Alguna vez (como yo) se han puesto a pensar ¿por qué hay países que se mantienen ricos con el paso del tiempo?, en contraste ¿por qué hay naciones que (como México u otras latinas) siguen eternamente en vías de desarrollo? ¿por qué no todos los pueblos pueden por lo menos ser un poco más ricos? ¿la culpa de la pobreza la tienen los empresarios, el neoliberalismo, la corrupción, el gobierno, la falta de oportunidades laborales, los altos precios?
Otras preguntas concretas serían: (con sus matices) ¿por qué Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España son los países europeos con mayores problemas económicos? A excepción de Grecia que tiene una religión ortodoxa (cercana al catolicismo romano), los otros cuatro son católicos. En el caso del continente americano vemos un patrón similar, América del norte es mayoritariamente protestante y es rica, mientras que América del centro y la del sur es católica y pobre.
Sin duda son preguntas difíciles de responder. Si existiera una explicación universal para todas ellas sería como encontrar el santo grial. Por tanto en los siguientes párrafos no pretendo encontrar el hilo negro o revelar una verdad internacional o milenaria. Simplemente las recetas mágicas o verdades universales no existen.
Lo que sí quiero destacar es que hay elementos básicos que, sumados o interactuando en armonía con otros, ayudan a apalancar situaciones de vida como el desarrollo emocional, psicológico, personal y por supuesto económico.
Regresando al principio, veamos cuáles hoy por hoy son los cinco países más ricos:
El primer lugar lo tiene Luxemburgo, una minúscula nación que tiene el tamaño de casi dos veces el Distrito Federal, tiene sólo 566 mil habitantes pero ellos son los más productivos de todo el mundo: cada persona genera 96 mil 228 dólares por año, es decir, producen casi el doble de dinero que un estadounidense y nueve veces más que un mexicano.
No tiene religión oficial, pero en ese país conviven varias creencias derivadas del cristianismo, hay protestantes y judíos.
El segundo lugar corresponde a Suiza, donde cada habitante genera 84 mil 69 dólares y también es un país pequeño, aproximadamente la mitad del estado de Jalisco. Su fuerte son sus instituciones financieras y es el país que también está en segundo lugar mundial en cuanto a competitividad.
Suiza tampoco tiene una religión oficial, pero las religiones derivadas del cristianismo son las que dominan ligeramente a otras como protestantes y judíos.
El tercer lugar es para Catar, un país árabe que se independizó de Inglaterra apenas en 1971. Su religión predominante es el islam.
En cuarto lugar está Noruega, donde cada habitante produce 80 mil 748 dólares anuales. Este país enfoca sus esfuerzos en el desarrollo humano para tener un sistema social de equidad, por ello a nivel mundial es considerado el lugar con la mejor calidad de vida.
Religión: la mayoría pertenece a la Iglesia evangélica luterana de Noruega, es decir, una religión protestante.
Por último, Estados Unidos, con una producción de 56 mil 421 dólares de PIB por persona. Oficialmente la Unión Americana es un estado laico. En nuestro vecino país conviven muchas religiones, pero las que dominan son las protestantes, luego seguirían las católicas y cristianas.
Si leyeron bien, se dieron cuenta que ninguno de los principales países ricos tiene una religión predominantemente católica, entonces, ¿por qué mencionar en un texto económico a la religión?, ¿la ideología o ética religiosa tiene alguna relación con la producción de riqueza? A pesar que muchos se niegan a creerlo, las ideas religiosas interactúan con los comportamientos económicos, y aunque únicamente es un elemento de varios que influyen para producir dinero, el credo constituye una especie de ADN en el chip de la mentalidad de los seres humanos.
Desde principios del siglo XX nos dimos cuenta que el porcentaje de católicos que hacían sus estudios en instituciones dedicadas a profesiones industriales o comerciales ya era notablemente menor en comparación a las personas de religión protestante, entonces, ¿los católicos del siglo antepasado comenzaron a perder interés en la industria y el comercio?
Actualmente sigue persistiendo la tesis de que las ideas provenientes de la ética protestante influenciaron el desarrollo del capitalismo. Por el contrario, la ética católica por lo regular rechaza los asuntos mundanos y esa idea incluye no buscar una mejor posición económica, y ello es algo con lo que el protestantismo no comulga.
Para el catolicismo el trabajo es una maldición y una carga que debe evitarse (plasmado en el relato que dice que cuando Adán y Eva comieron del fruto prohibido, Dios los condenó a ganarse el pan con el sudor de su frente, es decir, el trabajo en la psique del católico significa un castigo). En contraste, el trabajo es lo que nos permite cambiar el entorno, fue lo que nos permitió salir de nuestro estado de naturaleza para dominarla, el trabajo es algo que nos permite trascender nuestra dependencia del medio ambiente.
El "espíritu del capitalismo" son un conjunto de ideas y hábitos que favorecen el buscar ganancias económicas de manera racional. Algunos sociólogos han encontrado que ciertos tipos de protestantismo favorecen o tienden a esa búsqueda racional del beneficio económico. Pero ojo, no es que las ideas religiosas del protestantismo tengan la búsqueda de riqueza como objetivo, más bien es que la lógica contenida en esas doctrinas, así como los consejos directos o indirectos derivados de ella, dieron como consecuencia la búsqueda del beneficio económico.
En América Latina siguen predominando las creencias católicas, aunque la presencia de otras religiones se fortalece año con año. Le siguen en importancia el cristianismo (evangélicos), los judíos, adventistas, testigos de Jehová, mormones, musulmanes, etcétera.
De este modo vemos que nuestra idiosincrasia tiene una base católica fuerte y muy arraigada, lo cual explica sólo en parte nuestro lugar mundial en el ranking de la producción de riqueza y el por qué no tendemos a buscar mayores ganancias económicas con menos esfuerzos, al menos en el caso de México somos buenos para el trabajo duro, pero no tanto en el trabajo efectivo. Por otro lado, podemos apreciar que las sociedades protestantes tienen una participación más destacada, son los que poseen más propiedades de capital, son los que están en los lugares primordiales de las grandes empresas manufactureras y comerciales del mundo.
Aunado a lo anterior, en América Latina es más común (claro, con sus honrosas excepciones) ver que quienes son ricos es debido a que heredan las fortunas; en contraste en Estados Unidos por ejemplo, donde podemos observar a personas que hicieron grandes fortunas por sí solos y en muchos casos tienen su origen en la clase media o de plano en la clase baja ¿por qué pasa esto?
Son varios los factores, unos sociales, otros la igualdad de oportunidades sin importar la clase social de origen, etcétera, aunque el aspecto cultural juega un papel muy interesante:
En las sociedades desarrolladas:
- La cultura sajona (por ejemplo) es más arriesgada en cuanto a toma de decisiones.
- Está formada por personas más independientes. Allá vemos que se separan del núcleo familiar a edades más cortas en comparación a las sociedades latinas.
- Para ellos el dinero es una herramienta, lo usan más como un instrumento de generación de riqueza y no como un sinónimo de gasto.
Las culturas en desarrollo:
- No son sociedades tan independientes. En su mayoría las sociedades latinas tenemos una cultura de dependencia muy grande que podemos ver fácilmente entre la clase media o la clase baja. Ejemplo: muchos hijos siguen en el hogar familiar hasta los 30 años o más, o bien hasta que se casan y aún así siguen dependiendo de su familia nuclear en lo económico, emocional o personal.
- Culturalmente el dinero está ligado a una parte emocional. Ejemplo: el día de pago nos premiamos consumiendo lo que queremos “porque nos lo merecemos”. Debido a ello tenemos una cultura de gasto y no de inversión, aprendimos que el dinero es un instrumento para comprar y no una palanca para el desarrollo.
En este sentido, los factores culturales y religiosos contribuyen a que cada país haya hecho y siga manteniendo su posición actual en el mundo.