Riesgo sistemático: Este tipo de riesgo se nos define como aquél que afecta a todas las empresas, o a la mayoría en un determinado sector. No es diversificable, un ejemplo es la inflación.
Riesgo de tasa de interés: Este riesgo varía dependiendo el activo, y hay más riesgo entre más sensible sea el activo a los movimientos de su precio en relación con los cambios en la tasa de interés. Por ejemplo, en un bono, cuando el tiempo a vencimiento es mayor, el riesgo de la tasa de interés es más grande, y viceversa.
Riesgo de inflación: Este riesgo es en especial importante a tomar en cuanta cuando se está en tiempos de mucha volatilidad en esta variable, porque afecta a básicamente todos los activos, y es por eso por lo que se incluye dentro de los riesgos sistemáticos. Sin embargo, es importante en cualquier caso ya que cuando se calcula el valor de un activo se debe tomar en cuenta cuál será el rendimiento real.
Riesgo no sistemático: Tipo de riesgo que afecta solamente a un específico número de empresas en un sector o a una sola empresa. Es diversificable.
Riego de crédito: Es cuando se tiene la información acerca de qué tan probable es que la empresa pague sus deudas. Es decir, qué tanta protección tiene sus prestadores en un evento de default. Por ejemplo, una empresa con “grado de inversión” significa que este corporativo, con sus actuales situaciones internas, es muy probable que pague sus deudas.
Riesgo de tipo de cambio: Se asume cuando se tienen posiciones en divisas extranjeras, cuando los tipos de cambios futuros son inciertos.
Riesgo político: Cambios en el valor que surgen como consecuencia de acciones políticas.
Se concluye que a relativamente “todo” le podemos poner nombre según cómo afecte al valor del activo a valuar.
Se concluye que a relativamente “todo” le podemos poner nombre según cómo afecte al valor del activo a valuar.