Fernando esteve
12/12/24 09:54
Ha comentado en el artículo El caso del CEO asesinado
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Creo que hay que distinguir entre la envidia y la malevolencia. La envidia es desear lo que el otro tiene estimando que si se tuviese el nivel de bienestar experimentado sería superior al que se experimenta. Se habla así, como un posible criterio de equidad a una situación de ausencia de envidia. La malevolencia/odio es desear que el nivel de bienestar del otro caíga. Se distingue entre odio fuerte ("strong hate") que acontece cuando el odiador está dispuesto a sufrir pérdidas en su bienestar siempre que el odiado pierda, del odio debil ("weak hate") que es la situación en que el odiador desea que el por él odia sufra pero no está dispuesto a sufrir nada por causarle ese dolor.Pues bien, lo que sostengo es que todos los seres humanos podemos ser benevolentes o malevolentes respecto a otros dependiendo de las circunstancias y al margen de que se sea envidiosos o no. Ahora bien, uno puede odiar a otro sin tenerle la menor envidia. En mi opinión a lo que estamos asistiendo es a lo que digo en el texto: a un incremento generalizado de la mayoría de las gentes en sus niveles de odio débil hacia las élites sociales y económicas por las razones explicitadas en el texto independientemente de la envidia que se les tenga. No creo, por poner un ejemplo, que la mayoría de gente que vocifera cotidianamente su odio a "Perro" Sanchez quisiese cambiarse por él, es decir, que envidie su posición.