Una vez que hemos resulto la pregunta ¿por qué invertir en bolsa? y nos hemos convencido de que esta es una buena forma de hacer crecer nuestro dinero, la siguiente duda que surge antes de abrir una cuenta en una casa de bolsa regulada es: ¿por dónde empezar?.
A continuación se verá cómo adentrarse en el mundo financiero en realidad no es nada complicado.
Conoce tu perfil de inversionista.
Si bien no es necesario tener de inmediato en mente para qué utilizaremos en el futuro el dinero que destinaremos a inversión, sí que se debe tomar en cuenta por cuánto tiempo podremos disminuir nuestra capacidad de compra inmediata, es decir, nuestra liquidez. En otras palabras, habrá que tener un horizonte de inversión.
La facilidad y el tiempo en que es posible desprenderse de cierta liquidez depende en gran medida del ingreso de cada persona. Siempre habrá que tener en cuenta que lo que se invierte es el ingreso extra que surge después de cubrir nuestras obligaciones financieras, de lo contrario en algún momento será necesario recurrir al retiro de una inversión que posiblemente aún no genere rendimiento alguno.
Dicho esto, basados en el tiempo de liquidez se pueden distinguir tres tipos de inversionistas: de corto, mediano y largo plazo.
La visión de cada plazo difiere entre cada inversionista, sin embargo, se puede establecer que el largo plazo abarca desde tres hasta cualquier cantidad mayor de años en el futuro.
Niveles de riesgo.
El que un inversionista se establezca a sí mismo metas a un plazo u otro puede, aunque no necesariamente, relacionarse con el nivel de riesgo que está dispuesto a tomar, por lo cual se pueden distinguir también tres tipos de inversionistas: de riesgo bajo, mediano o alto.
Los de riesgo bajo se caracterizan por ser cautivos a la hora de invertir en instrumentos financieros. La mayoría de sus inversiones se encuentra en certificados de la tesorería (CETES) y bonos de deuda (privada o gubernamentales). En general este tipo de inversionistas son de largo plazo ya que prefieren cierta estabilidad a que la incertidumbre afecte sus rendimientos.
El tipo de inversionistas de riesgo medio es el más común. Estos mantienen su inversión en instrumentos con diferente tipo de volatilidad, por lo que manejan el riesgo a un nivel moderado con respecto al mercado. Usualmente la diversificación es una de las estrategias utilizadas por este tipo de inversionistas y, dado que usualmente están al pendiente del comportamiento del mercado, tienen una visión, en general, de mediano plazo.
En el último tipo de inversionistas están aquellos dispuestos a exponerse a un mayor riesgo por la volatilidad en el mercado financiero, con la ventaja de que puedan obtener rendimientos considerablemente altos en plazos de tiempo cortos. Este tipo de inversionistas es menos común ya que deben poseer una mayor capacidad de análisis para saber cuándo comprar y vender, de manera que logren sacar ventaja del riesgo.
¿Quién opera mi cuenta?
Cuando hemos podido visualizar nuestro perfil de inversionista debemos pensar quién manejará nuestro dinero en el lapso de tiempo que tenemos previsto.
Existen varias casas de bolsa que ofrecen el servicio de gestión de tu cartera de inversión, es decir, administran tu portafolio y te entregan cuentas de manera frecuente a cambio de una comisión. En estos casos habrá alguien que te asesorará al momento de abrir una cuenta y seguramente te posicionará en algún perfil de los mencionados.
En otros casos habrá intermediarios bursátiles que te brindarán el servicio de asesoría en la toma de decisiones de inversión, que puede incluir o no la recomendación de compra o venta de un instrumento, sin embargo, serás tú al final quien decida cuándo o no invertir.
Por último, estará la opción de que puedas manejar tú tu propia cuenta de inversión de manera independiente, con la casa de bolsa actuando únicamente como intermediario.
La decisión de quién quieres que opere tu cuenta dependerá también del tiempo que dispongas para operar en la bolsa, ya sea que te encuentres trabajando o realizando otra actividad. Debes considerar que, aunque en el mercado continuo puedes realizar todas las transacciones que desees posiblemente no sea necesario que operes durante toda la sesión.
Nota: puedes consultar el horario de sesión en la página de la BMV.
También ayudará mucho el conocimiento que poseas o adquieras sobre el comportamiento de los mercados y del tipo de análisis que derives del mismo. En este sentido, entre más conozcas los instrumentos financieros en los que inviertes, mayor posibilidad tendrás de sacar provecho al movimiento en el precio de los mismos, con lo cual ya no tendrás que pagar comisiones por administración de tu portafolio o asesorías.