El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto sostiene que con la reforma en materia de Telecomunicaciones se regulará el acceso de la banda ancha para supuestamente implementarlo como un derecho constitucional. Con estos cambios que se discuten en el congreso, la administración federal ha dicho que quiere lograr tres objetivos concretos:
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Fortalecer el derecho a la libertad de expresión e información, estableciendo el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación como un derecho, así como a la radiodifusión y telecomunicaciones (incluida la banda ancha).
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Fomentar la competencia en televisión abierta y restringida, radio, telefonía fija y móvil, servicios de datos y telecomunicaciones en general.
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Incrementar la infraestructura en telecomunicaciones y hacer más eficiente su uso, con el fin de que disminuyan los precios y aumente la calidad de los servicios.
Los tres puntos son de importancia social y económica, pues en los últimos años hemos visto que en México una labor que tiene que ver con el ejercicio de la libertad de expresión, como lo es el periodismo tradicional y digital se ha tornado altamente peligrosa, al grado que se ha clasificado a este país como uno de alto riesgo para ejercer esta profesión. ¿Esta reforma en Telecomunicaciones no debería ser multidisciplinaria e integral para ir de la mano con otros cambios que le brinden seguridad a quienes ejercen esta labor importantísima para cualquier democracia?
Para los siguientes dos puntos que tienen que ver más con resultados económicos, antes quisiera destacar que contrariamente a la mayoría de los países latinos donde se ha distribuido de manera relativamente equilibrado del mercado de las telecomunicaciones, en México históricamente hemos tendido a fortalecer la presencia de la empresa dominante en esta materia, ¿cómo nos garantiza la administración de Peña Nieto que esta nueva reforma no será más de lo mismo?
El último objetivo es el más importante desde mi punto de vista y tiene que ver con el esquema de precios. Particularmente considero que cualquier reforma que trastoque un bien de México (en este caso se trata del espacio radioeléctrico concesionado a particulares) necesariamente tiene que traducirse en una mejora palpable en la economía de los ciudadanos comunes y corrientes para luego verse reflejada en la economía en macro; y en este asunto el panorama se pone más gris.
Datos del Banco Mundial confirman que cuando en América Latina se han realizado cambios en las telecomunicaciones, México no ha salido bien en el esquema de los precios que paga el consumidor, pues las tarifas mexicanas son superiores en comparación con las de otros países estudiados por ese organismo. Además, esto mismo ocurre si hacemos la comparación de las tarifas en México con las de los otros países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En el siguiente cuadro se puede ver una comparación:
Para llegar a esta conclusión, el Banco Mundial consideró una canasta de servicios de telecomunicaciones que incluye llamadas locales, larga distancia nacional, larga distancia internacional y llamadas a teléfonos móviles; los precios de México solamente fueron superados por países como Hungría, Portugal y Turquía. Los costos más bajos están en Finlandia, Noruega, Suecia y Gran Bretaña.
Como alguien que se ha dedicado por una década a trabajar para empresas en medios digitales, considero que esta reforma debe estar a la altura de los tiempos y contemplar fuertemente una eficiente masificación de internet en el territorio mexicano por las siguientes razones:
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En 2011 la ONU declaró que el acceso a Internet es un derecho de la humanidad, gracias a que favorece el progreso social porque considera que contribuye a la libertad de opinión y expresión.
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Por cada 10% de incremento en la penetración de banda ancha en México, se aumentaría 1.3% el Producto Interno Bruto. Si consideramos el tamaño de nuestra economía, México debería ser el doble de volumen que era hasta el primer semestre de 2011.
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En los 13 países con mayor cantidad de transacciones electrónicas realizadas, se genera más del 70% del PIB mundial, dichas naciones son las del G8 además de Brasil, China, India, Corea del Sur y Suiza. Si México aumentara su ancho de banda, podríamos ser el país 14 en esa lista, pues con todo y nuestra limitada penetración de internet somos la economía 13 del mundo y Brasil la octava.
Con un internet más grande podríamos pelear con los brasileños por ser el primer lugar de América Latina, pues actualmente con alrededor de 5 millones de usuarios de banca electrónica, representamos aproximadamente 12% del comercio electrónico de la región.