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La colonización de la comida ambulante en América Latina

La comida callejera ha colonizado las ciudades de américa latina, de tal manera, que ya forma parte de nuestro paisaje urbano, nuestra cultura y turismo. El ritmo de vida acelerado y citadino, los precios bajos, el “sabor casero” y la evasión de impuestos, hacen que la comida informal suene muy atractiva tanto para quienes la consumen, como para quienes la producen.

 

Sin embargo, más allá de preguntarnos “¿cuántos y de a cómo?” considero pertinente analizar los retos que enfrentan las economías en la actualidad y cuestionarnos si es un fenómeno que debemos combatir o incluir y adaptar.

Comida ambulante

Foto: Jorge Zapata

 

Según expertos, reducir la economía informal es un elemento fundamental para impulsar la igualdad y luchar en contra de la exclusión social, pues, en la mayoría de los casos, representan a las zonas marginadas de la urbe que no tienen oportunidades de sobrevivir en la ciudad “formal”. Por tal motivo, ¿qué pasa cuando el Estado no produce empleos suficientes y de calidad para abastecer a los ciudadanos?

 

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), declaró a finales del 2017 que, por tercer año consecutivo para los latinos, el desempleo aumentó situándose en un porcentaje de 8.4%; esto equivale a 26,4 millones de personas. Una cifra que se contrarresta con los 130 millones de latinoamericanos con empleo informal.

 

Las estadísticas son alarmantes, pues cómo podemos combatir los negocios ambulantes si según los datos, existen millones de personas haciéndose de las suyas para no formar parte de la cifra del desempleo. Además, la comida informal representa entre el 20%-30% del gasto familiar y una importante fuente de ingreso, en especial, para las mujeres, que, para la mayoría de las regiones, son las principales vendedoras.

 

No obstante, mientras el sector informal crece, el ingreso del gobierno disminuye. Se estima que, a nivel mundial, se evaden alrededor de 3.1 trillones de dólares anuales en impuestos; sin embargo, si formalizáramos el empleo, las protecciones sociales y laborales que el trabajador debe recibir, supera las posibilidades de cobertura del gobierno. 

 

Ante este escenario, podemos observar dos argumentos que se contraponen para alcanzar la solución. Pues las consecuencias de la economía de comida ambulante, incluye mayor vulnerabilidad para las zonas rezagadas en oportunidades, así como la falta de acceso a herramientas financieras, pocas posibilidades de crecimiento, menos ingresos para el país, una mayor demanda de moneda (debido a que las transacciones son principalmente en efectivo), la apropiación de los espacios públicos, mayores impuestos y, en muchos de los casos, escases de normas sanitarias. Por otra parte, fomenta el comercio local, el empleo, el turismo y la cultura. Conceptos que no son menos importantes y no debemos excluir al intentar alcanzar la solución.

 

Entonces, vale la pena reformular la pregunta inicial y cuestionarnos ¿Cuáles son las políticas públicas que promueven servicios más eficientes del sector informal? y, ¿Cuáles serán las estrategias e incentivos que promuevan la recaudación de impuestos adecuada?

 

Según el programa de Organización Internacional del Trabajo, FORLAC, el empleo informal, que incluye por su puesto, la comida callejera; son economías rezagadas en cuanto a inclusión, no sólo al sector formal, sino al sector salud, seguridad y vivienda digna. Por lo tanto, se deben implementar políticas públicas promuevan la capacidad productiva del país, debemos tener administraciones fiscales más simples y con más incentivos y cambiar los procesos legislativos. Ya hay muchos países haciendo algo al respecto como la campaña chilena de “Tú negocio en un día” o la estrategia “Colombia trabaja formalmente”. Son iniciativas muy buenas que promueven a los ciudadanos la inclusión al sector formal y los beneficios que conlleva estar ahí, pero no debe olvidar, que todas estas propuestas deben de ir de la mano con la capacidad de transmitir a los ciudadanos sus derechos laborales, las responsabilidades de la población y la transparencia de las instituciones encargadas. La información es esencial.

 

¿Usted qué opina?

 

Ana Sofía Mendoza Cabrera

Mail: [email protected]

 

Bibliografía

EFE. (2017, Diciembre 18). Portafolio. Por tercer año consecutivo, desempleo en América Latina subió. Recuperado en:  http://www.portafolio.co/economia/empleo/desempleo-en-america-latina-subio-en-2017-512704

MOLEN, P. V. (2016, Abril 11). Recuperado en: Informal economies, state finances and surveyors: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00396265.2016.1216922

MUNDIAL, B. (2018, Enero 10). Comer fuera: para muchos significa ir a un puesto de comida callejera. Recuperado en: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2018/01/10/comer-fuera-para-muchos-significa-ir-a-un-puesto-de-comida-callejera?cid=ECR_E_NewsletterWeekly_ES_EXT&deliveryName=DM1765

 International Labour Organization. (n.d.). programe for the promotion of formalization in Latin America and the Caribbean. Recuperado de: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_245882.pdf

 

 

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  1. en respuesta a Juandi3
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    #2
    03/04/18 13:10

    Muchas gracias. Tienes razón, sin embargo también va de la mano con la "cultura de lo inmediato", la comida rápida se ha convertido en eso, en una manera de adquirir tus alimentos lo más veloz posible a un bajo costo para continuar con tus actividades sin importar si sea saludable o no. Por su puesto, el análisis es completamente arbóreo, pues una cosa nos lleva a otra y hace complicada su solución y abstracción.

  2. #1
    02/04/18 22:37

    Post muy interesante. Me quedé pensando en que la informalidad no necesariamente va de la mano con las malos hábitos alimenticios, en EEUU las cadenas de alimentos de comida rápida, pagan impuestos, generan empleos, cotizan en bolsa... y le hacen mucho daño a la salud.