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La dinámica económica actual se encuentra basada en principios capitalistas fundamentados en la situación vigente durante el momento de su creación. Por consiguiente, la aplicación actual de esos principios, en la política monetaria y política fiscal, como medios para la correcta regulación del mercado ha generado resultados variables y progresivamente más correlacionados.

 

 

Hoy en día, la cantidad de inversionistas correspondiente a retail investors continúa en aumento; principalmente personas menores a 35 años. Del otro tanto considerado como inversionistas sofisticados o calificados, gran parte del monto total invertido corresponde a personas sin experiencia en los mercados financieros.

 

No es desconocida la famosa idea acerca de la diversificación para minimizar el riesgo, i.e. La construcción de un portafolio con X porcentaje en bonos, Y porcentaje en mercados emergentes, Z porcentaje en ETFs, sin analizar los posibles efectos contraproducentes de dicha diversificación.

 

Para poder entender estos efectos contraproducentes me parece pertinente resaltar uno de los factores considero más influyentes. Los avances tecnológicos han tenido efectos tanto positivos como negativos para la economía, así como un incremento en las oportunidades para la clase media de innovar con nuevos productos y servicios y por consiguiente, acceder a sistemas que años atrás se encontraban limitados a cierto segmento debido a los altos costos. Sin embargo, el rápido crecimiento ha causado de manera paralela un desajuste en el aumento simultáneo y equitativo para todas las clases económicas. En otras palabras, la clase media y alta han visto un incremento en su ingreso mucho mayor que la clase baja, la cual no tiene acceso a estas innovaciones y aún más importante, a la educación escolar básica.

A medida que la clase media ha percibido un aumento en su ingreso promedio, se ha dado a la tarea de pensar en otras formas de invertir su dinero y una de ellas ha sido en instrumentos financieros u otros vehículos popularizados como lo han sido las criptomonedas (si quieres saber más te invito a leer mi artículo “Cripto-riqueza artificial”)

 

El problema reside en una mayor automatización y paulatinamente un menor involucramiento del ser humano en el análisis y ejecución de las operaciones gracias a la creación de algoritmos y la integración de redes más eficientes. A pesar de que esto representa una ventaja para poder explotar las disparidades momentáneas entre precios de compra y venta, está comenzando a incrementar la correlación entre los distintos mercados (divisas, capitales, deuda, materias primas, etc) de forma que los efectos que podíamos ver a finales del siglo XIX están cambiando; lo que vuelve más vulnerable el sistema ante una crisis económica o una súbita pérdida de liquidez (como ya ha sucedido, producto de los algoritmos utilizados en Hedge Funds y Fondos de Inversión). Si el tema de Comercio de Alta Frecuencia (HFT) resulta nuevo para ti, puedes leer mi artículo “Qué es el High Frequency Trading (HFT)”

 

Existen una infinidad de factores a considerar si buscamos obtener la certeza absoluta en los mercados financieros y el camino hacia dónde se dirigen, sin embargo, si existiera tal algoritmo que contemplara todas esas variables existirían ganancias infinitas para la persona que lo implementara. Lamentablemente no es así, por lo que como inversionistas o incluso como espectadores es importante analizar los escenarios que una inversión puede tener a mediano y largo plazo.

 

 

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* Cualquier opinión o comentario expresado en el artículo se considera meramente subjetivo por lo que no representa una recomendación de compra o venta.

Twitter: @ericknoriegac

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