El pasado miércoles 24 de abril, el INEGI dio a conocer el reporte de inflación de la primera quincena de abril de este año, el cual presentó un incremento general de precios del 4.63% con respecto a la misma quincena del año anterior, y un aumento del 0.09% con respecto a la segunda quincena de marzo.
Esto representa una mala noticia, un tanto inesperada pero no del todo sorprendente. Aunque los analistas no esperábamos un incremento en estas proporciones para este primer dato de abril, lo cierto es que tampoco se pronosticaba que la inflación cayera dentro de los márgenes objetivos establecidos por la autoridad central.
Esto representa una mala noticia, un tanto inesperada pero no del todo sorprendente. Aunque los analistas no esperábamos un incremento en estas proporciones para este primer dato de abril, lo cierto es que tampoco se pronosticaba que la inflación cayera dentro de los márgenes objetivos establecidos por la autoridad central.
El reporte hace aún más probable que la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decida no reducir su tasa de referencia hasta que se pueda observar una convergencia de la inflación hacia la meta establecida de 3% (±1%), con el objetivo de mantener ancladas las expectativas de inflación.
Las lineas azules punteadas representan el rango de tolerancia en la meta de 2%.
¿Por qué aún no se ha ganado la batalla?
Si bien es cierto que la inflación ha mostrado una disminución importante en comparación con el pico más alto registrado en los últimos meses de 2022 (2Q agosto 8.77%), reduciéndose alrededor de 400 puntos base, no significa que se espere un ciclo bajista de tasas de interés como lo mencionó hace unas semanas Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora de Banxico. Se estima que la inflación pueda aproximarse a la meta para el segundo trimestre de 2025, es decir, aproximadamente en un año, cuando posiblemente vuelva a niveles pre-pandémicos, cercanos al 3%.
¿Es un tema exclusivo de México?
Recordemos que la inflación se disparó a nivel mundial después de que, debido a la pandemia, hubo cuellos de botella en las cadenas de suministro y una disminución de la oferta global. Esto, junto con los conflictos geopolíticos en Medio Oriente y Europa, impulsó los precios al alza. A nivel mundial, ya se ha registrado de manera general una disminución en la inflación y, para el caso específico de Estados Unidos, aún no se ha logrado llegar a su meta del 2%, lo que muy posiblemente no justifique una reducción en su tasa de referencia. Además, el empleo ha tenido un buen desempeño, por lo que las tasas se mantendrán, según los pronósticos, al menos hasta los últimos meses de este año.
¿Las tasas seguirán altas?
Es posible que la tasa de referencia se mantenga en ese nivel y no baje hasta finales de año. Antes de la última reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la FED y el último reporte de inflación de Estados Unidos, que generó incertidumbre, se pensaba que podría haber iniciado un ciclo bajista de tasas de interés. Sin embargo, para esta próxima reunión de la Junta de Gobierno de Banxico se espera que la tasa se mantenga, y pueda bajar para el cierre de año entre 50 y 75 puntos base.
¿Y la economía mexicana?
Se espera que tenga un buen desempeño para este 2024, con un crecimiento cercano al 2.5%. Esto representa uno de los factores de riesgo de la inflación, ya que, al haber una mayor actividad económica, la demanda y la velocidad del dinero son crecientes. Si la productividad y la oferta no avanzan en la misma proporción, se generan desequilibrios que empujan los precios hacia arriba.