El entretenimiento ha atravesado por grandes cambios en las últimas dos décadas, podríamos incluso llamarlo una transformación, pues, con la creación del internet, nuestra manera de ver y consumir contenido tales como películas, series y programas, ha dejado de ser el mismo que hace 20 años. La televisión, así como los cines, han dejado de ser los únicos proveedores masivos de entretenimiento, viéndose superados cada vez más y más, por la comodidad y facilidad que ofrece el internet. Desde la aparición de las primeras plataformas virtuales de entretenimiento, tales como YouTube o Vimeo, ha comenzado una importante competencia empresarial por conquistar este mercado, abriendo paso a gigantes como Netflix o Amazon Prime, entre otros.
La competencia entre estas empresas deja una derrama importante de inversión consigo, pues, tan solo en 2017, la compañía Netflix invirtió $6.000.000 millones de dólares en contenido propio (Producción Audiovisual, 2017), mientras que en 2018 esta fue de 8.000.000 millones de dólares, 2.000.000 millones más que el anterior año, y 5.600.000 de aumento en comparación a hace 5 años. Y esto no ocurre únicamente con esta empresa, pues “según un reporte de The Diffusion Group, los tres principales servicios de streaming -Netflix, Hulu y Amazon Prime Video- triplicarán sus inversiones en contenido original para el 2022, llegando a los US$ 10.000 millones anuales” (Ttv News, 2018).
Esto habla demasiado sobre dos cosas, la creciente demanda de este mercado, y la importancia de crear contenido original, siendo esta última, la estrategia más importante para estas compañías, pues hasta YouTube, la cual exclusivamente se dedicaba al servicio de videos por partes de terceros, se ha unido al negocio de la producción de material cinematográfico para poder así, lograr abrirse paso en un mundo el cual demanda nuevo entretenimiento a un paso excesivamente acelerado, pues “la cantidad promedio de tiempo para terminar una temporada es cuatro días” (New York Times, 2016).
El público día con día está expectante a nuevas experiencias, y más y más contenido, sin embargo, ante este panorama tan competitivo, por lo visto no hay nada de qué preocuparnos.