En diciembre pasado, el Índice Nacional de Precios al Consumidor registro un incremento de 0.41%, con lo que la inflación cerró 2015 con una tasa anual de 2.13%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revirtiendo la tendencia a la baja que había venido reportando desde junio de ese mismo año.
¿Qué pasará con la inflación en 2016?
Los anuncios del titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray, y el gobernador del Banco de México (BANXICO), Agustín Carstens, nos muestran que mantener los niveles de inflación estables y no endeudar más las finanzas públicas son objetivos primordiales para reaccionar adecuadamente ante un entorno de alta volatilidad. Por lo tanto, antes que ser reactivas tales medidas, son preventivas ante un contexto internacional sumamente complicado.
La decisión de elevar las tasas de interés es una acción responde a los últimos reportes del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INCP) que como podemos observar en diciembre del año pasado hubo una ruptura en la tendencia a la baja de este indicador, que se pretende se mantenga en 3% con una tolerancia de 1 punto arriba-abajo.
Como consecuencia de esta alza en las tasas, los financiamientos a empresas son los que se pueden ver más impactados, en particular para compra de maquinaria, capital de trabajo y crédito al consumo, coincide Gabriela Siller, directora de análisis financiero-económico de Banco Base.
En cuanto a los créditos automotrices, es riesgo que se corre es que alteraría el buen momento por el que pasa la industria automotriz en México, que vendió 1.3 millones de vehículos ligeros, un crecimiento de 19% durante 2015, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Por su parte, el recorte al gasto público de 132,000 millones de pesos para 2016 tiene como principales objetivos no aumentar más la deuda pública y no incrementar los impuestos. Sin embargo, el recorte podría tener implicaciones negativas en la confianza y en las expectativas de los consumidores, que son los más afectados, dice Pamela Díaz Loubet, analista de “Ve por Más” en finanzas públicas.
Todo lo anterior nos hace pensar que México está pasando indudablemente por una crisis, sin embargo, a pesar de la depreciación del peso y la caída de los precios del petróleo, nuestro país está creciendo, lo que nos da credibilidad y financieramente hablando.
Ricardo Flores Villanueva
IPN Santo Tomás, Socio IMEFU