Un indicador es un dato o herramienta que presenta las características medibles de alguna situación, como lo pueden ser el estado de salud de una persona o el bienestar económico de un país. Debido a la gran información que pueden proporcionar los indicadores y a la posibilidad que presentan de estimarse de manera periódica, estos son sumamente utilizados en economía y finanzas para interpretar distintas circunstancias y tomar la mejor decisión posible. Es en este aspecto donde radica el poder de los indicadores económicos y financieros: en la influencia que tienen en la toma de decisiones.
Aunque un indicador, o un conjunto de ellos, pueden proporcionar bastante información, es necesario conocer bien los atributos de los indicadores utilizados: qué miden, cómo lo miden, cuáles son sus limitaciones. De lo contrario, podría llegarse a una interpretación y conclusión erróneas, provocando así la toma de una mala decisión. En el caso de economía y finanzas, resulta un trabajo complejo realizar un buen análisis de los indicadores, pues estos suelen tener varias limitaciones. En el caso de economía, por ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) es un indicador de toda la producción, expresada en precios de mercado, realizada dentro de un mismo país en un periodo de tiempo especificado. No obstante, resulta prácticamente imposible medir toda la producción de un país debido a factores como la economía informal o actividades ilícitas. Así, el PIB es un indicador que refleja en gran medida el tamaño de una economía, pero no por completo, pues no considera el producto de los trabajos informales y las actividades fuera de la ley.
Por su parte, algunos indicadores financieros se basan fuertemente en pronósticos, que no siempre suelen cumplirse. El Valor Actual Neto (VAN), verbigracia, asume una misma tasa de interés para todos los años, cuando este dato puede cambiar de forma discrecional por decisiones de la Banca Central. También el Costo de Capital Promedio Ponderado (WACC), en el caso de una empresa que cotiza en bolsa, requiere para su cálculo el pronóstico de los rendimientos del mercado para el siguiente periodo. Así, al analizar indicadores de este tipo debe considerarse que parte de la información aún no se concreta en la realidad, sino que se trata de estimaciones realizadas con la mayor cantidad de información disponible, pero que no tienen una probabilidad de ocurrencia del 100%.
Aunque muchos indicadores resulten sencillos de utilizar, su cálculo no siempre es tan simple. Por ello, los indicadores tienen un gran poder de influencia en la toma de decisiones, pues presentan una gran cantidad de información en forma de un simple número o dato que facilita la comprensión de un fenómeno. Así, entre más se comprenda la composición de los indicadores económicos y financieros, mejores decisiones podrán tomarse en estos ámbitos.