Es sabido que hay a quienes les benefician las crisis, gracias a ello se explica la aparición de nuevos ricos o simplemente de personas que de una desafortunada situación económica generalizada obtienen un provecho; de entrada ello no es cuestionable, pues los empresarios deben ser sumamente camaleónicos, sin embargo esto sí debe ponerse en tela de juicio cuando una riqueza va acompañada de prácticas ilícitas que afectan a otros, y peor aun cuando esos “otros” son miles o millones y los beneficiados apenas un puñado.
Crisis en Venezuela:
Venezuela pasó de una crisis política interna a una crisis económica interior y exterior. Si ponemos atención a lo que dicen expertos venezolanos y de otras latitudes encontraremos que existe un consenso al afirmar que hay un freno al crecimiento económico de ese país, además hay varios analistas y organismos que van más allá y aseguran que las perspectivas de los venezolanos están en la oscuridad, pues pronostican que la desaceleración podría extenderse hasta el año 2014, el crecimiento para este 2013 será de apenas 0.2% (en 2012 fue de más de 5%), la inflación podría dispararse al 38% (hoy día está alrededor del 20%) y los más radicales prevén un golpe de estado motivado por un malestar social extendido.
¿Dónde comenzó todo?
Para los industriales venezolanos la escasez de dólares ocurrida en el primer semestre de 2013 es por lo que ahora el precio del billete verde se disparó y por ello están sufriendo de una acumulación de deudas, de hecho dichos empresarios ya registran atrasos en sus pagos con empresas de otras naciones del continente.
¿Quién se ha beneficiado?
El presidente venezolano Nicolás Maduro ya reconoció ante la opinión pública que hay una “descontrolada” corrupción de parte de algunos empresarios que se están aprovechando del tipo de cambio y están sobrefacturando usando las importaciones. De ser cierto lo anterior, se explicaría el enorme “brinco” que han registrado las mercancías llevadas a Venezuela, las cuales hasta junio llevaban asentados 687 millones de dólares, cifra similar a la de todo el 2012.
La autoridad ecuatoriana, por ejemplo, admite que desde su país “hay lavado con exportaciones hacia Venezuela”, pero ¿cómo opera? el fiscal general ecuatoriano asegura que hay empresas que rápidamente se constituyen, venden productos a precios entre 500 y 600 veces más caros del costo original, luego rápidamente desaparecen para seguir operando; además el dinero permanece de 24 a 48 horas en su país y de ahí es transferido principalmente a Estados Unidos, Panamá y Venezuela; aunado a esto la cantidad de bienes que se reportan que entran a Venezuela no es la verdadera, porque han encontrado casos en los que una empresa declara que vendió un millón de piezas de un producto y al destapar contenedores la autoridad no ha encontrado ni 10 piezas.
Otro ejemplo: Hace casi un par de semanas, Nicaragua reportó que captó “la cifra histórica” de mil 284 millones de dólares en inversión extranjera directa con recursos provenientes principalmente (otra vez) de Venezuela, Panamá y Estados Unidos, pero además, según el Banco Central de Nicaragua más de 60% de esa cantidad fue a parar a manos del sector privado. Es decir que tal vez mucho de lo ocurrido en Venezuela podría explicarse si se sigue la ruta del dinero de ese país, de Panamá y de Estados Unidos por lo menos de 2012 a la fecha.
¿Quién paga los platos rotos?
Mientras hay quienes hábilmente aprovechan el descontrol de los precios, los huecos fiscales y la devaluación, hay otros que verdaderamente sufren el error económico venezolano. Colegas periodistas de esa nación narran que cuando la margarina o la harina para elaborar arepas llega a Venezuela, literalmente la gente ha llegado a los golpes al interior de los supermercados para comprarlas, y es que sólo les permiten comprar unas cuantas piezas por persona y no hay fecha segura para que las vuelvan a surtir; por si esto fuera poco, en las pláticas comunes de Venezuela se corre el insistente rumor de que hay otra devaluación en puerta.
Los venezolanos se quejan de que el gobierno de Maduro prefiere importar que producir internamente, y esto se agrava más porque con esta incertidumbre algunas empresas han quebrado, otras no quieren invertir y unas más ya amenazaron con retirar sus inversiones e irse de la nación bolivariana, la empresa Bimbo es una de ellas. Esto ha dejado a los venezolanos con un sentimiento de inseguridad económica y social que se respira en el ambiente.
Así las cosas, estas son algunas situaciones que día a día viven los venezolanos:
- Muchos están insatisfechos con el gobierno, pero al mismo tiempo hay conformismo.
- La oposición al gobierno chavista cada vez es menos fuerte.
- Un litro de agua cuesta 25 bolívares, mientras que llenar un tanque de gasolina cuesta 3.
- Muchos ya están planeando emigrar.
- Actualmente comprar un automóvil usado en Venezuela es más costoso que uno nuevo, y los que pueden ir a las agencias deberán esperar meses para que se los puedan entregar.
