
Los contratos de futuros son un elemento comúnmente aplicado en materia financiera y cuya fecha de cumplimiento no es inmediata, por lo que difieren de los acuerdos tradicionales entre dos partes. En otras palabras, se cumplen en un momento específico del futuro, haciendo gala a su nombre.
Al ser un documento de interés financiero que protagoniza grandes operaciones entre iguales, es importante conocer cómo funcionan. Y, para ello, dejaremos una serie de datos e información que te guiarán al respecto.
¿Qué es un contrato de futuros?
En pocas palabras, un contrato de futuros es un acuerdo formal entre dos partes para comprar o vender un activo en una fecha futura, pero a un precio que se fija desde hoy. Suena simple, ¿cierto? Pero detrás de esta idea hay todo un mercado que lo respalda.
En México, estos contratos se negocian principalmente en mercados organizados como el MexDer (Mercado Mexicano de Derivados), lo cual da seguridad jurídica y reduce riesgos operativos.
Los activos subyacentes pueden ser desde divisas como el dólar, hasta materias primas como el maíz, el petróleo o incluso índices bursátiles. Por eso, tanto los grandes inversionistas institucionales como productores agrícolas los usan para protegerse de la volatilidad en los precios.
En México, estos contratos se negocian principalmente en mercados organizados como el MexDer (Mercado Mexicano de Derivados), lo cual da seguridad jurídica y reduce riesgos operativos.
Los activos subyacentes pueden ser desde divisas como el dólar, hasta materias primas como el maíz, el petróleo o incluso índices bursátiles. Por eso, tanto los grandes inversionistas institucionales como productores agrícolas los usan para protegerse de la volatilidad en los precios.
¿Cómo funciona un contrato de futuros?
El funcionamiento de estos contratos tiene su ciencia, pero partimos de una idea básica: comprometerse a una transacción futura con condiciones ya establecidas.
Al momento de firmar el contrato, no se hace ningún pago ni entrega del activo. Lo único que se acuerda es el precio y la fecha futura en la que se va a cumplir.
Ese precio pactado se mantiene fijo sin importar si, llegado el día, la cotización sube o baja. Lo que se busca es eliminar la incertidumbre. Esto lo convierte en una herramienta poderosa para gestionar riesgos.
Además, estos contratos suelen tener una liquidación diaria de diferencias (mark-to-market), lo que significa que las ganancias o pérdidas se ajustan cada día en función del precio de mercado, y no se espera hasta el vencimiento.
Al momento de firmar el contrato, no se hace ningún pago ni entrega del activo. Lo único que se acuerda es el precio y la fecha futura en la que se va a cumplir.
Ese precio pactado se mantiene fijo sin importar si, llegado el día, la cotización sube o baja. Lo que se busca es eliminar la incertidumbre. Esto lo convierte en una herramienta poderosa para gestionar riesgos.
Además, estos contratos suelen tener una liquidación diaria de diferencias (mark-to-market), lo que significa que las ganancias o pérdidas se ajustan cada día en función del precio de mercado, y no se espera hasta el vencimiento.
¿Quiénes participan en los contratos de futuros en México?
Los contratos de futuros no son exclusivos de los grandes jugadores financieros. En México, participan perfiles muy diversos, cada uno con motivaciones distintas, pero con un mismo objetivo: gestionar la incertidumbre de los mercados.
- Inversionistas minoristas: Son personas físicas que invierten de forma individual, ya sea desde su casa o con apoyo de una casa de bolsa. Muchos lo hacen buscando ganancias por movimientos de precio a corto o mediano plazo. En plataformas como GBM+ o Kuspit, ya se pueden operar futuros listados en el MexDer con montos accesibles.
- Instituciones financieras: Aquí entran bancos, fondos de inversión, fondos de cobertura y aseguradoras, que usan futuros como cobertura ante riesgos de tipo de cambio, tasas de interés o variaciones en índices bursátiles. Son actores con gran volumen de operaciones y una visión más sofisticada del riesgo.
- Empresas que usan materias primas: Imagina una panificadora que compra toneladas de trigo cada mes. Si el precio del trigo sube de forma inesperada, sus costos se disparan. Por eso, muchas empresas industriales mexicanas usan futuros sobre granos, energéticos o metales para asegurar precios y mantener su rentabilidad.
- Productores agropecuarios: En estados como Sinaloa, Jalisco o Sonora, muchos agricultores y ganaderos acceden a los contratos de futuros (a veces vía programas del gobierno o intermediarios) para garantizar el precio de su cosecha o producción, incluso antes de que ocurra.
- Operadores de tesorería corporativa: Dentro de grandes empresas, los responsables de finanzas y tesorería usan futuros para cubrir riesgos por exposición a divisas extranjeras (por ejemplo, dólares o euros) o por posibles subidas en tasas de interés. Esto es común en empresas con importaciones, exportaciones o deuda en moneda extranjera.

¿Para qué sirven los contratos de futuros?
El objetivo principal de un contrato de futuros es protegerse de la volatilidad en los precios de activos clave. Tanto empresas como inversionistas los usan como un escudo frente a las subidas o bajadas inesperadas en el valor de materias primas, divisas o activos financieros.
Pongamos un ejemplo mexicano: un productor de maíz en Sinaloa que espera cosechar en tres meses. Para evitar que una caída en los precios le afecte sus ingresos, puede vender futuros sobre maíz en el MexDer y asegurarse un precio desde hoy. Así, pase lo que pase en el mercado, ya tiene su ingreso garantizado.
Pero no todo es cobertura. También hay quien entra a este mercado con un enfoque 100 % especulativo. ¿Quiénes? Inversionistas que no planean recibir ni entregar físicamente el activo subyacente, pero que buscan ganar con los cambios de precio en el corto plazo. Compran barato y venden caro (o viceversa), buscando aprovechar la alta liquidez y los movimientos rápidos del mercado de futuros.
En resumen, los futuros permiten:
Pongamos un ejemplo mexicano: un productor de maíz en Sinaloa que espera cosechar en tres meses. Para evitar que una caída en los precios le afecte sus ingresos, puede vender futuros sobre maíz en el MexDer y asegurarse un precio desde hoy. Así, pase lo que pase en el mercado, ya tiene su ingreso garantizado.
Pero no todo es cobertura. También hay quien entra a este mercado con un enfoque 100 % especulativo. ¿Quiénes? Inversionistas que no planean recibir ni entregar físicamente el activo subyacente, pero que buscan ganar con los cambios de precio en el corto plazo. Compran barato y venden caro (o viceversa), buscando aprovechar la alta liquidez y los movimientos rápidos del mercado de futuros.
En resumen, los futuros permiten:
- Fijar precios por adelantado
- Reducir riesgos financieros
- Operar con apalancamiento
- Y para algunos, generar ganancias por especulación
¿Cómo empezar a operar contratos de futuros en México?
Entrar al mundo de los contratos de futuros no es tan complicado como parece, pero sí requiere entender que estás operando un instrumento derivado. Es decir, su valor proviene de otro activo: puede ser el tipo de cambio del dólar, el precio del maíz, una tasa de interés, o incluso un índice bursátil.
Estos contratos se negocian en mercados organizados, como el MexDer, que es el mercado de futuros en México, o en bolsas internacionales como el CME Group (Chicago). Pero para acceder a ellos como persona física o empresa, necesitas operar a través de un intermediario financiero autorizado.
Estos contratos se negocian en mercados organizados, como el MexDer, que es el mercado de futuros en México, o en bolsas internacionales como el CME Group (Chicago). Pero para acceder a ellos como persona física o empresa, necesitas operar a través de un intermediario financiero autorizado.
Pasos para empezar:
- Elige una casa de bolsa mexicana o broker regulado: Puedes abrir una cuenta en plataformas autorizadas por la CNBV y conectadas al MexDer, como GBM, Actinver, Vector o Kuspit. También hay brokers internacionales, como NAGA, con acceso a mercados globales.
- Crea tu cuenta de inversión: El proceso es similar al de una cuenta bancaria: debes llenar tus datos, subir una identificación oficial, comprobante de domicilio y responder un cuestionario de perfil de riesgo. Esto es obligatorio por normativas de la Ley del Mercado de Valores.
- Elige el activo subyacente: ¿Quieres cubrirte del tipo de cambio peso-dólar? ¿O protegerte de subidas en el precio del maíz? Define cuál es el activo que te interesa y selecciona el contrato correspondiente. En el MexDer, hay futuros sobre divisas, tasas, acciones e índices.
- Decide si vas largo o corto: Si crees que el precio del activo va a subir, abres una posición larga (long). Si esperas que baje, entras en una posición corta (short). Esto aplica tanto para coberturas como para especulación.
- Define el monto a invertir y condiciones de entrada: Cada contrato tiene un tamaño estándar. Por ejemplo, el contrato futuro del dólar en MexDer equivale a 10,000 dólares. Tendrás que cubrir una garantía (margen inicial) que suele ser un porcentaje del total.
- Confirma los datos y ejecuta la operación: Una vez verificados los detalles de la operación (activo, precio, vencimiento, tipo de posición, monto), puedes ejecutar tu primer contrato de futuros desde la plataforma del broker.
¿Qué activos se pueden operar en un contrato de futuros?
En México, los contratos de futuros se negocian principalmente a través del Mercado Mexicano de Derivados (MexDer). Esta bolsa, respaldada por el Grupo Bolsa Mexicana de Valores, ofrece una infraestructura profesional y transparente para que tanto personas como empresas puedan acceder a estos instrumentos. Dentro del MexDer se pueden operar futuros sobre:
- Divisas: principalmente el tipo de cambio peso-dólar (USD/MXN), uno de los más negociados.
- Índices bursátiles: como el IPC (S&P/BMV IPC), que representa a las principales acciones del país.
- Tasas de interés: como la TIIE a 28 días.
- Acciones individuales: de empresas listadas en la BMV.
- Commodities agrícolas: como el maíz, relevante para el agro mexicano.
En mercados internacionales, los contratos de futuros se amplían a otros activos como criptomonedas, petróleo, oro, bonos del Tesoro, energías renovables y más. Plataformas como CME Group o ICE permiten acceder a esta oferta global, usualmente a través de brokers internacionales.
¿Cómo se determina el precio de un contrato de futuros?
El precio de un contrato de futuros no es un número sacado del sombrero. Se calcula en función de:
- El precio actual del activo subyacente
- El costo financiero por mantener ese activo hasta el vencimiento
- Los ingresos esperados, como dividendos o rendimientos
Por ejemplo, si compras un contrato de futuros sobre acciones del IPC, el precio reflejará el valor actual del índice más un ajuste por financiamiento, menos los dividendos esperados hasta la fecha de vencimiento. Esto se resume en la fórmula:
Precio del futuro = Precio spot + Coste de financiamiento − Beneficios esperados
Precio del futuro = Precio spot + Coste de financiamiento − Beneficios esperados
¿Qué factores afectan el precio de los futuros?
Los precios de los contratos de futuros cambian constantemente, y estos son algunos de los factores que más los mueven:
- Oferta y demanda: Como en cualquier mercado, si hay más compradores que vendedores, el precio sube. Y si pasa lo contrario, baja.
- Cambios en el mercado: En activos como el petróleo, el maíz o el oro, eventos como una mala cosecha o un aumento en la producción mundial pueden disparar o desplomar los precios.
- Políticas económicas: Medidas como aranceles, cupos de exportación o restricciones fiscales impactan directamente en la disponibilidad de los activos subyacentes. Un buen ejemplo sería un subsidio federal al precio de la gasolina o la electricidad.
- Eventos inesperados: Pandemias, huracanes, conflictos armados… todo lo que afecta la producción o logística de un bien puede alterar su cotización. Lo vivimos con fuerza en la pandemia y, más recientemente, con las tensiones geopolíticas globales.

¿Cómo se liquidan los contratos de futuros?
Todo contrato de futuros tiene una fecha de vencimiento, y llegado ese día hay que cerrarlo. Pero no siempre implica recibir o entregar físicamente el activo. Existen dos formas de liquidación:
1. Liquidación física
Es poco común en México, pero sí sucede en mercados internacionales. Aquí, el vendedor entrega físicamente el activo subyacente. Por ejemplo, en un contrato de futuros sobre oro, se entregan los lingotes reales.
2. Liquidación en efectivo
Es la forma más común en el MexDer. En lugar de entregar el activo, se hace un ajuste contable por la diferencia entre el precio pactado y el precio final.
Ejemplo: Si compraste un contrato futuro de dólar a $18.50 y el día del vencimiento está en $19.00, recibes la diferencia. Si está en $18.20, la pagas.
La mayoría de los inversionistas mexicanos no buscan quedarse con el activo (como toneladas de maíz o barriles de petróleo), sino sacar provecho de las variaciones de precio, cerrando sus posiciones antes del vencimiento o liquidando en efectivo.
Ejemplo: Si compraste un contrato futuro de dólar a $18.50 y el día del vencimiento está en $19.00, recibes la diferencia. Si está en $18.20, la pagas.
La mayoría de los inversionistas mexicanos no buscan quedarse con el activo (como toneladas de maíz o barriles de petróleo), sino sacar provecho de las variaciones de precio, cerrando sus posiciones antes del vencimiento o liquidando en efectivo.
¿Qué hace la cámara de compensación en los contratos de futuros?
Cuando hablamos de contratos de futuros, uno de los pilares que da confianza y estructura al sistema es la cámara de compensación. En México, esta función la cumple Asigna, que es la cámara del MexDer (Mercado Mexicano de Derivados).
¿Cuál es su función principal?
La cámara de compensación actúa como intermediaria neutral entre quien compra y quien vende un contrato. Esto elimina el riesgo de crédito directo entre las partes, ya que ambos se relacionan únicamente con la cámara y no entre sí.
En otras palabras, no importa si quien está del otro lado del contrato es una gran institución o un inversionista individual: Asigna garantiza que la operación se cumpla, sin importar qué pase.
En otras palabras, no importa si quien está del otro lado del contrato es una gran institución o un inversionista individual: Asigna garantiza que la operación se cumpla, sin importar qué pase.
¿Cómo opera esta garantía?
Al momento de abrir una posición en futuros, tanto el comprador como el vendedor deben depositar una garantía económica, conocida como margen. Este monto no es un pago como tal, sino un respaldo que cubre posibles pérdidas por movimientos adversos en el precio del contrato.
Además, la cámara:
Además, la cámara:
- Calcula el precio de liquidación diario para actualizar las posiciones (mark-to-market)
- Administra los márgenes y garantías, asegurando que cada participante tenga fondos suficientes
- Interviene si una parte no cumple, asumiendo la posición contraria y cubriendo las obligaciones que esa parte haya dejado de pagar
¿Qué pasa si una parte no cumple?
Si una de las partes entra en default (incumple), la cámara no cancela el contrato ni perjudica al otro participante. En su lugar, Asigna toma la posición del incumplido, garantiza el cumplimiento de la operación y, si es necesario, ejecuta la garantía para cubrir las pérdidas.
Este mecanismo es lo que permite que el mercado de futuros sea tan confiable y transparente, incluso en momentos de alta volatilidad como los que hemos visto con el tipo de cambio o los precios del petróleo.
Este mecanismo es lo que permite que el mercado de futuros sea tan confiable y transparente, incluso en momentos de alta volatilidad como los que hemos visto con el tipo de cambio o los precios del petróleo.
¿Cuánto tiempo puede durar un contrato de futuros?
La duración de un contrato de futuros depende del activo subyacente y del mercado en el que se negocie, pero siempre tiene una fecha de vencimiento predefinida. En el caso del MexDer, los plazos más comunes van de uno a seis meses, aunque también existen contratos con vencimientos más largos, incluso de hasta dos años, especialmente en productos financieros más sofisticados o internacionales.
Antes de que llegue esa fecha, quien tenga una posición abierta tiene que decidir qué hacer: puede cerrarla anticipadamente, dejar que se liquide o "rolarla", es decir, moverla hacia un contrato con una fecha más lejana.
En mercados organizados como el MexDer, también existe la opción de renovar o extender una posición mediante la compra de un nuevo contrato con vencimiento posterior, lo cual es común entre empresas que gestionan riesgo de forma continua.
Antes de que llegue esa fecha, quien tenga una posición abierta tiene que decidir qué hacer: puede cerrarla anticipadamente, dejar que se liquide o "rolarla", es decir, moverla hacia un contrato con una fecha más lejana.
En mercados organizados como el MexDer, también existe la opción de renovar o extender una posición mediante la compra de un nuevo contrato con vencimiento posterior, lo cual es común entre empresas que gestionan riesgo de forma continua.
¿Puedo cancelar un contrato de futuros antes de su vencimiento?
Sí, es posible cerrar una posición en futuros antes de su vencimiento, y de hecho, es la práctica más común entre inversionistas mexicanos. La mayoría de los participantes no esperan hasta el vencimiento, sino que buscan salir cuando su estrategia se cumple o el mercado cambia de forma drástica.
Esto se hace simplemente abriendo una posición contraria a la original: si compraste, ahora vendes; si vendiste, ahora compras. Así se liquida la operación.
Eso sí, hay que considerar:
Esto se hace simplemente abriendo una posición contraria a la original: si compraste, ahora vendes; si vendiste, ahora compras. Así se liquida la operación.
Eso sí, hay que considerar:
- Costos de transacción y márgenes, que pueden impactar las ganancias.
- La diferencia entre el precio de entrada y el precio actual, que determinará si hay utilidad o pérdida.
- El momento del mercado: salir anticipadamente puede ser buena idea si hay alta volatilidad o noticias que puedan afectar el activo.
Como siempre, conviene tener asesoría de un corredor autorizado o consultor financiero antes de tomar decisiones apresuradas.
¿Hay un límite en la cantidad de contratos que puedo negociar?
Sí, existen límites operativos que regulan cuántos contratos de futuros puede tener una persona física o moral, tanto en México como en mercados internacionales. En el MexDer, estos límites se conocen como "límites de posición" y están definidos por producto y por tipo de participante.
¿La razón? Evitar la manipulación del mercado y garantizar que ningún actor tenga una influencia desmedida sobre el precio de un activo. Estos límites también ayudan a mantener la estabilidad del mercado y proteger a todos los participantes, grandes y pequeños.
Por eso, si estás pensando en operar con frecuencia o con posiciones grandes, es importante que revises con tu casa de bolsa los límites específicos de cada contrato, ya que cambiarán según el activo y el vencimiento.
¿La razón? Evitar la manipulación del mercado y garantizar que ningún actor tenga una influencia desmedida sobre el precio de un activo. Estos límites también ayudan a mantener la estabilidad del mercado y proteger a todos los participantes, grandes y pequeños.
Por eso, si estás pensando en operar con frecuencia o con posiciones grandes, es importante que revises con tu casa de bolsa los límites específicos de cada contrato, ya que cambiarán según el activo y el vencimiento.
¿Cuál es la diferencia entre un contrato de futuros y un contrato a plazo (forward)?
Aunque ambos son instrumentos financieros que permiten acordar hoy el precio de una operación futura, hay diferencias clave entre un contrato de futuros y un contrato a plazo que cualquier inversionista en México debe conocer.
La principal diferencia está en dónde y cómo se negocian.
Los contratos a plazo (forwards) son acuerdos privados, personalizados entre dos partes. Se hacen fuera de mercados organizados, bajo términos específicos que ambas partes acuerdan, como fechas, montos y condiciones. Es decir, no hay una estructura estándar ni intervención de una cámara de compensación. Por lo tanto, estos contratos no son líquidos y el riesgo de incumplimiento recae totalmente en quien está al otro lado del trato.
En cambio, los contratos de futuros sí están estandarizados, con reglas claras sobre:
La principal diferencia está en dónde y cómo se negocian.
Los contratos a plazo (forwards) son acuerdos privados, personalizados entre dos partes. Se hacen fuera de mercados organizados, bajo términos específicos que ambas partes acuerdan, como fechas, montos y condiciones. Es decir, no hay una estructura estándar ni intervención de una cámara de compensación. Por lo tanto, estos contratos no son líquidos y el riesgo de incumplimiento recae totalmente en quien está al otro lado del trato.
En cambio, los contratos de futuros sí están estandarizados, con reglas claras sobre:
- Tamaño del contrato
- Fecha de vencimiento
- Precio pactado
- Activo subyacente
Y lo más importante: se negocian en mercados organizados como el MexDer, lo que implica que hay una cámara de compensación (Asigna) que respalda cada operación, eliminando el riesgo de contraparte.
Otra diferencia relevante es la flexibilidad operativa. En el caso de los futuros, puedes liquidar tu posición en cualquier momento antes del vencimiento haciendo una operación contraria. En los contratos a plazo, por ser acuerdos personalizados, esa opción no siempre está disponible o puede implicar costos adicionales o renegociaciones complicadas.
Otra diferencia relevante es la flexibilidad operativa. En el caso de los futuros, puedes liquidar tu posición en cualquier momento antes del vencimiento haciendo una operación contraria. En los contratos a plazo, por ser acuerdos personalizados, esa opción no siempre está disponible o puede implicar costos adicionales o renegociaciones complicadas.
¿En qué se diferencia un contrato de futuros de uno de opciones?
Tanto los futuros como las opciones son instrumentos derivados que se negocian en mercados financieros mexicanos como el MexDer, pero sus características, funcionamiento y riesgos son bastante distintos. Aquí van las tres diferencias clave que debes tener claras si estás pensando en operar alguno de ellos:
1. Obligaciones contractuales
En un contrato de futuros, ambas partes (el comprador y el vendedor) tienen la obligación de cumplir con la operación al vencimiento: comprar o vender el activo subyacente al precio pactado, sin excusas.
En cambio, en un contrato de opciones, el comprador tiene un derecho, pero no la obligación de ejecutar la compra o venta del activo. Si la operación no le conviene, simplemente deja vencer la opción y pierde únicamente lo que pagó por ella (la prima).
En cambio, en un contrato de opciones, el comprador tiene un derecho, pero no la obligación de ejecutar la compra o venta del activo. Si la operación no le conviene, simplemente deja vencer la opción y pierde únicamente lo que pagó por ella (la prima).
2. Riesgo y recompensa
Los futuros son más agresivos: al implicar una obligación y operar con apalancamiento, pueden generar ganancias muy altas, pero también pérdidas significativas si el mercado se mueve en tu contra. Y eso aplica tanto si compras como si vendes.
En las opciones, el riesgo para quien compra la opción está limitado a la prima pagada, sin importar cuánto se mueva el precio. Pero quien vende la opción (especialmente una opción descubierta) sí puede tener pérdidas ilimitadas si el mercado va en contra de su posición.
En las opciones, el riesgo para quien compra la opción está limitado a la prima pagada, sin importar cuánto se mueva el precio. Pero quien vende la opción (especialmente una opción descubierta) sí puede tener pérdidas ilimitadas si el mercado va en contra de su posición.
3. Costos iniciales
Para entrar en un contrato de futuros necesitas cubrir un margen inicial, que es como un depósito de garantía que se ajusta a diario según cómo se mueva el precio del activo. No es un costo perdido, pero sí es capital que necesitas tener disponible.
En cambio, con una opción, el comprador paga una prima inicial. Este monto sí es un costo no recuperable: si la opción vence sin valor, se pierde la prima. Pero también es un costo más bajo que el margen requerido en futuros, lo que hace que las opciones sean más accesibles para inversionistas minoristas.
En cambio, con una opción, el comprador paga una prima inicial. Este monto sí es un costo no recuperable: si la opción vence sin valor, se pierde la prima. Pero también es un costo más bajo que el margen requerido en futuros, lo que hace que las opciones sean más accesibles para inversionistas minoristas.
¿Cuáles son los beneficios de los contratos de futuros?
Dentro del ecosistema financiero mexicano, los contratos de futuros ofrecen una serie de ventajas que los hacen muy atractivos para inversionistas, empresas e instituciones. Aquí te comparto los beneficios más relevantes:
- Gestión de riesgos: Esta es su aplicación más conocida. Al operar con futuros, puedes fijar desde hoy el precio de compra o venta de un activo, evitando sorpresas ante movimientos bruscos en los mercados. Esto es clave en sectores como el agrícola, energético o importador-exportador.
- Transparencia de precios: En mercados como el MexDer, los precios se determinan por oferta y demanda y están disponibles públicamente en tiempo real. Esto permite tomar decisiones informadas y con menos asimetría entre participantes.
- Flexibilidad operativa: Los futuros permiten entrar y salir del mercado de forma ágil. Puedes abrir posiciones largas (si esperas que suba el precio) o cortas (si crees que va a bajar), y ajustar tu estrategia según lo que pase en el mercado.
- Diversificación de cartera: Al incluir derivados como futuros en tu portafolio, accedes a activos que no se mueven igual que las acciones o los CETES, lo que puede ayudar a reducir riesgos concentrados y mejorar el rendimiento global.
En conjunto, estas características convierten a los futuros en una herramienta clave para proteger capital, tomar posiciones tácticas y participar activamente en mercados de gran liquidez.
¿Cuáles son los riesgos asociados con los contratos de futuros?
Ahora bien, no todo es ventaja. Los contratos de futuros también implican riesgos, y conocerlos es fundamental para tomar decisiones bien fundamentadas:
- Riesgo de mercado: Si el precio del activo subyacente se mueve en tu contra, la pérdida puede ser considerable, especialmente en movimientos bruscos. Esto es común en commodities o divisas.
- Riesgo por apalancamiento: Como los futuros permiten operar con una fracción del valor total (gracias al margen), cualquier movimiento se amplifica. Esto puede generar ganancias rápidas, pero también pérdidas severas si no se gestiona bien.
- Riesgo de liquidez: En ciertos activos o vencimientos específicos, puede haber poca actividad, dificultando la entrada o salida de una posición justo cuando más lo necesitas, por ejemplo, ante una noticia inesperada.
- Riesgo de incumplimiento: Aunque en mercados organizados como el MexDer este riesgo es muy bajo gracias a la cámara de compensación, en contratos OTC (fuera de bolsa) puede existir el riesgo de que una de las partes no cumpla con su parte del acuerdo.
- Riesgo de rollover: Al llegar la fecha de vencimiento, si quieres mantener tu posición, debes cerrar el contrato actual y abrir uno nuevo (rolarlo). Esto puede implicar costos adicionales o pérdida de oportunidades si el mercado cambió.
¿Vale la pena operar contratos de futuros en México?
Si llegaste hasta aquí, seguramente ya te diste cuenta de que los contratos de futuros no son una herramienta exclusiva de grandes fondos o traders institucionales. En el contexto mexicano, pueden ser una solución estratégica para cubrir riesgos, diversificar tu portafolio o buscar oportunidades de ganancia en mercados como el dólar, el maíz o los índices bursátiles.
Eso sí, como cualquier instrumento financiero, su uso responsable parte del conocimiento. Entender cómo funcionan, quién los respalda (Asigna), qué costos implican y cuáles son sus riesgos es clave para evitar errores que pueden costar caro.
Eso sí, como cualquier instrumento financiero, su uso responsable parte del conocimiento. Entender cómo funcionan, quién los respalda (Asigna), qué costos implican y cuáles son sus riesgos es clave para evitar errores que pueden costar caro.