Los impuestos constituyen el mecanismo principal por medio del cual los gobiernos se hacen de dinero para poder enfrentar las necesidades públicas, como salud, escuelas, seguridad pública, etcétera. El estado exige impuestos dependiendo de la capacidad económica de sus contribuyentes, siempre y en todo momento obedeciendo las leyes tributarias, pero ¿sabías que hay impuestos directos e indirectos? Es decir, esa es la forma más común de distinguir entre unos y otros.
Los impuestos gravan el ingreso, la riqueza, el capital o el patrimonio de una persona y en ese sentido lo afectan directamente, esa es una de las razones por lo cual son desagradables para muchos.
Diferencias entre impuestos directos e indirectos
En general los impuestos directos se aplican a la renta y sobre el patrimonio, mientras que los impuestos indirectos agravan al consumo. Para más fácil: el impuesto directo lo paga quien tiene o posee algo, mientras que el indirecto lo paga quien consume o hace algo.
Los impuestos directos son tal vez los más fáciles de distinguir porque se imponen dependiendo de la capacidad económica del contribuyente.
A su vez los impuestos directos se pueden dividir en dos:
Impuestos de producto:
Rentas, productos o elementos patrimoniales a los cuales se les fija el impuesto considerando las características de dicho bien sin importar quien sea su dueño.
Impuestos personales:
Rentas o patrimonios pertenecientes a personas físicas o morales cuyo monto de impuesto se fija dependiendo de la capacidad de pago de dichas personas.
Impuestos directos más comunes:
- Impuesto Sobre la Renta (ISR se aplica a las ganancias de personas físicas y morales).
- Impuestos al Patrimonio.
- Derechos de Exportación.
- Impuesto a la transferencia de dominio de bienes.
Impuestos indirectos
Estos recaen sobre el consumo de bienes y servicios, o sobre transacciones.
Ejemplos: