En la primera parte ya revisamos los recortes en la estimación de crecimiento que ha sufrido nuestra economía. También vimos que en pocas semanas eventos muy pegados uno del otro (tal y como si se tratara de jinetes del apocalipsis) fueron sucediendo: primero los problemas económicos de Grecia; después los anuncios de los cambios en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos; por último los problemas financieros de China, todo nos afectó y modificó el tipo de cambio frente al dólar.
Por otro lado, la recuperación económica se calcula que comience apenas hasta el 2017 (eso se dice hasta ahora) y ya comenzaron a anunciarse los primeros recortes al gasto público y los primeros afectados son la educación, la investigación y el gobierno. Como dijera una canción mexicana “en nuestro cielo sólo hay nubarrones”. Con el horizonte sombrío y turbio las grandes preguntas son: ¿ante los ojos de capitales extranjeros somos vistos como un país de altos riesgos? ¿inversionistas externos querrán arriesgar sus dinero en México? ¿con los actuales precios del petróleo van a querer venir a invertir las grandes firmas tal y como lo asegura el gobierno de Peña Nieto? ¿esperamos a que la economía mundial por sí sola retome su rumbo? ¿nos sentamos a esperar? ¿podemos hacer algo? parece que sí podemos intentar una acción y es fortalecer el sector servicios, pero más de uno se preguntará ¿y qué es el sector servicios?
En la repartición del mundo nos tocó ser un país de servicios
México no forma parte de los países que hacen desarrollos tecnológicos, ni investigación científica, no producimos automóviles, aviones o maquinaria industrial. La economía mexicana se conforma de un cúmulo de actividades económicas enfocadas a la producción de bienes y servicios.
El sector servicios o también llamado sector terciario es formado por actividades económicas que NO producen bienes materiales directamente, mas bien predomina lo que tiene que ver con servicios que satisfacen necesidades de la población, dichas necesidades son las de áreas como comercio, actividades financieras, servicios personales, servicios para empresas prácticamente de cualquier sector, función pública, hoteles y turismo, transportes, telecomunicaciones, educación, servicios de salud, y un largo etcétera. Prácticamente desde la década de los 70 la mayoría de los trabajadores mexicanos no producen bienes materiales, en su lugar trabajan en aquello relacionado con desarrollar servicios.
¿Por qué apalancarnos del sector servicios para reactivar nuestra economía en 2016?
Una posible respuesta podría estar en algo que pasó en 2011, revisemos:
A finales de ese año el PIB creció 3.9%, en gran medida por la energía de la demanda interna principalmente por los sectores comercio (5.6%), servicios financieros y seguros (6.8%), telecomunicaciones (servicios informativos en medios masivos de comunicación 7.1%) y los servicios profesionales (científicos y técnicos 6.7%), entre otros más. En ese entonces, como ahora, el sector industrial creció poco al igual que el campo.
Ahora, si dejamos de lado al comercio y a las actividades financieras, durante ese año las áreas que mejor dinamismo mostraron fueron las de tipo privado como los servicios legales, contables, diseño de cómputo especializado, publicidad, encuestas de mercados, servicios de información en medios de comunicación, servicios de esparcimiento, servicios relacionados con deportes, servicios corporativos y empresariales.
¿Y cómo se comportó el crédito en 2011?
El crédito proveniente de la banca comercial hacia el sector servicios tuvo una tendencia alcista. A diciembre de 2011 el saldo fue de más de 545 mil millones, en diciembre de 2010 fue de más de 456 mil millones, es decir un avance entre 2010 y 2011 de 19.3% anual (casi una quita parte más de créditos).
En este 2015 vemos algo similar: el gobierno federal por medio del Instituto Nacional del Emprendedor de la mano de Nafinsa, Bansefi, bancos privados y otras instituciones de crédito ha hecho convocatorias y ha otorgado créditos para emprender negocios, pero también para ampliar y modernizar los ya existentes, todo con el fin de fortalecer a las PyMes mexicanas, las cuales generan más del 90% de los empleos del país.
¿Las condiciones entre 2011 y 2015 son similares?
Lo que no cambia es que para funcionar el sector servicios depende en gran parte de una buena demanda interna así como de la confianza del consumidor, en 2011 estos dos elementos mostraban debilidad, los empleos y salarios (que eran bajos que no podían generar consumo interno) no tenían recuperación y se pensaba que eso podía ser un freno para que avanzara la demanda interna.
2015 prácticamente tiene las mismas condiciones del último año de la presidencia de Felipe Calderón: debilidad del mercado interno, empleos insuficientes y los existentes son de bajos sueldos, lo cual (también dicho por la OCDE) no pueden reactivar el consumo interno. Lo que más pesa en este 2015 es la caída en los precios del petróleo, algo que no teníamos en 2011.
Conclusión
Al igual que en 2011, 60% de la riqueza que genera México proviene del sector servicios, y como hace cuatro años este sector necesita ofrecer más empleos pero la diferencia es que para afrontar el 2016 debemos hacer que más personas tengan acceso al crédito para que puedan iniciar micro negocios y PyMes.
Para reducir el riesgo de mortandad de micro y pequeñas empresas, los otorgantes del crédito (además de prestar el dinero) deben asesorar a los micro y pequeños empresarios para que los negocios que emprendan generen rentabilidad.