Hace dos días, Bloomberg publicó una importante nota titulada “Gold Vault Opens in China as Bullion Goes From West to East”, en la que incide en la instalación de una nueva gran bóveda en Shanghai, con capacidad para guardar hasta dos mil toneladas de oro, el doble de la demanda anual total de ese país estimada para este año.
La noticia que en sí misma es llamativa, destaca aún más si consideramos que los medios predominantes, el “mainstream media”, suelen relegar o de plano ignorar este tipo de informaciones respecto al innegable y creciente flujo de oro físico de Occidente a Oriente, en particular a la China continental a través de Hong Kong, como le hemos mantenido al tanto en este blog.
Hemos de remarcar que China, según proyecciones del Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés), podría rebasar a India como el principal consumidor del metal precioso este 2013. Desde luego, la empresa Malca-Amit Global Ltd., propietaria de ésta que es la bóveda más grande de su grupo, busca beneficiarse de esta creciente demanda china.
Bloomberg destaca que el consumo de joyería, barras y monedas en China, India, Indonesia y Vietnam juntos, equivale ya al 60% del total mundial, cuando en 2004, era de apenas 35%.
El seguimiento de los datos nos revela que lejos de que el oro esté perdiendo atractivo entre los inversionistas, estos están reaccionando con prontitud cada vez que bajas en las cotizaciones les dan oportunidad de adquirirlo a mejores precios. Al menos esto es cierto para los inversores asiáticos, pues los occidentales siguen cometiendo el gran error de desprenderse de él, al no ver la necesidad de un refugio seguro. Allá ellos.
En total, ya suman 755 toneladas las vendidas por fondos cotizados, ante el temor de analistas como los de Goldman Sachs que han dicho que existe el riesgo de que el metal pueda caer por debajo de mil dólares la onza. Otros analistas cifran el promedio de cotización en 1,175 dólares para el tercer trimestre del año que viene.
Todo esto sin olvidarnos de las especulaciones sobre un posible retiro de estímulos por parte de la FED estadounidense, y “mejores” datos económicos en la economía americana.
La posición de este espacio es que no ocurrirá tal recorte de estímulos monetarios, y que en cambio, la FED podría aumentar los estímulos cuando esta supuesta “recuperación” comience a flaquear. No hay estrategia de salida, llegarán por este camino hasta las últimas consecuencias.
La simple percepción del mercado en el sentido de que esos recortes en la política monetaria expansiva (QE) de la FED ocurrirán, podrían dar pie a que estos descensos en los metales preciosos se prolonguen por más tiempo. Esa situación, deberá ser aprovechada.
En este sentido, en los próximos días podremos revisar si se confirma la continuidad del apetito asiático por el oro con las caídas de los últimos días, que llevaron ayer al oro a tocar un mínimo de cuatro semanas. Al cierre de Nueva York el oro y la plata se vendieron en 1,266.20 y 20.70 dólares la onza troy. Este último, nivel muy cercano ya a su costo de producción que en promedio se ubica en 20 dólares la onza.
Asimismo, no deben perderse de vista indicadores de demanda física de oro y plata como la base y la cobase, que solo podrá leer aquí. Recuerde que ahora –como le informamos la semana pasada, la plata también ya entró en backwardation.
Las lecturas de este “termómetro” de consumo de ambos metales preciosos monetarios las comentaremos en próximas entradas al blog, pero es de esperar que, como en ocasiones anteriores, las caídas de precio eleven el dato positivo para la cobase y por tanto aumente la backwardation (para una explicación más amplia de estos conceptos visite el blog de Inteligencia Financiera Global).
Ahora bien, 2013 podría ser el primer año en lo que va del siglo en que el precio del oro cierre a la baja, pero como se podrá dar cuenta, sólo quien se deja llevar por los análisis técnicos tradicionales y el “mainstream media”, lo dan por muerto justo cuando es más necesario que nunca en las manos de la gente, a la par de la económica plata.
Lo cierto, es que quien se da cuenta de que su valor, que no su precio, es más alto que nunca ante el inevitable colapso hiperdeflacionario que se avecina, seguirá el mismo camino de China que está llenando sus propias arcas. Es por algo que Asia será el continente el que lleve la voz cantante en el siglo XXI.