Normalmente la gente suele pensar que un gran contribuyente es una empresa enorme, y sí tiene qué ver con su tamaño, pero no tanto el físico sino con el tamaño de su facturación. En México el Servicio de Administración Tributaria (SAT) considera como gran contribuyente a aquel que declara ingresos superiores a mil 500 millones de pesos al año y en nuestro país hay 11 mil 28 empresas que cumplen esas características.
Los grandes contribuyentes no son únicamente empresas particulares, también lo son algunas empresas públicas que cumplan con ese requisito de realizar operaciones de gran volumen. Como ejemplos de grandes contribuyentes tenemos:
- El Banco de México.
- Instituciones de crédito.
- Bolsas de Valores.
- Instituciones del Sistema Financiero Mexicano.
- Fideicomisos que emitan certificados bursátiles.
- Personas morales.
- Personas morales con acciones colocadas en la bolsa.
- Estados extranjeros y organismos internacionales.
- Miembros del servicio exterior tanto mexicanos como extranjeros.
- Las empresas productivas del Estado, el IMSS y el ISSSTE.
El gobierno del presidente López Obrador ha cargado sus baterías en torno a este grupo de contribuyentes y en los tres años que lleva su administración se ha recaudado 86% de todo lo que Hacienda cobró en el sexenio de Peña Nieto, es decir, entre 2019 y 2021 se recaudaron 541 mil 682 millones de pesos, y de 2012 a 2018 se recaudaron 630 mil 784 millones de pesos. En esta administración por cada peso que el gobierno ha invertido para cobrar impuestos ha obtenido $123.5
Ahora el SAT quiere aumentar todavía más la recaudación de los grandes contribuyentes y para ello va a mejorar los procesos de fiscalización haciendo auditorías, revisiones, visitas, se fiscalizará a contribuyentes nunca revisados, etcétera. Hay expertos que calculan que si Hacienda continúa con este ritmo, al final del sexenio este gobierno habrá recaudado 1.7 veces lo recaudado el sexenio anterior.
