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Responsabilidad social: Banca Ética

La vorágine de las prácticas en el sistema financiero nos ha envuelto en una especie de burbuja que nos impide pensar más allá de la circulación, manejo y acumulación del dinero.

Una de las instituciones clave en las finanzas, son los bancos, cuyos objetivos son generar rendimientos y administrar el ahorro, entre otras cosas. Pero, ¿qué ocurre con el dinero que depositamos en nuestras cuentas mientras no lo ocupamos?, ¿con qué ética el banco presta nuestro dinero?, ¿nuestro dinero se usa para proyectos contrarios a nuestros valores?

Estos cuestionamientos no son nuevos, pues en 1960 surgió el término de banca ética con la finalidad de alcanzar un manejo responsable del dinero y asegurar que no se utiliza para financiar proyectos con fines perversos.

Según Máximo Santos Miranda, se puede definir a la banca ética como el conjunto de entidades financieras que tienen como objetivo financiar iniciativas que persigan el desarrollo social a través de ONGs, comercio justo, cooperación en bioeconomía y con proyectos de enfoque social, sostenibles y ecológicos.

Este tipo de banca se basa en una transparencia total, es decir, todos sus clientes tendrán conocimiento de en qué se está usando el dinero.

Hasta ahora puede sonar muy bien, desgraciadamente este tipo de entidades no captan grandes rentabilidades.

A pesar de ello, la banca ética nos ofrece una alternativa para quienes desean transformar sus operaciones e invertir con una mayor responsabilidad social, yendo más allá de sólo una búsqueda del beneficio económico.

La Banca ética es una realidad en Europa y se ha intentado implementar en México pero aún no se logra. Uno de los retos a los que nos enfrentaríamos ante este nuevo esquema es que, usualmente lo desconocido nos asusta y confiamos en lo clásico buscando seguridad.

Considero relevante poner sobre la mesa de discusión este tema debido a que es momento de hacer lo que hemos hecho siempre pero mejor, buscar que nuestras acciones tengan un impacto social y medio ambiental; por supuesto, adecuándose a la realidad de México y de sus habitantes.

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