El PER es sin duda uno de los ratios bursátiles más utilizado. Se define como la relación existente entre el precio de mercado de una acción y el beneficio por acción de la compañía en cuestión, y proporciona una medida normalizada para poder comparar los precios de las acciones, al indicar lo que el mercado ofrece por cada divisa de beneficio. Su cálculo es muy simple:
PER = Cotización/BPA (Beneficio por acción)
En general, suele interpretarse que cuando el PER es alto, la acción es cara, y por el contrario, si el PER es bajo implica que la acción está muy barata. Es aconsejable comprar cuando el PER es demasiado bajo y vender cuando el PER es demasiado alto.
Pero llegando a este punto surge la primera pregunta, ¿cómo saber cuándo el PER es demasiado alto o bajo?
Lo veremos a continuación:
- Comprar el PER de un título con su valor histórico. En este sentido, si el PER medio de una acción en los últimos años se encuentra en torno a 7, y su PER actual es de 19, podríamos concluir que el PER es demasiado alto y por ende la acción es muy cara. Si por el contrario el PER se ha movido en un rango de 22 y actualmente está en 7, podríamos concluir que es muy bajo y la acción está barata para comprar.
- Comprar el PER de un título con el PER medio de su sector. En este caso, si las empresas eléctricas, por decir un ejemplo, presentan un PER medio de 15, y una de ellas cotiza en un PER 25, podríamos decir que es un PER muy alto y la acción estaría inflada.
- Comprar el PER de un valor con la tasa de interés libre de riesgo (en México es el CETE). Esta es otra posible utilidad del PER, ya que calculando su inverso, es decir, el beneficio por acción dividido entre la cotización, estamos obteniendo la rentabilidad teórica que ofrece dicha acción. Podemos por tanto comprar el PER con el tipo de interés del mercado.
En efecto un PER 20 equivale a una rentabilidad del 5%, es decir, su inverso 1/20. En este papel el inversor exigirá un PER más bajo para optar por invertir en renta variable y no en renta fija.