Parece ser que no existen muchas opciones en la literatura económica para dar una visión en el futuro clara sobre lo que está ocurriendo actualmente. La mayoría de los especialistas detienen su análisis de golpe al señalar que pisamos terrenos poco explorados y la falta de certeza contagia a los mercados de un virus que pocas veces habíamos observado tan de cerca. El pánico ha mordido en el cuello de los mercados de valores.
Un terreno desconocido. Una crisis económica global por causa de una enfermedad
Las escazas comparaciones económicas razonables ante esta situación dejan de lado la razón y pintan de emociones catastrofistas a más de uno. Las economías empiezan a levantar barreras físicas, no sólo entre los ciudadanos, sino entre los países. Las fronteras se están cerrando. Durante los tiempos de conflictos bélicos existe una máxima. La producción se eleva, se maximiza, el 100% de los recursos se ponen sobre la mesa y la mano de obra se ocupa en su totalidad, la situación actual planta lo opuesto. Barreras físicas entre los individuos y entre los países y regiones plantean una situación atípica que producirá efectos adversos y duraderos en la economía mundial.
Un bloqueo es un garrotazo a la demanda. Algunos mandatarios antes de ver los números fatídicos que dejará esta crisis empiezan a construir sobre las futuras ruinas, el presidente Macrón, anunció que ninguna empresa francesa fracasaría, la inyección de recursos de este tipo consumirá una buena parte del PIB nacional de Francia ¿Qué otra cosa se puede hacer?
Los bancos centrales del mundo están tratando de implementar soluciones con viejas recetas. La disminución a niveles de la tasa de interés igual a cero es un cartucho que quemó la Reserva Federal de los Estados Unidos y ya no existe margen de maniobra. El paso es temerario, en caso de no resultar, las siguientes preguntas ya no tienen respuesta en ningún libro o tratado de economía.
En la Europa de la gran postguerra el Plan Marshall inyectó millones de dólares a un proceso de recuperación que tardó décadas, pero ahora ¿Quién se vestirá de héroe rescatando al mundo?, no hay muchos candidatos.
El mundo necesitará en el futuro cercano un héroe sin capa.