La coyuntura actual acentúa uno de los escenarios de euforia e irracionalidad más singulares que se han visto en la historia de los mercados, el mar de liquidez, además del fácil acceso a las plataformas de inversión, ha marcado la pauta para que miles de inversores hayan iniciado una etapa de especulación sin precedentes, superando a el crack de 1929 y a la burbuja de las puntocom.
Los recientes casos de GameStop y AMC acentúan este fenómeno, la efervescencia de los inversores inexpertos impulso a la compra de compañías como estas que prácticamente se encontraban en quiebra, sin embargo, abrió la brecha para que otras empresas con problemas similares, buscaran en el mercado de valores una válvula de escape y generando una gran expectación entre los inversores.
Esto genero un entorno de mercado donde los inversionistas se sienten atraídos por empresas con problemas financieros y con un riesgo alto, la especulación en estos activos fomentada en redes como Reddit, se ha convertido en una actividad lúdica, es impresionante la cantidad de emisión de nuevas acciones el último año, de alrededor de 1,002 empresas que presentaron estas ofertas, el 74% aproximadamente son compañías que no generan rentabilidad o incluso operan con pérdidas, paradójicamente ante un índice Russell que cotiza en máximos históricos.
Índice Russell 2000
El apetito por estas compañías, que ha generado valoraciones extremadamente ridículas en las ya conocidas acciones de memes, ha envuelto a los inversores retail en un círculo de euforia y avaricia donde buscan en estos activos un atajo a la riqueza fácil.
La complacencia actual ha permitido que el mercado de valores se desvirtúe de su esencia real que es funcionar como un mecanismo de financiamiento en la economía y del objetivo de un inversor que debe ser encontrar activos de valor en una inversión, empresas que generen ganancias derivadas del crecimiento en la actividad económica.
Veamos hasta donde la Reserva Federal permite la exhuberancia, los golpes de realidad han sido fuertes para los inversores a lo largo de la historia, desde la Tulipmania hasta la crisis subprime, aunque la euforia, causa ceguera en los inversores y son fieles creyentes de que no volverá a suceder otra vez.