Yo tengo otro enfoque, que me parece que abre más posibilidades "sanadoras". Si consideramos al planeta como un "ser vivo" (lo digo en un sentido algo más que metafórico, aunque no tan literal como algunos lo consideran), podemos pensar que está reaccionando como muchos organismos vivos, o sea, levantando "fiebre" y desarrollando "convulsiones" para expulsar a los agentes patógenos. Si nos seguimos comportando como tales, el planeta nos terminará "expulsando" hasta recobrar su homeostasis. O podemos intentar una metamorfosis urgente para ser parte de ese proceso homeostático. Pero si vamos por el camino de las guerras, seguiremos siendo "el mal".
En las guerras siempre hay "ganadores" (entre comillas) y perdedores (sin comillas)... ganadores solo en términos económicos... pero nunca los beneficios económicos (ya sean individuales o colectivos) pueden justificar el costo en vidas y sufrimiento para miles y millones de personas. Finalmente, las guerras siempre son un retroceso para la humanidad como especie.