La extensión del virus fue volviendo una realidad y un temor sobre varias economías en donde se iban reportando los primeros casos. Mientras que en Asia se fueron dando los confinamientos de la población, el contagio continuó propagándose. El promedio aproximado de contagios por persona es de 2.3, y éste existe incluso en asintomáticos, es decir, gente que nunca se enteró que portó el virus, pero que fue mecanismo para que éste se reprodujera.
Al escucharse apenas en febrero los primeros brotes fuertes en Italia se encendieron las alarmas por la llegada del virus en escala a la tierra occidental. Primero se restringió la zona de Lombardía, luego el resto del país, pero para ello era demasiado tarde, el contagio acelerado existió y no se detectó a tiempo. España le siguió en el crecimiento exponencial, y debido al enorme flujo turístico entre México y el país ibérico fue que se empezaron a encontrar los primeros casos por importación.
En lo económico es sustancial ir observando el ritmo de contagio en diferentes sitios, ello porque fue equivalente a diferentes políticas. Mientras que asiáticos como Corea del Sur apostaron al aislamiento inmediato y a medidas impecablemente implementadas gracias a su alto desarrollo tecnológico; otros países no empezaron a tomarse en serio la proximidad de una crisis de salud y una crisis económica.
Es crucial no desatender la salud pública y las necesidades puntuales que tiene con la crisis económica, ello porque la lógica convencional de las teorías económicas no serán suficientes para acabar de evaluar el fenómeno. Ello porque diferentes líderes mundiales quisieron desestimar la capacidad del virus, omitiendo los posibles efectos secundarios, y quienes las circunstancias han sometido en condiciones que no se esperabas. Donald Trump acaba de declarar que de hacer bien las cosas habrá entre cien y doscientos mil muertos; Jair Bolsonaro desestimaba a la pandemia, y un gobierno de Ultra Derecha como el suyo implementará por tres meses un esquema de renta básica para 60 millones trabajadores en la informalidad, el pago será de 115 euros mensuales (Equivale a la mitad del salario mínimo brasileño); y ayer Boris Johnson entró en cuidado intensivo debido a su positivo de coronavirus.
Las posibilidades se deterioraron cuando empezó el crecimiento acelerado de la epidemia en Estados Unidos, superando en pocos días a China y hoy teniendo casi el triple de casos que el segundo lugar, y con récord en fallecimientos por día. Esto obligó a medidas de aislamiento extraordinarias en un país que no estaba preparado para ello, y con un sistema de salud que lleva años estando comprometido por su insuficiente alcance para una gran parte de la población.
Cuando se vio como una certeza irremediable la caída de la economía y el cierre de todas las cadenas de distribución del mundo, los mercados internacionales colapsaron. A tal grado fue el golpe que ni siquiera el oro se pudo salvar. Días de enorme volatilidad en la que se interpretó en un “Sálvese quien pueda” y se refugiaron en los activos libres de riesgo valuados en dólares americanos, abandonando la renta variable y todos aquellos instrumentos en moneda extranjera. Esto trajo una apreciación global del dólar americano, que en múltiples tipos de cambio de monedas emergentes se visualizó algo sin precedentes. En escasos días de una transición de calma a la histeria pasamos de un dólar interbancario de 18.60 a uno por encima de los 25. Pero el análisis preciso de lo que es el tipo de cambio en este momento de la historia necesita un artículo aparte.
La propagación del virus puso en jaque a los sistemas de salud a nivel global, y así como sucedió con los sistemas bancarios, nos está enviando un mensaje muy fuerte acerca de cómo distribuimos el dinero al momento de hacer presupuestos y esquemas de prioridades en una sociedad.
En la siguiente entrada me referiré específicamente a los sistemas de salud en la actualidad, los debates existentes, y aquello que pudiera servir la epidemia para reforzarlos a partir de la economía.
David Abraham Ruiz Ruiz
Licenciado en Finanzas por la Universidad de Sonora
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