaciones, este 2019 se cumplen 25 años, y es por eso que el siguiente texto pretende dilucidar acerca del camino que se tuvo que pasar para poder llegar a donde se sitúa.
Bajo esa misma tesitura, el lector disculpará y comprenderá que me aleje un poco de la senda tradicional de actualidad y premura que destaca en la información de la comunidad financiera, ya que conocer la historia de la institución es herramienta para poder entender el contexto actual y descifrar el futuro venidero. No deseo extenderme más de lo previsto, por lo que la estructura del texto se basa en los 5 mandatos de ley que ha tenido el instituto por sus más de 90 años, destacando sus principales atribuciones, hasta llegar al ordenamiento actual.
1.- Ley Orgánica de 1925.
Desde la época posterior al Congreso Constituyente de 1917 el establecimiento del banco central se había enfrentado a dos obstáculos insuperables: la integración del capital y la definición costrinaria y legal de las características de la institución. Los cuatro fundadores del Banco de México fueron: Alberto J Pani (Secretario de Hacienda y Crédito Público), Alberto Mascareñas (Primer Director del Banco de México), Manuel Gómez Morín (Consejero General), Elías S.A. Lima (Consejero General).
El primer ordenamiento que constituyo a nuestro banco de bancos carecía de cuestiones de autonomía plena, siendo que se preveían préstamos otorgados al Gobierno Federal los cuales no podrían rebasar el 10% del capital exhibido del banco. Además se le doto de atribuciones de banca comercial correspondientes a una institución de depósito y descuento; por otro lado, se le concedieron funciones de control monetario y cambiario. El Banco de México fue una sociedad mercantil, específicamente una Sociedad Anónima, 51% de las acciones de la "Serie A" las adquirió el Gobierno Federal, el restante 49% de la "Serie B" los particulares.
Plutarco Elias Calles y Alberto J. Pani mostrando a la prensa la bóveda del Banco de México en 1925.
En síntesis sus funciones eran: emitir billetes, regular la circulación monetaria, los cambios sobre el exterior y la tasa de interés, redescontar documentos de carácter genuinamente mercantil, encargarse del servicio de la Tesorería del Gobierno Federal, efectuar operaciones bancarias autorizadas con los bancos de depósito y descuento.
2.- Ley Orgánica de 1936.
En esta ocasión el tema de la autonomía bancaria paso a estar sobre la mesa, algunos candados se implementaron así como reducir las concesiones el Ejecutivo, ejemplo de ello es que las tasas de crédito en préstamos al Gobierno serían superiores que las de promedio del mercado, un 80% de las reservas serian constituidas en oro, los billetes en circulación no podrán superar los $50 por habitante, buscando evitar la inflación por impresiones sin límite.
Sin embargo, la ley no entro en vigor del todo siendo que algunos transitorios tenían un plazo que no llegaron a cumplirse por reformas anticipadas a la ley, lo anterior a la sazón que la administración de Lázaro Cárdenas (1934 -1940) buscaba implementar una agenda social que necesitaba de bastante liquidez, por lo cual una nueva ley fue expedida.
3.- Ley Orgánica de 1941.
Inició el periodo de “autonomía reglamentaria”, opero en la práctica, aunque dependiendo únicamente del Presidente, a falta de mención en la ley. Otros autores la denominan “autonomía carismática”, por la terna de cordialidad que operó entre el titular del Ejecutivo, de Hacienda y de Banxico.
Más aún, fue dicha ley la que vio al México del progreso y crecimiento a la alza, siendo el crédito y la expansión monetaria los mayores impulsores. Desde mediados de la década de los 70s comenzaría la descomposición operativa.
4.- Ley Orgánica de 1985.
Las devaluaciones de 1976 y 1982 fueron un impulso para cambiar la situación de operatividad del Banco, aunque no se le concedía autonomía estando sometido su Director aun al Presidente, varias novedades se introducen, destacan que el gobierno no puede deber más del 1% de sus ingresos del año en curso a Banxico, la emisión de deuda por el Gobierno Federal, que adquiere el Banco de México se limita, se le da categoría de organismo público descentralizado. Se mantiene como objetivo que la finalidad del Banco es impulsar el progreso económico y bienestar material de la población del país. Si el financiamiento al Gobierno Federal llegará a su límite el banco colocará con cargo al gobierno títulos de deuda pública para absorber el circulante que haya emitido por financiar al gobierno.
5.- Ley Orgánica de 1994.
El ordenamiento legal que actualmente nos rige fue definitivamente el que reflejo el diseño original planteado por Gómez Morín y Pani, dos situaciones son las apremian, la primera de ellas es la mención de autonomía en el artículo 28 de la Constitución, en segundo plano la Junta de Gobierno, conformada por 1 gobernador y 4 subgobernadores, en cuanto al primer cargo el nombramiento es a la mitad del sexenio del presidente en turno y pasa por el Senado de la República, los subgobernadores duraran en su cargo 8 años, renovándose cada 2 años, siendo que así el Presidente de la República solo alcanzará el control de la Junta a los 3 años de gobierno, evitando así cada sexenio altere el funcionamiento del Banco.
Se debe agregar, que el Presidente ya no podrá remover de forma discrecional a sus integrantes. La autonomía se caracteriza por tener respaldo constitucional, una junta de gobierno inamovible, e independencia administrativa.
El autor Eduardo Turrent menciona:
Las reformas legales por cuyo conductor se otorgó autonomía al Banco de México se promulgaron en diciembre de 1993. Por virtud de la primera de ellas se modificó la parte conducente al artículo 28 constitucional para establecer que hacia el futuro la finalidad prioritaria del banco central fuera "procurar el mantenimiento del poder adquisitivo de la moneda nacional" (reemplazando al impulso del progreso económico y bienestar material de la población del país.
El instrumento para lograr el propósito del banco (mantener el poder adquisitivo) fue la autonomía concedida. Hasta ese momento al único instituto que se le había concedido autonomía en América Latina era Chile, el proyecto de la autonomía estuvo liderado por Andrés Bianchi, Pedro Aspe, Miguel Mancera, Agustín Castens, Moisés Schwartz, Roberto del Cueto y Javier Arrigunaga.
Cabe destacar que la autonomía radica en que el instituto central puede manejar sin interferencias su propio crédito. Tal suceso ocurrió a la par del reemplazo del tipo de cambio fijo o predeterminado, por la flotación, ya sin la posibilidad de utilizar un tipo de cambio fijo o semifijo como ancla para el esfuerzo estabilizador. A raíz de la crisis devaluatoria sucesiva de 1995, la carencia de reservas, la caída de la banca privada, México tuvo que pasar forzosamente a un esquema de flotación cambiaria.
La autonomía del Banco de México se apoya en cuatro pilares:
- El respaldo que le otorga la ley y que en México es particularmente vigoroso, ya en ningún otro país del mundo la autonomía del banco central se encuentra garantizada en el propio texto de la Constitución.
- Seguridad del crédito para manejar su crédito sin interferencias.
- Organización y funcionamiento de la Junta de Gobierno
- Independencia administrativa del Banco de México.
Bibliografía:
Turrent, Eduardo, (2011), Fundadores, Calles y Gómez Morín, Banco de México, México D.F. 173 paginas.
Turrent y Díaz, Eduardo, (2008), Banco de México, su historia en cápsulas, Banco de México, México D.F. 63 paginas.
Varios Autores, (1996), El Banco de México en la Reconstrucción Económica Nacional, Centro Cultural Manuel Gómez Morín, México D.F. 165 paginas.