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¿Qué está pasado con el tipo de cambio?

Como es común, en 2021 ocurrieron eventos locales e internacionales que provocaron incertidumbre y volatilidad en los mercados financieros. Pero, los temas en los que se centró la atención de forma permanente tuvieron que ver con el desarrollo de la pandemia, la desaceleración de la recuperación económica mundial, el repunte de la inflación y el retiro de los estímulos monetarios utilizados para contrarrestar los efectos de la pandemia en la economía.

Aun así, de forma sorpresiva, durante la última semana del año vimos un rally que permitió que varios activos recortaran parte de las pérdidas registradas en noviembre o, aún mejor, que alcanzaran nuevos máximos históricos. 

En el caso del tipo de cambio FIX, cerró 2021 en $20.4672 pesos por dólar, registrando una depreciación anual de 2.8% o 55.85 centavos. Así, la moneda sumó 2 años consecutivos de pérdidas. A lo largo del periodo, tocó un máximo de $22.1550 el 26 de noviembre y un mínimo de $19.5436 el 21 de enero. Con ello, la volatilidad cambiaria promedio fue de 10.8% en 2021, es decir, fue menor a la del año pasado (16.6%) y exactamente igual a la de 2015.

Fuente: Elaboración propia con información de Banco de México.
Fuente: Elaboración propia con información de Banco de México.


Este comportamiento se explica por el desempeño que presentaron los componentes que integran la Balanza de Pagos y que describiré a continuación. En primer lugar, como es bien sabido, la principal fuente de ingresos de dólares al país son las exportaciones, las cuales registraron un avance de 19.4% a/a de enero a noviembre y un valor acumulado de las de mercancías de $446,532 millones de dólares (mdd). Esta cifra se integró de exportaciones no petroleras ($420,408 mdd) y de petroleras ($26,123 mdd). Al interior de las no petroleras, las dirigidas a Estados Unidos avanzaron a una tasa anual de 16.8%, en tanto que las canalizadas al resto del mundo lo hicieron en 19.5%. Dado que las primeras representan el 81.9% del total, resulta fundamental que la expansión económica estadounidense mantenga un fuerte dinamismo para que nuestra divisa se mantenga estable y la economía continué recuperándose.   

En segundo lugar, el monto acumulado de los ingresos por remesas ascendió a $46,834 mdd en los primeros once meses de 2021, lo que implicó un crecimiento anual histórico de 26.7%. A lo largo del año, se registraron 5 máximos históricos de este indicador, posicionándose como la segunda fuente de ingresos de dólares a México. Este comportamiento derivo de un incremento de 14.2% del número de operaciones y de un aumento del monto de la remesa promedio de 339.4 a 376.6 dólares. En particular, en noviembre este último fue de 400.6 dólares, valor no observado desde hace más de 20 años.

En tercer lugar, la Inversión Extranjera Directa atrajo $24,832 mdd, lo que significa una contracción de 1.9% a/a a lo largo de los 3 primeros trimestres del año. De este monto, $9,545 mdd corresponden a nueva inversión (38.4% del total), de la cual el 50.6% provino de EE.UU. Ésta creció 92.0% a/a en comparación con el mismo periodo del año pasado. 

Finalmente, los ingresos de dólares por turismo sumaron $15,130 mdd durante los primeros 10 meses del año. Este monto implica una recuperación de 70.6% respecto al mismo periodo del año pasado, pero aún guarda una diferencia de -506.5 mdd de los ingresos reportados por esta vía en el mismo periodo de 2019.

Estos flujos de entra de dólares fueron contrarrestados por la salida de capitales del país, pues la tenencia de extranjeros de valores gubernamentales disminuyó en $295,408 mdd al 30 de noviembre, lo que conlleva una reducción de 15.6% respecto al nivel de cierre de 2020 y representa el 114.8% del monto total que salió en ese mismo año. Bajo este rubro, 2021 fue un peor año que 2020 y es posible que esta tendencia continúe en 2022 dada la poca certidumbre en varios frentes.

Fuente: Elaboración propia con información de Banco de México.
Fuente: Elaboración propia con información de Banco de México.


En 2022, el sentimiento de los inversionistas estará determinado nuevamente por: i) la evolución de la pandemia; ii) el dinamismo de la recuperación económica; iii) el alivio de las presiones inflacionarias; y, iv) la normalización de la política monetaria de los principales bancos centrales, destacando la de la Reserva Federal. En la medida en la que disminuya el nerviosismo de los inversionistas sobre estos factores y la confianza aumente y se materialice en un mayor gasto e inversión, podríamos pensar que nuestra moneda tenría un espacio para apreciarse en los próximos meses.

Janneth Quiroz Zamora es Economista y Financiera por profesión y pasatiempo. Cuenta con más de 15 años de experiencia analizando la coyuntura mundial y local de los mercados. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de la autora.

Twitter: @Janneth_QuirozZ 
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