La industria de los semiconductores se ha convertido en un pilar fundamental en la economía digital global, impulsando un amplio rango de aplicaciones tecnológicas. Desde los teléfonos inteligentes hasta los sistemas de inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT). Los semiconductores son elementos esenciales que permiten el funcionamiento casi todo en nuestro día a día, desde la cafetera hasta los servidores de los centros de datos.
La pandemia de COVID-19 reveló la vulnerabilidad de las cadenas de suministro de semiconductores, lo que generó disrupciones en industrias clave como la automotriz, y desencadenó una respuesta urgente en gobiernos y empresas para reforzar la capacidad de producción y la resiliencia del suministro, ya que la mayoría de los chips son fabricados en Asia, específicamente en Taiwán. Si a esto le añadimos la Guerra Fría 2.0 en la que estamos actualmente entre EEUU y China, entonces tenemos un coctel perfecto para que los semiconductores sean el tema de esta década.
A medida que la competencia entre potencias tecnológicas como EE.UU. y China se intensifica, surgen políticas públicas como la Ley de CHIPS en EE.UU. y el Acta de Chips Europeo, diseñadas para fortalecer la capacidad productiva local y mitigar la dependencia de otros países. Este impulso estratégico ha llevado a que algunos analistas hablen de una "Década del Semiconductor", en la cual la innovación tecnológica y la seguridad nacional convergen en una industria que espera alcanzar ingresos superiores al billón de dólares para 2030.
Estructura global de la cadena de valor de semiconductores
La cadena de valor de la industria de semiconductores es compleja y globalizada, con eslabones que incluyen desde el diseño de chips hasta la fabricación, ensamblaje (empaquetado) y pruebas. Estados Unidos lidera en el diseño y desarrollo de herramientas de fabricación, mientras que la fabricación avanzada se concentra en gran medida en Asia, particularmente en Taiwán y Corea del Sur. Esta segmentación geográfica ha permitido que la industria optimice costos y aumente su eficiencia, pero también ha creado interdependencias críticas. En particular, la dependencia de los fabricantes de chips avanzados, como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), implica riesgos importantes en caso de interrupciones o alguna invasión de China a la Isla.
Este sistema globalizado tiene tanto ventajas como desventajas. Por un lado, permite que las empresas se especialicen en partes específicas del proceso, logrando altos niveles de eficiencia y competencia. Por otro, esta interdependencia crea puntos de vulnerabilidad, ya que cualquier interrupción en la cadena puede tener repercusiones globales. Por ejemplo, el 54% de los ingresos de fabricación de chips avanzados en 2022 fueron generados por TSMC, lo que convierte a esta empresa en un actor crítico de la cadena de suministro global. Esto plantea desafíos enormes para los gobiernos y empresas que buscan minimizar la dependencia de una única región o proveedor, ya que una fábrica de chips cuesta alrededor de los 20 mil millones de dólares.
Impacto de la innovación tecnológica: Inteligencia Artificial Generativa e IoT
La inteligencia artificial generativa (IA generativa) y el IoT han impulsado un nuevo nivel de demanda para los semiconductores, especialmente para unidades de procesamiento gráfico (GPUs) y chips especializados. Estos avances están transformando no solo el alcance de las aplicaciones, sino también las características de los semiconductores que se necesitan para soportar tales aplicaciones. NVIDIA, una de las empresas líderes en el mercado de GPUs, ha experimentado un crecimiento notable debido a la adopción masiva de IA en sectores como el financiero, la salud, y la automatización industrial. Se estima que el mercado para chips de IA en centros de datos alcanzará los $400 mil millones para 2027.
Además de la IA generativa, el IoT es otro impulsor clave en la transformación del sector de semiconductores. Este concepto involucra dispositivos interconectados que recopilan y comparten datos en tiempo real, lo que aumenta la demanda de sensores, chips de conectividad y otros semiconductores capaces de procesar grandes volúmenes de datos de forma eficiente. Se espera que para el 2030, el mercado de semiconductores alcanzará el billón de dólares en ingresos, en gran parte impulsado por aplicaciones relacionadas con IA y el IoT.
El impacto de estas tecnologías emergentes no se limita a los ingresos del sector; también plantea desafíos en términos de capacidad de fabricación y desarrollo de nuevas arquitecturas de chip. La IA generativa, por ejemplo, requiere una infraestructura de cómputo altamente avanzada que puede implicar el desarrollo de nuevas arquitecturas de chip como la llamada hybrid bonding, y una inversión significativa en centros de datos. Esto ha llevado a las empresas a invertir en investigación y desarrollo de materiales avanzados como el carburo de silicio, que tiene un gran potencial para aplicaciones en vehículos eléctricos, proporcionando mayor eficiencia energética y sostenibilidad en la producción de semiconductores.
Perspectivas futuras: la década del semiconductor y políticas públicas globales
La llamada "Década del Semiconductor" representa una fase de crecimiento sostenido para esta industria, en la cual se espera una mayor consolidación y la entrada de nuevas tecnologías, pero eso no quiere decir que deje de ser una industria cíclica.
Las políticas públicas también jugarán un papel central en el desarrollo de esta industria. China, por ejemplo, ha lanzado su plan "Hecho en China 2025", una estrategia que busca fortalecer su capacidad de innovación en semiconductores y reducir su dependencia de tecnologías extranjeras. Sin embargo, las sanciones comerciales y restricciones impuestas por EE.UU. han limitado en gran medida el acceso de China a tecnologías avanzadas, lo cual complica su objetivo de autosuficiencia tecnológica para los chips más avanzados. Aun así, podría convertirse en una potencia en los de gama más baja que se ocupan para casi todo, desde autos hasta tostadoras, o almacenamiento de datos y sistemas de enfriamiento.
Ejemplos de ETFs de Semiconductores
Aquí tienes tres ETFs destacados en el sector de semiconductores, cada uno con su comisión anual, retorno a tres años y ticker:
- Comisión anual: 0.46%
- Retorno 3 años: 12.4%
- Ticker: SOXX
- Comisión anual: 0.35%
- Retorno 3 años: 15.1%
- Ticker: SMH
- Comisión anual: 0.35%
- Retorno 3 años: 13.9%
- Ticker: XSD
Si decides invertir, podrás aprovechar la proyección de crecimiento del sector a largo plazo. Recuerda considerar tus objetivos financieros y revisar las opciones de inversión, como los ETFs mencionados, que te permiten diversificar tu portafolio en un sector esencial para el futuro tecnológico.