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La corrupción tiene mejor calidad de vida.

En las Finanzas públicas mexicanas, existe un personaje demasiado astuto, no fácil de ver para muchos, es un ente con muchas cabezas, algunas pequeñas que recién están creciendo y otras muy grandes con máscaras, con ellas será muy difícil conocer sus rostros, cada una tiene una función desde bajo...
En las Finanzas públicas mexicanas, existe un personaje demasiado astuto, no fácil de ver para muchos, es un ente con muchas cabezas, algunas pequeñas que recién están creciendo y otras muy grandes con máscaras, con ellas será muy difícil conocer sus rostros, cada una tiene una función desde bajo perfil hasta las tomas de decisiones mas importantes para el país. Este monstruo no solo existe, sino que prospera, luciendo una vida que no cualquiera pueda tener, inalcanzable, con vestimenta lujosa, banquetes abundantes, en el vehículo más exclusivo, que va por la vida con toda tranquilidad, no se sabe su edad exacta, se cuenta que tiene demasiados años existiendo en el país, cada vez que se corta una de las cabezas, le vuelven a crecer más y más, no importa si son pequeñas o grandes, siempre saldrá una nueva, lo mas curioso es que en algunas situaciones cuando crece, se parece mucho su rostro en aquellos que tenían mejores valores e ideales que el monstruo,  se le puede conocer de diferentes nombres y muchos apellidos, pero responde al nombre de “corrupción”.


Imagen creada por IA.
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Cada vez que se diseñan estrategias para optimizar el gasto público, esta figura aparece y se vuelve mas fuerte, buscando miles de estrategias para aparentar que quiere mejorar la infraestructura, la educación, la salud y el bienestar de toda la sociedad. Todo queda en apariencias, ya que no importa si cada uno de los pasos que lleva el análisis de un programa de gasto público sea bueno o malo, su poder mágico está en dar resultados que apoyan a las necesidades ya mencionadas, solo que no son los porcentajes que se estimaban en el programa, lo curioso es que si hay un común en cada uno de estos programas, siempre se encuentra un beneficio en algunas de las cabezas que tienen, desde las pequeñas en bajos perfiles de ciudadanos o recién llegados al sector hasta las cabezas enmascaradas que se encuentran en las sombras de altos funcionarios públicos, disfrazadas en empresas, licitaciones, sobornos y transacciones muy oscuras.

 

Las finanzas publicas para todos los mexicanos, debería ser el motor de la economía que lleva al buen desarrollo, la mayoría aporta para que esto pueda ser posible, les cuesta una parte de su fuerza de trabajo, cuando quieren cubrir una necesidad con un bien o servicio, todo esto se convierte en un terreno fértil donde germina la criatura. Hay algunos que pueden quitarse esta preocupación si tienen buena relación con las cabezas más grande, incluso llegan a tener las mismas comodidades que el monstruo, gracias a que beneficiaron aportando a las estrategias del ser, dejando a los demás sufrir los estragos de la voracidad.

Imagen creada por IA.
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La corrupción en México no es un monstruo, pero es la mejor metáfora que pueda describirla, para autores cómo David Arellano y Manlio Castillo, lo describen como un fenómeno conductual que existe desde mucho tiempo atrás, llena de abusos  de un poder otorgado, se puede encontrar en diferentes sectores, no solo en las finanzas públicas, de manera social, legal, cultural, religioso se va expandiendo, donde tarde o temprano cualquier individuo relacionado al poder puede caer, en busca de un cambio, nuevas oportunidades de crecimiento, la corrupción se reinventara y se va expandiendo  a través de los años. (David Arelllano Gault., 2019)

 

La corrupción se fortalece gracias a la impunidad, pocas ocasiones si hay consecuencias significativas, la mayoría radica en multas de cantidades grandes de dinero que terminan en el mismo sector donde comenzó, donde todo el proceso fue muy lento, procesos judiciales complejas para que terminen en sentencias o castigos leves, la falta de castigo permite que este ciclo siga floreciendo, sin una respuesta seria del sistema judicial y resignación social.

 

En el libro La economía del sector público, enfoca como las decisiones gubernamentales impactan en el bienestar social y en la economía, menciona que son necesarias para corregir fallas en los mercados, monopolios naturales y la provisión de bienes públicos. Su intervención del gobierno es mas que necesaria para corroborar que se lleven a cabo todos los programas que puedan apoyar a todos, de una manera que no excluya a nadie, que sean disponibles para todos. El sector público y privado debe complementarse para maximizar este bienestar, con apoyo de transparencia, honestidad y rendición de cuentas puedan garantizar la eficiencia de cada unos de los proyectos, de la mano de una vigilancia ciudadana, aplicación de rigurosas leyes, se podrán distribuir de mejor manera estos recursos. (Stiglitz, 2013)

 

El problema no radica en que tipos de estrategia se ocupe, ya que en teoría todas fueron diseñadas con mucho cuidado y por el bien de toda la población, implementando programas sociales ambiciosos, proyectos de infraestructura y diferentes mecanismos de transparencia. Cuando estos proyectos se ven atravesados por la corrupción, su fuerza se diluye, terminan en un apoyo bajo a la educación, obras de carretera incompletas, falta de medicamentos en hospitales, siendo un simple sueño de aspiración a un resultado, dejando a un lado al ciudadano promedio, y beneficiando a los funcionarios que adoptaron el fenómeno en su ser.

 

Regresando a la metáfora, existe mucha gente que lucha por acabar con este monstruo, que ya esta cansada de la misma historia sin tener los resultados que tanto pronostican con cada programa de presupuesto y aplicación de la política fiscal mediocre, implementando el uso de tecnología, medios de comunicación para meter presión, logrando difundir los problemas que están costando el bienestar de toda la sociedad. Sin embargo, el verdadero cambio requiere un compromiso colectivo, donde la lucha contra este monstruo se convierta en un objetivo nacional y no sólo en un discurso político.

 

 La corrupción personificada como un ente que disfruta los privilegios más altos es el mayor obstáculo para el desarrollo del país, su presencia sigue drenando los recursos para el bien público, combatirla requiere una buena educación y valores: compromiso ciudadano y una transformación profunda que corte todas las cabezas que sean parte de este monstruo. Sólo entonces México podrá aspirar a mejores resultados y una mejor calidad de vida para la sociedad.


Fotografía propiedad del autor.
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