El gobierno y legisladores de Estados Unidos se encuentran en la etapa de negociación para llegar a un acuerdo respecto de aumentar el techo de la Deuda. El 19 de enero Estados Unidos alcanzó su límite legal de deuda de 31.4 billones de dólares y, desde entonces, el Departamento del Tesoro ha tomado “medidas extraordinarias” que le permiten seguir haciendo frente a sus obligaciones. Estas medidas son mayoritariamente, herramientas de contabilidad presupuestaria que frenan algunas inversiones del gobierno, con lo que prioriza el pago de obligaciones.
Estas medidas extraordinarias están por agotarse. En enero, Janet Yellen, secretaria del Tesoro, advirtió que esos recursos podrían agotarse en junio, y aunque algunos especialistas anticipaban que esa fecha límite extendida hasta los meses de agosto o septiembre, la predicción de Yellen parece ahora la más certera. Las débiles recaudaciones de abril se suman al temor de que el margen de maniobra del tesoro llegue a su fin pronto.
El techo de la deuda significa, en pocas palabras, que el gobierno tiene un límite en la emisión de bonos del Tesoro de los cuáles obtiene recursos que usa, entre otras cosas, para el pago de sus obligaciones financieras. Ya que Estados Unidos es un país con déficit presupuestal (gasta más de lo que ingresa vía impuestos), tiene que acceder al aumento de deuda constantemente.
No prevemos que no se logre llegar a un acuerdo, ya que este estira y afloja entre el gobierno y el congreso no es nada nuevo, los republicanos han usado el aumento del techo de la deuda como herramienta de negociación para lograr reducciones presupuestarias. El aumento del límite de la deuda tampoco es cosa nueva, desde la segunda guerra mundial se ha aumentado en más de 100 ocasiones.
Los republicanos dominan la cámara baja y ya el pasado viernes Kevin McCarthy, presidente de la cámara de representantes por el partido republicano, presentó una propuesta de ley para incrementar el techo de la deuda que incluye, entre otras cosas, una reducción del gasto doméstico.
Los riesgos en el corto plazo no han cesado, aunque creemos poco probable que Estados Unidos no llegue a un acuerdo y entre en default financiero, las tensiones siguen y se reflejan sobre todo en los diferenciales de las tasas de los bonos del tesoro. El impacto para los activos de riesgo, principalmente el mercado accionario, podría ser inminente en el corto plazo si no se logra un acuerdo pronto.
Mercados en la apertura semanal
El S&P500 está entrando a su cuarta semana consecutiva de rendimientos planos, no ha logrado superar el high alcanzado en febrero y nuestras estimaciones siguen indicando que veremos un descanso por lo menos en la zona de 4,000 mil puntos antes de definir si la recuperación continuará.
El Nasdaq también se encuentra en su cuarta semana de cotización flat, luego de superar el high de febrero no ha logrado consolidarse de forma clara por arriba de ese nivel. Podríamos ver, al igual que en el S&P500, un ajuste en el corto plazo a la zona de 12,200 – 12 mil puntos.
El Dow Jones no logró mantener el alza de semanas pasadas y podríamos ver un nuevo descanso a la zona de 33,500 puntos antes de definir si la recuperación continuará.
En línea con los mercados americanos, el IPC de la BMV ha mantenido un comportamiento plano en las últimas semanas. Aún podría testear la zona de máximos históricos, como comentamos la semana pasada, para después ajustar con fuerza a la zona de 50 mil puntos.
El escenario técnico en el tipo de cambio sigue vigente, aún esperamos que pueda perforar el mínimo de marzo y que se dirija a los objetivos en $17.5 o más abajo en $17.25 pesos por dólar.
Mercados en la apertura semanal
El S&P500 está entrando a su cuarta semana consecutiva de rendimientos planos, no ha logrado superar el high alcanzado en febrero y nuestras estimaciones siguen indicando que veremos un descanso por lo menos en la zona de 4,000 mil puntos antes de definir si la recuperación continuará.
El Nasdaq también se encuentra en su cuarta semana de cotización flat, luego de superar el high de febrero no ha logrado consolidarse de forma clara por arriba de ese nivel. Podríamos ver, al igual que en el S&P500, un ajuste en el corto plazo a la zona de 12,200 – 12 mil puntos.
El Dow Jones no logró mantener el alza de semanas pasadas y podríamos ver un nuevo descanso a la zona de 33,500 puntos antes de definir si la recuperación continuará.
En línea con los mercados americanos, el IPC de la BMV ha mantenido un comportamiento plano en las últimas semanas. Aún podría testear la zona de máximos históricos, como comentamos la semana pasada, para después ajustar con fuerza a la zona de 50 mil puntos.
El escenario técnico en el tipo de cambio sigue vigente, aún esperamos que pueda perforar el mínimo de marzo y que se dirija a los objetivos en $17.5 o más abajo en $17.25 pesos por dólar.
Fuentes: Trading View; Bloomberg; Reuters; CNBC, Bloomberg Línea.