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AMLO nos aplica las mismas recetas “anti inflacionarias” del pasado

AMLO nos aplica las mismas recetas “anti inflacionarias” del pasado

La inflación ha sido el gran tema en lo que va de este 2022 y lo seguirá siendo durante todo el año, debido a que ahora se espera que continúe alta durante los siguientes meses y que comience a bajar hasta finales de año (por ahí del 6%), que siga en descenso durante 2023 y sea hasta 2024 (en el último año de esta administración) cuando al fin se acerque a la meta que originalmente tenía el Banco de México que es una inflación de 3% (con variación de un punto arriba o un punto abajo). Este es sin duda un escenario que no le gusta y no le conviene administrativamente al actual gobierno federal encabezado por el presidente López Obrador.
 
Como respuesta ante la creciente inflación, el mandatario ahora quiere imponer un control de precios en los productos de la canasta básica argumentando que así contendría su aumento. En respuesta, los empresarios agrupados en la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex, la mayor organización empresarial del país) se manifestaron abierta y públicamente por un no este plan del presidente y dijeron que no aceptarán un control de precios.

 

Las razones que dan los empresarios es que cuando los gobiernos establecen control de precios se genera “una distorsión en los mercados que finalmente quien paga las consecuencias es el consumidor”. Como propuesta, los industriales dijeron estar dispuestos a, en la medida de sus posibilidades, contener el alza de sus precios sacrificando una parte de sus utilidades.
 
Al presidente se le olvida, no sabe o no quiere ver que esta inflación en gran medida es provocada por la falla en las cadenas de suministro (oferta) debido a que el confinamiento afectó en gran medida la distribución de materias primas e insumos a nivel internacional, es decir, se trata de causas ajenas a la economía de cada país.
 
Cada vez que puede, AMLO afirma que su gobierno no es igual a los anteriores, pero su plan de controlar desde el Estado los precios de los productos es algo que también hicieron otros presidentes y en todos los casos esas políticas fueron un rotundo fracaso que hizo que la gente acabara padeciendo esas malas decisiones.
 
El más reciente ejemplo lo tenemos con el límite que este gobierno puso a los precios del gas LP, precios que por cierto son fijados en el mercado internacional y no dependen de un gobierno, en este asunto lo que acabó sucediendo es que gozaran del subsidio o ayuda un segmento de la población que francamente no lo necesitaba.
 
El presidente que tanto se queja de sus antecesores debería aprender del pasado y darse cuenta que en los últimos 50 años en México se han controlado los precios de: tortillas, maíz, trigo, tipo de cambio, leche, gasolina, pan, etcétera; en todos los casos la decisión fue impulsada por motivos políticos y en todos ellos el resultado fue un fracaso económico.

 

Estos fracasos sucedieron porque al final nada es gratis y para ponerle tope a los precios se recurrió a subsidios en diferentes modalidades, por un lado, gobiernos anteriores inyectaron dinero (de nuestros impuestos) o dejaron de cobrar impuestos a los productos para amortiguar su precio (justo como hoy sucede con las gasolinas, a las cuales el gobierno de AMLO no les está aplicando el cobro del IEPS para mantener el precio “controlado”).
 
Todos los controles en los precios aplicados en el pasado acabaron impactando directamente a las finanzas públicas. Actualmente las finanzas del gobierno obradorista tienen una caída debido a que la recaudación por gasolinas se contrajo o cayó justamente por decidir dejar de cobrar el IEPS, es decir que el presidente López Obrador nos están aplicando la misma receta fallida de décadas pasadas con el PRI.
 
Los productos y servicios tienen un precio casi “natural” porque lo establece el mercado mismo, y la historia en México nos ha enseñado que cuando ese precio es alterado “antinaturalmente” por una imposición externa al flujo del mercado (por ejemplo, cuando el gobierno mete mano) lo que generalmente acaba sucediendo es que se distorsiona el mercado y ello acaba generando lo siguiente:
 
  • Desabastos.
  • Mercado ilegal de mercancías.
  • Desaparición de empresas, ello a su vez reduce la oferta de productos.
  • Creación de monopolios (donde una empresa controla el mercado).
  • Creación de oligopolios (donde un grupo pequeño de empresas controla el mercado).
 
Quien impone los precios es el mercado y alterar o contener su cauce con decisiones externas acaba generando más problemas para las personas a las cuales supuestamente se quiere ayudar, y la historia de los últimos 50 años en México así lo ha demostrado. AMLO nos aplica las mismas recetas “anti inflacionarias” del PRI que tanto daño hicieron ¿no que era diferente?



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