Hace décadas la sociedad no tenía la discusión acerca de si el tipo de cambio era alto o bajo, ello porque éste se fijaba por parte del estado en un famoso 12.50 pesos por dólar, luego se vinieron las devaluaciones hasta que se cambia el panorama monetario del país a cómo nos indicaban las instancias internacionales, dejando que el dólar flotara según lo quisiera el mercado. Esta decisión evitó que hubiese movimientos abruptos tan grandes, devaluaciones porcentuales muy elevadas, y ha sido el motivo por el que se ha tenido estabilidad monetaria durante el siglo XXI.
Pero en años recientes el valor relativo del dólar ha subido consideradamente con respecto al peso mexicano, usándose equivocadamente como un indicador del desempeño gubernamental, y teniéndose como pretexto para golpear más la figura presidencial durante el sexenio. Aunque sea popular esta idea, no la convierte en cierta, y la necesidad de matizar es importante.
El ser una economía abierta tiene sus ventajas, pero te hace susceptible a muchos acontecimientos que distan de ser responsabilidad de la nación. El fortalecimiento del dólar en los mercados internacionales luego de recuperarse de la crisis es ajeno a muchas de las decisiones del personal ejecutivo mexicano, y esto afectó a todos los países del mundo. No hace mucho estuvo muy cercana la paridad del euro con el dólar, cosa que no se hubiese pensado posible en el pasado. Pero también interviene la desconfianza que ha despertado el mercado mexicano por la caída de los precios del petróleo, la renegociación de su tratado comercial más importante que pone en juicio la relación con un aliado que ahora le amenaza luego de la entrada al poder de Donald Trump; y para adherirle las elecciones en México en la que va encabezando un candidato de izquierda que despierta desconfianza en los inversionistas internacionales.
Esto es parte del diagnóstico que original un dólar encarecido, pero también es necesario señalar que hay puntos favorables que se desencadenan a partir de un valor relativo bajo con respecto a esta divisa.
¿Esto es completamente negativo? Toda condición económica tiene beneficios para sectores y perjuicios para otros. El mayor peligro del dólar caro es el posible traspaso sobre la inflación, ese coeficiente no es menor. Antes que Banxico tuviera su modelo de inflación por objetivos, el coeficiente se materializaba siendo un 0.80. Según publicaciones recientes del propio Banco de México, ese coeficiente ronda por el 0.40. Esto significa que incrementos del dólar de 10% conllevan a uno del INPC del 4%, sin embargo, esta subida debe ser constante por un año, y con alzas y bajas, acaba por no ser completamente preciso.
En lo positivo está la reducción de la pobreza extrema a partir del dólar caro, esto no es una falsedad, sucede a través de las remesas enviadas desde Estados Unidos. La evidencia remarca que quienes perciben las remesas en su mayoría son mujeres que viven en comunidades rurales que están en una situación financiera muy precaria.
También se adhiere que el sector exportador se vuelve sumamente competitivo, esto acompañado del turismo mexicano que puede ser un motor para un desarrollo económico que erradique la desigualdad nacional.
¿Esto compensa los aspectos negativos? Por supuesto que no, se debilita el sector importador, el cual no es menor, y ante el peligro de una espiral inflacionaria, las medidas que toma Banxico restan productividad a la economía con sus recurrentes alzas de tasas de interés que inhiben la inversión privada.
Toda política económica tiene sus pros y sus contras, y ante estos tiempos de debilidad cambiaria, mínimo podemos verle el lado bueno a la situación.
David Abraham Ruiz Ruiz
Licenciado en Finanzas por la Universidad de Sonora
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