Organizar Mundiales de futbol es lo que más ganancias le genera a la FIFA: el último Mundial de 2014 en Brasil generó 70% de ingresos para el organismo tan solo por los derechos de transmisión de TV y pagos por derechos de marketing (por ejemplo, el solo hecho de usar las palabras “Mundial” y “Copa del Mundo” generan costos por parte de quien las utiliza con propósitos comerciales). Con el Mundial de 2014 las ventas crecieron 36%, es decir 5,700 millones de dólares, sin embargo el gran pero aquí fue que los beneficios para la FIFA se redujeron casi a la mitad. Es por ello que para el Mundial 2026 la mejor opción por rentabilidad es Estados Unidos, pues México por sí solo no generaría las ganancias que la FIFA espera.
La tendencia de obtener menos ingresos por un torneo mundial de futbol lleva ya unos años. Por primera vez en 10 años y desde antes de 2014 la FIFA ya registraba pérdidas (calculadas en 122 millones de dólares) ocasionadas principalmente por gastos legales "imprevistos". Es por esta razón que el organismo rector del futbol en el mundo ya venía cocinando desde hace tiempo la idea de aumentar para 2026 el número de selecciones participantes, es decir que lo decidió para subir sus ganancias y contrarrestar así sus pérdidas. Es algo simple: subiendo el número de selecciones se eleva el número de audiencias, lo cual representa mayores ingresos por derechos de transmisión, publicidad y marketing, es por ello que no resulta extraño que ahora la FIFA voltee a ver hacia países que tradicionalmente no son futboleros (como Rusia), es una decisión meramente de negocios, una relación costo-beneficio.
Para demostrar lo anterior basta ver el ejemplo europeo: cuando en el viejo continente las finales se elevaron de 16 a 24 equipos los ingresos crecieron 33%, es decir aumentaron en una tercera parte, lo cual sin duda representa una buena decisión para hacer sonar la caja registradora.
Es una cuestión de negocios e ingresos que el Mundial de 2026 será el primero en pasar de 32 a 48 selecciones, algo que los aficionados y periodistas deportivos no ven bien porque se perjudica al fútbol de calidad, lo cual en parte es cierto, pues muchos consideran que habrá “mucha paja” para ese torneo deportivo, sin embargo los países cuyas selecciones tendrán oportunidad de asistir a ese torneo lo verán bien y seguro demandarán poder sintonizarlo en sus países de origen y es ahí cuando la FIFA ganará dinero.
Estados Unidos, Canadá y México ganaron el Mundial 2026 por ser la opción más rentable
En mayo de 2016 la Federación Mexicana de Futbol dijo que México se merecía organizar su tercera Copa del Mundo y comenzó a ver esa posibilidad con la FIFA. En ese mismo mes la FIFA vio con buenos ojos que México tuviera un gran interés en organizar un Mundial, pero en una conferencia de prensa nos recordó que actualmente un torneo así ya no es como cuando nuestro país lo hizo en 1970 o 1986, y dijo que actualmente se requiere mucha infraestructura por parte del país anfitrión.
Ante esta situación fue en mismo mayo de 2016 que la Concacaf se pronunció por una estrategia para que el Mundial se llevara a cabo en tres países de América y fue así como las tres naciones se pusieron a hacer negociaciones para presentar una candidatura conjunta. Para septiembre de ese mismo año la FIFA dijo que veía bien que para 2026 la Copa del Mundo tuviera tres anfitriones y no sólo uno, de modo que sí consideraría la candidatura entre Canadá, Estados Unidos y México.
Canadá, EU y México prometen más ganancias
La candidatura conjunta entre Canadá, EU y México le presentó a la FIFA 23 estadios ya construidos, ocupados y en funcionamiento, aunque sólo requieren adecuaciones que podríamos considerar “menores”. Por su parte, Marruecos que también contendía por el Mundial 2026 necesitaba 16 mil millones de dólares para construir en ocho años los estadios que necesitaba para llevar a cabo el Mundial, mientras que la candidatura conjunta sólo necesitaba $3 mil millones para ponerlos a la altura de las exigencias de la FIFA.
Otro punto a favor de los países americanos fue que se trata del segundo mercado futbolero del planeta con un total de 491 millones de personas, lo cual proyectaba ingresos y ganancias para la FIFA por la cifra récord de 11 mil millones de dólares, algo nunca antes visto hasta ahora, pues el Mundial 2022 de Qatar apenas generará 6.6 mil millones de dólares, mientras que Marruecos para 2026 estimaba ganancias por apenas 5 mil millones de dólares. En una época donde la FIFA busca aumentar sus ganancias abriendo nuevos mercados para contrarrestar sus pérdidas, la candidatura conjunta era lo mejor para el negocio.
Actualmente, México no podría organizar un Mundial de Futbol moderno
Los aficionados y la prensa deportiva no están muy felices con esta decisión, pues califican que México recibió “migajas” para el Mundial 2026 y afirman que nuestro país merecía más partidos. Esta reacción es entendible desde el punto de vista del deporte, pues en su mayoría somos un país fanático del balompié, pero desde el punto de vista de negocios no éramos la mejor opción como organización deportiva.
Diversos analistas del futbol (que no son periodistas deportivos) coinciden en que México sí podría albergar un Mundial de 32 naciones participantes como se hace en la actualidad, pero para uno de 48 selecciones (80 partidos) como el de 2026 simplemente el país “no está preparado” para hacerlo por sí solo, pues hace falta infraestructura como hoteles, comunicaciones y estadios. Como ejemplo no olvidemos el tema del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México que está en boca de todos por las elecciones, ese aeropuerto ya hacía falta hace años, de haberlo construido hace décadas hoy, por ejemplo, tendríamos mayor capacidad para recibir a los fanáticos de un Mundial de Futbol.
¿Qué infraestructura se necesita para un Mundial de 48 selecciones?
Sólo para comparar, para el Mundial de Rusia 2018 se requieren 12 estadios, con ellos se pueden realizar los juegos de ocho grupos, los octavos de final, cuartos de final, semifinales y final.
Sin embargo para un Mundial de 48 selecciones se requieren al menos 18 estadios, y de ellos algunos deben garantizar la siguiente capacidad:
- 80 mil personas para el juego inaugural y la gran final.
- 60 mil lugares para los juegos de semifinales.
- Capacidad de 40 mil personas para la ronda de grupos, dieciseisavos, octavos y cuartos de final.
En México sólo el Estadio Azteca cumplía con la capacidad requerida, PERO eso no es todo, pues en cuanto a su infraestructura, la FIFA le dio el último lugar de todos los estadios de la candidatura conjunta con una calificación de 3.5, es decir que no estaría a la altura de una Copa del Mundo.
Para una semifinal se requiere un recinto con 60 mil lugares. En México estas son las capacidades de los estadios más viables (además que son inmuebles viejos):
- Estadio Jalisco (1960): 56 mil asientos.
- Estadio Olímpico Universitario (1952): 52 mil asientos.
- BBVA Bancomer (2015): 51 mil asientos.
- Cuauhtémoc (1968): 51 mil asientos.
- Chivas (2010): 45 mil asientos.
- Universitario UANL (1967): 42 mil asientos.
Otros de reciente creación como el TSM Corona, Victoria, Nemesio Díez e Hidalgo apenas tienen 30 mil lugares o menos, es por ello que la FIFA los descartó y es por ello que México no puede organizar un partido de semifinales.
Ante este panorama, los estadios de EU son los que tienen las mejores condiciones que la FIFA pide.
Otros factores que no juegan a favor de que México realice en solitario una Copa del Mundo son (entre otros):
- Una situación económica y social adversa.
- No tiene una alta infraestructura aeroportuaria.
- Las vialidades son deficientes.
- Hotelería.
- La percepción de seguridad pública ante el mundo no es la mejor.
El principal problema es la economía, ya que aunque el futbol es un negocio privado, siempre los gobiernos en cualquier parte del mundo acaban aportando recursos públicos para adecuar la infraestructura y prepararla para esta fiesta futbolística, sin embargo sería muy inapropiado que los contribuyentes mexicanos aportarán de su dinero para un negocio entre particulares.
¿Un Mundial de Futbol deja ganancias para el país que lo organiza?
Depende de la economía del país anfitrión. En Brasil por ejemplo, algunas calificadoras afirman que haber tenido la Copa del Mundo en 2014 apenas significó una ganancia de 0.2% de su Producto Interno Bruto, pero en ese año su inflación fue de 0.5%, es decir que la dichosa ganancia se esfumó. En el caso Brasileño su “modesta ganancia” se evaporó debido a su proteccionismo económico y a que los insumos necesarios para la construcción o adecuación de cedes salieron más costosos.
En el caso de México tenemos una economía dolarizada, con un billete verde caro y actualmente la inflación más alta de los últimos años, esto hace que en el supuesto caso de que hiciéramos un Mundial solos, seguramente los costos se dispararían durante los años que se estén haciendo las adecuaciones y la construcción de instalaciones deportivas. Brasil calculaba un gasto de mil 100 millones de dólares en 7 años para los estadios que necesitaba, al final acabó gastando en 12 estadios 3 mil 300 millones de dólares. Sin duda esto sería incosteable para México.
Inversión en otros países que organizaron su Mundial de Futbol
Esta es la “inversión” que hicieron los países en los últimos Mundiales de Futbol:
- Sudáfrica 2010: 6 mil millones de dólares.
- Alemania 2006: unos 2 mil millones de dólares.
- Francia 1998: menos de mil millones de dólares.
- Estados Unidos 1994: también gastó menos de mil millones de dólares.
Como dato, el Instituto Alemán de Investigación Económica de Berlín asegura que el impacto económico del Mundial Alemania 2006 y Brasil 2014 fue prácticamente nulo. En eventos como estos medir los costos es relativamente fácil, pero cuantificar los beneficios es mucho más complicado, y es peor en economías dolarizadas como la nuestra, el riesgo es mucho y generalmente la población o el país no gana más allá de la reputación por haber organizado una Copa del mundo, pero en cuando a dinero sólo ven beneficios los privados.
Es entendible el enojo de la prensa especializada y de los aficionados mexicanos por tener sólo 10 partidos no tan importantes; esta furia es explicable desde el punto de vista de que un país apasionadamente futbolero como el nuestro tenga una participación tan limitada para una Copa del Mundo, pero la pasión no debe cegarnos: no tenemos la capacidad económica para generar una infraestructura de este nivel y aunque Estados Unidos no es una nación futbolera (allá la preferencia por el soccer se ubica después del béisbol, basquetbol o el futbol americano) es el país más rentable para una FIFA que ya no quiere perder dinero y busca ganar más.