¿Qué tan optimistas podemos ser al momento de plantearnos objetivos en la vida?,¿es bueno?, o, ¿puede perjudicarnos al momento de ejecutar nuestros planes a futuro? En esta ocasión me gustaría compartirte mi opinión y algunos datos interesantes sobre lo que sucede al momento de diseñar nuestros propósitos de año nuevo, y, sobre todo, porqué muchas veces no podemos cumplirlos.
Nuestros propósitos se quedan sin cumplir.
En 2007, el psicólogo británico Richard Wiseman realizó una encuesta con una muestra de 3,000 personas y obtuvo el siguiente resultado: el 88% no logró cumplir sus propósitos de año nuevo. Por otro lado, la agencia YouGov publicó en 2015 los resultados de su encuesta “Pier Marketing Resolutions” realizada a 2,025 personas de diversas partes del mundo (52% mujeres y 48% hombres) sobre los propósitos de año nuevo más populares destacando los siguientes:
La lista es encabezada por actividades referentes al cuidado de la salud, tanto para hombres y mujeres, seguido de tener más tiempo para convivir con amigos y familiares, así como dedicar más tiempo a nosotros mismos. Hasta aquí todo muy bien, pero, la misma encuesta nos revela que el 28% de los hombres y el 35% de las mujeres abandonó sus propósitos durante el primer mes del año y tan solo el 10% de las personas encuestadas afirma nunca haber abandonado sus objetivos. Pero, ¿a qué se debe esto?
El artículo “Why your brain makes New Year’s resolutions impossible to keep” (Por qué tu cerebro hace que los propósitos de año nuevo sean imposibles de cumplir) publicado por Claire Maldarelli en la revista Popular Science, nos explica lo que pasa en nuestro cerebro cada vez nos proponemos algo para el año nuevo y porqué solemos quedarnos en el intento. El concepto clave es “affective forecasting” o “predicción afectiva”, que consiste en predecir como nos sentiremos en un futuro al realizar una acción. El psicólogo Tim Pychyl, citado en el artículo, lo describe como la satisfacción que nos genera el solo hecho de pensar que cumpliremos nuestros objetivos, por ejemplo, imaginar que estaremos en forma o que dejaremos de fumar nos genera un bienestar inmediato, sin tener que realizar ninguna acción.
La mente nos juega una trampa, nos sentimos bien mientras hacemos nuestros planes, mientras vivimos en el imaginario, sin embrago, cuando intentamos llevarlo a cabo, la acción en sí nos genera un malestar y lo comenzamos a posponer, o cómo se suele conocer: procrastinar. "La procrastinación es una de las razones número uno por las que fracasan los propósitos", afirma Pychyl, y lo realmente complicado es cuando esto se convierte en un hábito en nuestras vidas.
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¿Qué podemos hacer?
En mi opinión, hay dos cosas importantes de resaltar. Primero, hay una tendencia a proponernos cosas muy generalizadas y que por naturaleza requieren de mucho tiempo y dedicación si realmente las queremos cumplir. También, solemos asociar cada uno de estos esfuerzos con algo que nos hace sentir mal, por ejemplo, despertase temprano para ir a correr quizá para muchos sea una acción que genere cierta incomodidad, al igual que dejar de fumar de golpe o comer saludable de un día a otro.
En mi experiencia, me ha dado mayores resultados comenzar a dar pequeños pasos, en lugar de proponerme correr un maratón. Es mejor pensar que cada martes del mes de enero después del trabajo voy a correr 20 minutos independientemente de la distancia y una vez alcanzado esa meta, elevar el nivel de esfuerzo poco a poco sin que necesariamente lo tenga que asociar con acciones negativas para mi mente o que me genere algún malestar de tan solo pensarlo. La clave es ser constante por más pequeños que parezcan cada uno de los resultados que obtengas, quizá a ese ritmo, al final del año estés listo para correr una distancia más larga y seguramente el próximo año tenga lo necesario para hacer medio maratón.
Definir un plan con objetivos alcanzables en el corto y mediano plazo nos puede ayudar mucho para cumplir nuestros propósitos de año nuevo, ya sean personales, profesionales o financieros. Imagina comenzar a planear tu ahorro en pequeños montos al inicio del año, poco a poco incrementar la cantidad hasta que se vuelva un hábito, yo creo que al llegar el próximo diciembre te sentirás satisfecho de lo que habrás logrado sin necesidad de haberte “castigado” tanto. Para concluir me gustaría preguntarte: ¿Qué pequeño paso darás para lograr los objetivos del siguiente año?
Notas:
Notas:
- Entre los más optimistas del mundo: Los 6 propósitos de los mexicanos para 2023. Torres, Octavio (2022). Expansión.
- YouGov / Pier Marketing. Resolutions. YouGov (2015)
- "Why your brain makes New Year’s resolutions impossible to keep and what you can do about it". Maldarelli, Claire (2006). Popular Science Magazine.