En los últimos días se ha hablado mucho sobre el riesgo de una recesión económica en México, de hecho muchos la esperaban, sin embargo técnicamente no fue así y más bien lo que ahora tenemos es una desaceleración económica, aunque el riesgo de caer en una recesión sigue latente. Pero ¿qué es una recesión? ¿cuál es la diferencia entre recesión económica y desaceleración económica? Esta noticia ha estado en boca de todos y ahora bien a bien ya no se sabe que es una u otra y la ciudadanía sigue confundida e inquieta por este tema. Esta vez explicaremos en qué consiste cada uno de estos conceptos aplicándolo a nuestra economía.
¿Qué es recesión económica?
Una economía entra en recesión “técnica” cuando lleva dos trimestres negativos de desarrollo económico, es decir que las cifras no son de crecimiento sino de contracción. En el caso de México en el primer trimestre de este año la economía retrocedió 0.2% y para julio se esperaba un retroceso de entre 0.1 y 0.5% y ello hubiera significado entrar en recesión técnica, sin embargo los datos revelaron que la economía mexicana creció apenas 0.1% y eso significó que técnicamente no entramos en recesión por apenas una décima, lo cual sí prendió las alertas para lo que se viene en los próximos meses de este año.
¿Cómo identificar cuando hay recesión económica?
Principalmente esto es lo que pasa en un país que padece una recesión económica:
- Las empresas tienden a cerrar.
- Los capitales (o sea la gente que invierte) se retiran del país.
- Sube el desempleo.
- Cae el ingreso de la gente.
- En términos monetarios la población no tiene dinero aunque lo quiera gastar (en México hasta ahora hemos visto que sucede lo contrario, la gente tiene dinero pero no quiere gastar por la incertidumbre que tiene en la economía).
¿Como identificar una desaceleración económica?
Generalmente una desaceleración económica es lo que sucede antes de que ocurra una recesión económica, es por ello que no hay que echar campanas al vuelo y pensar que “ya la libramos” por decirlo coloquialmente, pues el riesgo de caer en una recesión (con las consecuencias antes descritas) es muy, muy alto.
Hace meses en México comenzaron a ser evidentes los signos de desaceleración, por ejemplo y el último dato reciente es que en junio se perdieron poco más de 14 mil trabajos, pero durante el primer semestre de este año se generaron 39% menos empleos que en igual periodo del año pasado, es decir que prácticamente y en comparación se perdieron 4 de cada 10 fuentes de trabajo.
Esto es lo que sucede en un país con desaceleración económica:
- Principalmente se pierden empleos, regularmente 3 de cada 10 trabajos (esto pasa en México).
- Los inventarios de las empresas son altos y sus ventas bajas (está pasando en México).
- La población si tiene dinero para gastar pero no lo hace, limita sus compras y eso impacta directamente a la tasa de desempleo (en México por ejemplo las ventas de autos o casas nuevas han disminuido).
- La precarización salarial se profundiza.
En cuanto al último punto hay que decir que esto sucede porque en una desaceleración las condiciones de contratación por parte de las empresas se vuelven precarias, es decir, que como se han perdido empleos hay menores puestos laborales existentes, entonces las empresas tienden a contratar con salarios más bajos y con prestaciones muy limitadas, básicas o nulas, sin embargo la población las acepta con tal de tener un ingreso y esto no ayuda a que la economía sea dinámica, es por ello que hoy se dice que México no tiene dinamismo económico.
Una desaceleración puede notarse en el día a día:
Como ya dijimos, la gente tiene dinero para gastar y no lo hace, por ejemplo podemos ver que las tiendas están vacías, con vendedores de mostrador desocupados y sin suficientes clientes qué atender; los restaurantes lucen vacíos o con muy poca gente. Este panorama surge cuando la población siente incertidumbre, por lo tanto se comporta más cuidadosa con su gasto (sin llegar a ahorrar) y prefiere usar su ingreso en otros servicios. Sin duda esto está ocurriendo en México y los negocios lo comenzaron a vivir desde hace meses.
Algo que hay que destacar y que es importante no perder de vista es la pérdida de empleo, que como ya hemos dicho es característico de una desaceleración económica: el gobierno de Andrés Manuel López Obrador arrancó con el despido de miles de burócratas así como una reducción en el salario de muchos otros y si bien los trabajadores de gobierno son menos en comparación a los que trabajan en las empresas privadas, la falta de gasto en proyectos de infraestructura del gobierno generó que el sector privado fuera perdiendo dinamismo, y en muchos casos (como el sector de la construcción) los despidos fueron muy evidentes.
En todo caso, la pérdida de empleo detona muchas cosas muy negativas para la economía de México y de cualquier país, pues cuando la gente ya no tiene empleo muchas actividades pequeñas pero cotidianas y que aportan su granito de arena al crecimiento económico se pierden, por ejemplo:
- Se venden menos desayunos.
- Los boleros tiene menos clientes.
- La gente toma menos taxis.
- Las ventas de las tienditas de la esquina bajan.
- En general todo el sector comercial se comprime y recordemos que en México la mayor parte de empleos y actividad la general las pequeñas y medianas empresas (PyMes).
Conclusión
Sin lugar a dudas es un alivio que no hayamos caído en recesión, pero no hay que echar campanas al vuelo, pues el riesgo sigue y es positivo que el gobierno por medio de hacienda le va a inyectar dinero a la economía como se ha anunciado.
La alerta sigue, pues estuvimos a décimas de entrar en recesión y estamos en un momento económico delicado.
La ventaja es que estamos en el mes de agosto, y este periodo junto con diciembre son los meses del año en los cuales se gasta mucho, principalmente el octavo mes debido al regreso a clases pues tenemos 25 millones de consumidores entre todos los niveles educativos en el país y ello puede ayudar (junto con el plan de Hacienda) a dinamizar la economía.