En los últimos tiempos, expertos y columnistas especializados en temas económicos han vertido su opinión en cuanto a la perspectiva y la prospectiva del comercio a nivel global, y la mayoría de ellos convergen en una visión nada halagüeña en el presente y, además, una previsión poco optimista sobre su evolución en el futuro cercano. Y más allá de esto, se habla de un punto de inflexión para la economía mundial al que ellos han denominado peak globalisation[1], o que la integración de los mercados llega a su punto máximo y, incluso, se revierte este fenómeno. Entonces, la gran interrogante es: ¿estamos ante la etapa final de la globalización económica y, por consiguiente, un nuevo devenir económico?
En tal sentido, la respuesta a esta interrogante no es sencilla ni existe consenso por parte de los especialistas: existen argumentos y evidencia que apuntan tanto a una respuesta afirmativa como a una negativa. La discusión sobre el peak globalisation cobró relevancia a partir de la guerra comercial entre Estados Unidos y China a finales de la década de 2010s, donde ambas economías redujeron su tráfico comercial e interdependencia económica ante la ola de sanciones económicas, y, en consecuencia, se cuestionó la fragilidad productiva en un contexto de globalización. Otro factor que ha abonado a este debate es la crisis climática mundial, que ha sido atribuida al uso intensivo de recursos en el marco de la integración económica actual. Desde entonces, este fantasma continúa deambulando y manifestándose en los pasillos y foros donde se discuten temas de comercio exterior y en las salas donde toman las decisiones económicas y financieras.
Un par de años después, en 2022, este tema ha resurgido como consecuencia de un entorno de incertidumbre económica, principalmente impulsado por los conflictos relacionados con la salubridad pública, la pandemia por COVID19, y problemas geopolíticos, la invasión de Rusia a Ucrania y la postura de China en cuanto a esta guerra. Específicamente, esta serie de acontecimientos han coadyuvado en el deterioro del sistema de producción just-in-time, que alienta la productividad con bajos inventarios, y los daños en la cadena de suministro, tomando en consideración la carencia de bienes y mano de obra claves para el traslado de insumos productivos y bienes terminados. Por ende, las compañías han reorientado su esquema de producción bajo el reshoring o nearshoring, retornando parte de sus cadenas productivas a sus destinos de origen o cerca de ellos, respectivamente, con el fin de que la producción no se vea afectada ante estos eventos.
En mayo de 2022, la discusión sobre el peak globalization cobró mayor seriedad: diversos líderes y especialistas asistieron a la Reunión Anual del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), en Davos, donde intercambiaron opiniones al respecto, y los resultados se presentaron en el paper titulado Four Futures For Economic Globalization: Scenarios and Implications[2]. El documento menciona que “los drivers tradicionales de la globalización han alcanzado su etapa crítica, y una nueva etapa, caracterizada por la volatilidad económica y la reestructuración del sistema económico, estaría a punto de comenzar”[3]. Ahondando en el reajuste económico, éste se materializaría en alguno de los cuatro posibles escenarios: 1) globalización 5.0, con integración física y virtual, 2) nacionalismo virtual, con fragmentación virtual e integración económica, 3) predominación virtual, con integración virtual y fragmentación física, y 4) mundo autárquico[4], con fragmentación física y virtual.
Tomando en cuenta esta perspectiva, la globalización aún se perfila como opción viable y posible en futuro. Sin embargo, otros personajes, como Joseph Stiglitz, han manifestado su escepticismo sobre la continuidad de la integración global de los mercados. En su artículo Getting globalisation right[5], Stiglitz destaca que los líderes y políticos, en el evento de la WEF este año, reconocieron su preocupación por las fallas en globalización, entre ellas las dislocaciones en las cadenas de suministro, y la inflación elevada en productos alimenticios y energéticos. Sin embargo, ellos no reflexionaron sobre dos puntos importantes, que develan el pico de la globalización: 1) la falta de resiliencia, impulsada por la escasez de insumos debido al colapso de la cadena de suministro y el sistema just-in-time, y la escasez de bienes finales ante la falta de insumos y concentración de mercado, y 2) ramificaciones políticas, expresadas en los conflictos bélicos y el desprestigio que se han ganado los defensores de la democracia ante su actuar contradictorio[6].
Hasta aquí, el peak globalisation ha sido el tema central de esta publicación. Sin embargo, existe otro concepto que lo complementa; la desglobalización, que corresponde a un proceso de desintegración y escisión de los mercados globales. Y, ¿cómo darse cuenta de que la economía mundial ha entrado en esta fase? Esto se puede deducir a partir del mal desempeño de ciertos indicadores económicos, principalmente los volúmenes y montos de exportaciones/importaciones, aunado a un cambio en la tendencia, reflejada en una caída continua y sostenida en estos indicadores. En este tenor, la mayoría de las voces expertas coinciden que, si bien no hay evidencia contundente sobre una inminente o ya presente etapa de desglobalización, al menos el comercio exterior ha entrado en un bache, en un periodo denominado slowbalisation, que refleja un estancamiento en el comercio internacional posterior a la crisis financiera de 2008, contrapuesta a la época de oro de la globalización, comprendida entre 1990 a 2010.
Por un lado, algunos especialistas afirman que el proceso de desglobalización ha comenzado y existe evidencia al respecto. En primera instancia, el paper Deglobalisation and Alternative Futures, publicado por la Harvard Business School Publishing a principios de 2022, enfatiza que el proceso de integración económica, incluso, ha presentado señales de desaceleración desde el episodio devastador de terrorismo en 2001, y que junto con la crisis financiera de 2008, el ascenso del populismo en Estados Unidos y Europa, y la guerra comercial entre China y Estados, en conjunto, representan los principales episodios que han debilitado al fenómeno de la globalización. Adicionalmente, el paper menciona que existe evidencia de que se han incrementado las medidas arancelarias y no arancelarias, los controles aduanales, y restricciones a las actividades de empresas foráneas en los últimos años, y, hasta el momento, no han sido completamente liberadas, por las tensiones geopolíticas e intereses económicos, primordialmente entre Estados Unidos y China, dos potencias económicas. En conjunto, estas medidas han lacerado al comercio exterior en los últimos años.
Asimismo, algunos analistas y columnistas[7] han hablado acerca de un estancamiento del comercio internacional en los últimos años, y de un proceso de “involución” a partir de la crisis de salubridad y del más reciente conflicto entre Rusia y Ucrania. En términos reales, los partidarios de esta posición sostienen que el fenómeno masivo de reshoring/nearshoring, reestructura de la cadena de suministro, cambios de estructura en el mercado de commodities, y la polarización del mundo en dos grandes bloques geopolíticos (gobiernos democráticos-gobiernos autárquicos) son los principales factores que indican un cambio en la tendencia. En términos estadísticos, el índice de apertura económica, compuesto por la suma de exportaciones e importaciones globales divididas entre el PIB global, muestra que hay un cambio de tendencia a partir de 2009, como se presenta en la figura 1:
En contraparte, otros autores y expertos han expresado que es una “exageración” asumir que el mundo se encuentra al borde de un cambio económico y está migrando hacia una fase distinta globalización económica. En tal sentido, algunos de los líderes que participaron en el foro de la WEF de este año opinaron que el comercio internacional volverá a la normalidad en el mediano plazo, ya que habrá un reajuste “favorable” en materia las medidas proteccionistas, la cadena de suministro y las posiciones geopolíticas después de que concluyan los problemas actuales y, por ende, se normalizará la actividad comercial bajo el esquema de la globalización. Adicionalmente, ellos sostienen que el mundo entrará a una fase denominada Globalización 5.0, caracterizada por una mayor integración del mercado de servicios digitales, mayor atracción de talento, mejoras en la cadena de suministro, y mayor cooperación para combatir el cambio climático.
Aunado a este punto de vista optimista, algunos centros de investigación económica han presentado evidencia que desmienten el “rumor” de la desglobalización, y reafirman el posicionamiento sobre un fenómeno de slowbalization. Primero, el Peterson Institute for International Economics (PIIE) alude a un comportamiento de reversión parcial y no a un final de la globalización: los problemas económicos y políticos actuales podrían infligir daños en las economías y el comercio, que tardarían décadas en revertirse. Entonces, se viviría un periodo similar al observado en el periodo de interguerras (interwars), como se observa en la gráfica 2, más no la temida "involución". Segundo, el Aspen Institute sostiene que el comercio internacional se ha desacelerado y que no hay evidencia suficiente para afirmar que mundo se dirige hacia el proteccionismo. Así, si se deflacta el índice de apertura económica, o se quita el efecto de los precios, se puede observar que la trayectoria es casi horizontal, a excepción de la Eurozona, sinónimo de estancamiento, como se presenta en la gráfica 3.
Tercero, el Certer for Economic Policy Research (CEPR) aduce que los mercados de bienes probablemente hayan alcanzado su pico máximo, aunque queda por demostrarlo en los siguientes años, y que el mercado de servicios aún sigue en proceso de integración global. Además, este instituto afirma que la narrativa en torno a la desglobalización es muy simplista, basada exclusivamente en la participación de comercio internacional en el PIB global, y que otras perspectivas más desagregadas deben tomarse en cuenta a la hora de elaborar conclusiones. En este sentido, la gráfica 4 muestra que la apertura económica en el mercado de bienes ha marcado un pico en diferentes años para las potencias económicas mundiales. Después, la gráfica 5 presenta una caída en la actividad comercial de bienes relacionados con la minería y un estacamiento en bienes agrícolas y manufacturados, y no un cambio en la tendencia de todos los rubros a partir de 2008, como se podría pensar. Por último, la gráfica 6 revela una mayor integración en el sector de otros servicios comerciales, donde se incluyen servicios de TI y de RRHH, entre otros. En resumen, la descomposición del índice de apertura económica en países y sectores demuestra que el comercio de bienes está estancado y el comercio de servicios sigue en fase de integración, a pesar de la caída en transporte y turismo.
Por último, cabe señalar que este artículo se enfoca exclusivamente en presentar y ahondar en las posiciones tanto a favor como en contra de que el mundo esté cerca del final de la globalización y rumbo hacia un nuevo episodio de la historia económica, tomando en consideración un conjunto específico de comentarios y argumentos expuestos en publicaciones, notas periodísticas y foros de discusión. Así pues, queda fuera del foco de artículo la discusión en torno a las ventajas/desventajas de la globalización y la desglobalización, que esgrimen tanto defensores del liberalismo económico, por un lado, como adeptos a un modelo alternativo a la globalización, por otro.
Referencias:
https://www3.weforum.org/docs/WEF_Four_Futures_for_Economic_Globalization_2022.pdf
https://www.hbs.edu/faculty/Pages/item.aspx?num=61645
https://aspeniaonline.it/deglobalization-or-slowbalization/
https://www.dw.com/en/has-globalization-passed-its-peak/a-61325661
https://www.ft.com/content/1afaa628-41cb-4620-84c9-48b4b6b5b956
https://www.investopedia.com/terms/p/peak-globalization.asp
https://www.project-syndicate.org/commentary/escaping-middle-income-trap-amid-deglobalization-by-keun-lee-2022-08?barrier=accesspaylog
https://socialeurope.eu/getting-deglobalisation-right
https://cepr.org/voxeu/columns/peak-globalisation-myth-part-1
https://cepr.org/voxeu/columns/peak-globalisation-myth-part-2-why-goods-trade-ratio-declined
https://cepr-org.translate.goog/voxeu/columns/peak-globalisation-myth-part-4-services-trade-did-not-peak
https://www.realinstitutoelcano.org/las-fuerzas-que-impulsan-la-desglobalizacion/
https://economipedia.com/definiciones/autarquia.html
Notas a pie de página:
[1] Término acuñado por Bruce Nussman en 2010.
[2] Paper en portal del WEF: https://www.weforum.org/whitepapers/four-futures-for-economic-globalization-scenarios-and-their-implications
[3] Introducción. Página 3.
[4] Autarquía es la situación de independencia y autosuficiencia en términos económicos, donde los países intervienen en el comercio exterior solamente para obtener lo esencial.
[5] Artículo en portal de Project Sindicate: https://www.project-syndicate.org/commentary/deglobalization-and-its-discontents-by-joseph-e-stiglitz-2022-05?barrier=accesspaylog
[6] Asimismo, Stiglitz hace enfasis en las desigualdades sociales en países emergentes ocasionadas por la falta de resiliencia y la ramificación geopolítica, dos fallas centrales de la globalización.
[7]Algunos nombres se citan en los siguientes artículos: 1) https://cepr.org/voxeu/columns/peak-globalisation-myth-part-1, 2) https://www.dw.com/en/has-globalization-passed-its-peak/a-61325661