La pandemia implica un gran reto para los sistemas de salud a nivel mundial, pero con ello viene una crítica severa hacia los distintos modelos económicos. ¿Qué tan bien preparaste tu sistema de salud para atender una situación así?
Debatir acerca de qué modelo de sistema de salud implementar no es cosa sencilla por las diversas versiones y opiniones que de él desprenden. Incluso ha sido uno de los factores decisivos y más tocados para atacar candidatos durante las últimas elecciones en Estados Unidos. Mientras el tamaño de su economía es enorme, su sistema de salud tiene unos alcances muy limitados en los que gran parte de la población vive sin protección de seguridad social o sin alguna cobertura médica.
Y esto toca al apartado económico por el costo, mientras que países escandinavos dedican varios puntos porcentuales del Producto Interno Bruto para robustecer un sistema de salud universal, en otra clase de países no quieren asumir ese costo fiscal. Bernie Sanders es el personaje público en Estados Unidos que más ha promovido en la agenda la universalización de la atención de salud, con muchos ápices de por medio. Pero su idea es aislada y poco apoyada, principalmente porque ello implicaría un enorme esfuerzo fiscal en reorientación del gasto y recaudación. A esto adherirle el papel de los privados y la regulación que resulta políticamente complejo. El gran conflicto es el enorme gasto que representa para los norteamericanos un servicio médico de calidad, y que éste no está al alcance de las clases sociales bajas.
El caso de México con su gasto en salud es más preocupante por su poco alcance y su asignación de recursos. En 2018, en promedio entre los países de la OCDE se destinó un 10.2% de su PIB al sector sanitario, mientras que otros como México, Letonia, Luxemburgo y Turquía fue menos del 6%.
El dinero destinado a salud termina viéndose reflejado en otra clase de estadísticas. México cuenta con 1.5 camas en hospitales por cada mil habitantes, España con 3, Finlandia 4.4, o incluso Francia reportaba según el Banco Mundial 6.5 camas por cada mil habitantes en 2013.
Pero el número de camas es solamente un reflejo de la cantidad de hospitales, México no ha invertido lo suficiente en el sector salud como para revertir esta circunstancia. Luego de 2019, el año que es el de menor inversión pública desde que se toman estadísticas, reubicar el gasto en mejorar las condiciones hospitalarias y ampliarlas a territorio que se encuentra marginado y sin atención médica representa una alternativa no solamente para brindar mejores tratamientos, ello impacta directamente en los niveles de pobreza.
México por muchas generaciones no tenía ninguna clase de cobertura para la clase social más pobre, de hecho su sistema de seguridad social estaba dirigida únicamente a aquellos que estuvieran en un empleo formal, pero en una economía con más del 50% de la Población Económicamente Activa en la informalidad, terminabas dejando a gran parte de la población descubierta y sin ninguna clase de garantía. En administraciones previas se implementó un esquema de financiamiento como el Seguro Popular, en este sexenio se reemplazó por el INSABI, pero difícilmente se alcanzará una cobertura universal mientras que se le esté destinando la mitad de los recursos que hace el promedio de la OCDE.
En entradas próximas se evaluará a detalle el impacto del problema en México en materia económica y las diversas propuestas a evaluarse para una teórica política contracíclica; desde un seguro de desempleo, ingreso básico universal, diferir impuestos, así como el gran problema fiscal en el que está metido México para los siguientes años.
David Abraham Ruiz Ruiz
Licenciado en Finanzas por la Universidad de Sonora
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