Algo que ya se empezaba a notar en el ánimo de los consumidores es que hace unos meses comenzaban a hartarse de pagar varias suscripciones por servicios en línea como streaming y música porque representan una carga importante para el bolsillo. Durante el confinamiento, estos servicios vivieron un boom (explicado también porque nuestras películas y series favoritas difícilmente se concentran en una sola plataforma) pero al terminar el aislamiento, pagar esos servicios ya se convirtió en un gasto hormiga, ya que en promedio anualmente se pagan 2 mil pesos por plataforma.
Debido a lo anterior algunos suscriptores a plataformas de este tipo comenzaron, por un lado, a darse de baja, y por el otro la gente se ha mostrado más renuente para darse de alta en nuevos servicios similares
Por lo anterior es que, como parte de las nuevas estrategias, las compañías de streaming están planeando ofertar servicios gratuitos o de costos más bajos que incluyan publicidad. A simple vista esto puede parecer una mala idea, pero hay datos que revelan lo contrario, es decir, que streaming + publicidad podría ser una mezcla bien aceptada por el consumidor.
La nueva mancuerna entre streaming y publicidad no luce tan descabellada: si consideramos el mercado de Estados Unidos (de acuerdo con datos de la consultora PwC), en 2020 seis de cada 10 consumidores tenían streaming con suscripción sin publicidad y solo 3 de cada 10 consumieron plataformas de vídeo financiadas por los anunciantes.
El punto central del dato anterior es que sustenta algo que parece obvio: que las plataformas de streaming en suscripción superan ampliamente en preferencias a las financiadas por la publicidad, pero no hay que perder de vista que las plataformas con streamig y publicidad, aunque no son las más populares, también tienen su mercado, algo que las marcas preferidas saben y cuya fórmula podrían adaptar a su oferta en estos tiempos en los que el boom por el confinamiento en casa ya terminó y donde tenemos una inflación alta que merma el gasto del hogar, de modo que los consumidores podrían ver con buenos ojos un producto que les permita divertirse y ahorrar dinero al mismo tiempo.
Versiones para todos
Por ejemplo, Discovery+, HBO Max o Paramount+ están planeando diseñar versiones de su oferta de contenidos apoyadas con anuncios publicitarios, es decir, tendrían al menos dos versiones: una (más costosa) sin publicidad y otra (más económica) con anuncios.
De acuerdo a un análisis de The Trade Desk, empresa que se dedica a la automatización de marketing en tiempo real para personalizar la entrega de contenido digital a los usuarios, asegura que los suscriptores de streaming están dispuestos a aceptar publicidad a cambio de pagar menos en su mensualidad, incluso 25% lo aceptarían con tal que el servicio fuera gratis.
Sin embargo, para diseñar precios más bajos o incluso la gratuidad en el servicio de streaming, la importancia del contenido es el punto central, ya que los consumidores sí están dispuestos a pagar por mirar contenido exclusivo, de modo que en las versiones más económicas o gratuitas no incluirían contenidos “premium” por así decirlo, pero deberían incluir en su catálogo películas o series que tienen gran aceptación y que son o fueron muy populares.
Por último, si algo como lo anterior sucede sí podríamos ver un mercado de streaming saturado, porque si los tradicionales gigantes de la televisión (en aras de conquistar una parte de la audiencia) van a lanzar sus propias plataformas de contenido bajo demanda, será natural que la oferta crezca y con tanta competencia lo lógico sería esperar precios más bajos para el consumidor.